Crista - actualidad

Abro los ojos ¡Ag! ¡¿Por qué sigo en esta casa?! Siento una horrible arcada y salgo corriendo al baño a vomitar.

―¿Te ayudo? ―Oigo a David reír.

Suspiro, me levanto, camino e intento pegarle un cachetazo, pero me lo bloquea y mi mano queda aprisionada.

―Por tu culpa ―exclamo con odio.

―¿Mía? ―dice en tono burlesco ―Disculpa, pero un hijo se hace de a dos. En una cama ―susurra lo último en mi oído y retrocedo, aunque no mucho, ya que aún no me ha soltado.

―Tú pinchaste el preservativo.

Se ríe.

―No lo desmiento, pero igual lo hicimos ambos ―Se muerde el labio inferior ―. Una noche inolvidable.

―Una noche como cualquier otra ―Ruedo los ojos ―normal.

Con su otra mano, agarra mi cintura y me atrae hacia él.

―Para mí no, esa noche te hice mía.

―No fui tuya, sólo fue sexo ―le aclaro sonriendo ―tan simple como eso.

Me levanta la cara.

―Para mí no, yo estuve dentro de ti.

¿Quiere insistir? Vamos a insistir.

―Y me importa un comino, muchos hombres estuvieron dentro de mí y sin embargo, no soy suya ―Hago mi sonrisa más amplia ―. Eres uno más del montón.

Sigue sonriendo.

―Que turbia. Greek goddess, hieres mis sentimientos.

―¡Ja! No te veo muy herido. Si llorarías me pondrías más contenta.

―Si juegas con mis celos, te vas a arrepentir ―amenaza.

―Ya te lo dije, no te tengo miedo ―Frunzo el ceño.

―No quiero que me tengas miedo Crista, yo quiero que seas mía ―exclama determinado.

Que irritante.

―No soy de nadie, menos tuya.

―Yo te voy a hacer decir lo contrario con respecto a mí ―insiste y agrega ―Greek goddess.

―Si soy una diosa como dices, tú eres un seguidor, por lo tanto un siervo, por lo tanto un esclavo, por lo tanto nada ―¿Y qué respondes a eso David Lovelace? Sonrío, le acabo de arruinar su sentido de superioridad y dominio.

―Te equivocas, si tú eres una diosa, yo soy un dios, un simple cálculo, mi querida Greek goddess.

Ruedo los ojos.

―¿Tienes una respuesta para todo?

Sonríe.

―Esta es la guerra, simple y conciso, voy a ganar.

―Sueñas demasiado.