No me queda otra que entrar al auto de David, él lo arranca y maneja a una alta velocidad.

―¿Te puedes calmar? ―Me pongo el cinturón, esto está peligroso ―No soy nada tuyo, acéptalo ―le indico.

Sus ojos verdes me observan con enojo y luego sonríe de manera cínica.

―¿Ya dejaste tu teatrito? ―Luego frunce el ceño ―Que actuación más pésima ―Vuelve su vista al frente.

Sonrío.

―¿Eres imbécil? Yo hago lo que quiero ―Lo señalo ―. Tú no me ordenas ―Frena abruptamente ―¡¿Quieres matarnos?! ¡¿Estás loco?! ―grito alterada.

David comienza a reírse.

Sí, está loco.

―Greek goddess ―Sonríe, me mira acercándose a mis labios y susurra ―I love you.

―Háblame en castellano, imbécil ―Le entendí, pero estoy cansada de su inglés.

―Te amo ―Me roba un beso y le pego un cachetazo ―auch, It hurted me ―dice que le dolió ¡¿Entonces por qué se ríe?!

Definitivamente está loco.