David

Una vez que estoy totalmente recuperado, ha llegado el momento en que mi esfuerzo dé sus frutos. Hoy nos despedimos de Brayton y Dasha en el aeropuerto, para irnos directo a la Argentina.

―¿Tienes todo controlado? ―me burlo ―¿Me puedo ir?

El rubio se ríe.

―Sí, absolutamente todo. Mis hombres me han dado el aviso de que han atrapado a papá, no te molestará más, puedes estar tranquilo y como Matthei ha perdido esta zona, le costará tiempo resurgir y atacarnos. Eres libre de hacer lo que quieras ―Su sonrisa se amplía ―y tu chica quiere matarme, me está mirando feo.

Me giro y veo a Crista frunciendo el ceño.

―Pueden dejar de hablar de cosas mafiosas, se me va el avión y quiero volver pronto.

Dasha hace puchero.

―Cri no me va a extrañar ―Luego se ríe ―. Bueno, no importa ―Se agarra del brazo de Brayton ―. Mi amor, vamos a una cena romántica y luego démonos, muchos, muchos besitos.

Cuando están a punto de besarse, Dasha repentinamente es empapada con gaseosa.

―Para que te enfríes ―dice mi diosa y tira la botella al tacho. La que acaba de derramar en todo el rostro de su "amiga".

La castaña bufa.

―Qué mala, gracias por ensuciar mi vestido ―Luego mira a Brayton ―. Cómprame otro.

―Mejor te compro otra cosa ―exclama pícaramente y ella se ríe.

―¡David sácame de esta laguna de tortolitos, no los soporto más! ―Luego mira a Evan que está en sus brazos llorando ―¡Y él tampoco!

Hago una carcajada y me le acerco.

―Pensé que nunca lo dirías ―Agarro al bebé y nos vamos.

En la entrada están Daniel y Katty esperando. Hora de irse, al fin. Yo también estoy ansioso.