Crista

Días antes.

Frunzo el ceño, las acciones de Deluxe en España han bajado. Alguien está tergiversando mis cuentas. Levanto el teléfono de mi oficina y llamo a Nick.

―Consígueme pasajes a España, pero ya.

―¿Eh? ―Se sorprende ―¿No estabas con el juicio de tu hija?

―Sólo tengo que quedar como la mala de la película y habré terminado mi labor aquí ―Sonrío.

―¿Qué quieres decir?

―Nada, tú solo consígueme los pasajes y luego ven a Deluxe ―Le corto y llamo al banco ―. Hola, quiero hacer una transferencia, a nombre de Carter Elek, sí, es para su exesposa ¿Le digo la contraseña?

Amo cuando las cosas me salen bien, conseguir esos estúpidos números no ha sido difícil, ese imbécil pagara por abandonarme, ya no soy la idiota de antes.

Voy directo al juicio y me hago la tonta hasta que logro hablar con el juez a solas. Una vez que termino con mi plan macabro, me encuentro con Nick, me entrega los pasajes y cuando estoy yendo de camino al aeropuerto, llamo a mi hermano.

―Tú sólo ve y paga ese estúpido colegio a Katerina, rápido Ian, el tiempo es oro ―Le corto. Todo el mundo es incompetente, bufo y me dirijo al avión.

Necesito liberar el estrés, levanto el celular y llamo a mi secretaria.

―Quiero que despidas a empleados incompetentes, elígelos tú, será divertido ―Sonrío.

―¿Eh? Pero Crista...

―Es una orden o te despido a ti también ―Le corto ―. Todos idiotas, nadie hace nada bien ―Miro a Nick.

―Eres mala ―Se ríe.

―Lo sé.

Es hora de ver quién es este individuo, el cual me quiere quitar mi empresa, no sabe con quién se está metiendo y me las va a pagar. Deluxe es mío y de nadie más. Mi dinero, mis reglas.