Crista

Vale, estoy en el quinto sueño o algo así. Camino en la oscuridad y oigo mis tacos mientras lo hago.

"Hija, te quiero presentar a alguien, él es el hijo de mi socio, se llama Carter, me encantaría que sean buenos amigos".

Odio mis malditos sueños, sólo me llevan a los recuerdos.

Oigo mi voz de adolescente y veo la inocencia en mi rostro.

¡No te sonrojes maldita seas, él te arruinara!

"Esos ojos verdes... me hechizan".

Y a mí me hacen doler el pecho.

¡Asco me das, Carter! ¡Asco! ¡¿Me escuchas?! ¡Odio tus malditos ojos verdes, los odio!

No me siento bien.

Asco... Náuseas... Eh... Yo...

~Abro los ojos y despierto, corro la cara vomitando en el piso. Obvio, no iba a manchar este lindo colchón.

―Greek goddess ―oigo a David detrás, pero estoy más concentrada en la sensación horrible que siento, que en tener que insultarlo.

―¿Dónde está el baño? ―pregunto mareada, sin yo darme cuenta, me guía hasta este y por suerte, llego a tiempo.

Estúpido "escarabajo" ¿Ahora tenías que molestarme?

―¿Mejor? ―me pregunta el maldito culpable, que sostiene mi cabello, mientras prefiero quedarme con la cabeza cerca del inodoro.

―Púdrete ―exclamo molesta.

―¿Creo que la que se está pudriendo eres tú? ―se burla.

―Entonces dile a tu estúpido hijo, que no me moleste ―me quejo ―que asco, me siento toda sucia.

―¿Te quieres bañar? ―ofrece en un tono tranquilo y lo fulmino con la mirada ―¿Qué? ―Sonríe.

―No irás a ver, ¿cierto? ―Entrecierro los ojos.

―Palabra de honor.

No le creo nada.