Sonrío de manera maliciosa y cierro la puerta con llave.

―¿Eh? ¡Abran! ¿Hola? ¿Hay alguien? ¡¿Hola?!

Dejo al hombre con el que me acosté a la noche y camino de manera sensual fuera del hotel.

Creo que alguien le va a cobrar mucho dinero por quedarse unas horitas de más por su estancia allí.

Me río y llamo a Nick.

―¿Algo para mí?

―Aparte de regalarte lo que me cobran de teléfono, nada ―se burla.

Frunzo el ceño.

―Eres inservible ―Le corto.

¿Todo tengo que hacer yo?

Tengo que deshacerme de Lovelace Company, lo antes posible ¡Ya estoy harta!

Me detengo y sonrío al visualizarlo. Entonces me le acerco, suerte para mí.

―Pietro.

―¿Pero qué tenemos aquí? A la schönheit de Crista Ricoy ―Sonríe el Alemán y vuelve a llamarme belleza.

Regreso a mi actuación de tonta y hago una falsa sonrisa tímida.

―Mm, gracias... estoy feliz de volverlo a ver.

Sonríe, lo sé, lo tengo comiendo en la palma de mi mano, iluso.