Años atrás.

Hay sangre, mucha sangre. Miro mi parte íntima, no para de manchar. Toco mi vientre.

―¡¡Carter!! ―grito asustada.

Mi marido viene corriendo y abre los ojos en grande.

―No...

―¡¡Haz algo, haz algo!! ―digo llorando.

―¿Qué ocurrió? ―Me mira preocupado y levanta su celular para llamar al médico ―¡¡Rápido, necesito una ambulancia!!

"Lo siento, no pudimos hacer nada, la perdimos".

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Abro los ojos, estaba teniendo un mal sueño, más bien un recuerdo, pero para mí es una pesadilla. Me toco la frente, tengo calor ¿Por qué habré soñado con eso?

Levanto mi celular que está al lado de la cama. Aún es tarde, la aplicación suena de nuevo.

Me enojo, la desinstalo. Esto debe estar muy equivocado, voy a mandarle una demanda al desarrollador.

¡No puede decir todo el día retraso!

Miro al techo, no pienso aceptar algo como esto. Debe ser una broma de mal gusto, eso debe ser.

¡No soy una fábrica de niños, maldita sea!

Estúpido Carter, es todo tu culpa, nunca debí haberme enamorado de ti ¡Eres un maldito infeliz! Siempre me engañaste y yo volvía como una tonta a tus pies. Quiero volver, pero para esta vez, ver tu desgracia. Quiero que sufras.

―¡¡Estúpido Carter, te odio!! ―Tiro el almohadón, frustrada.

La perdí, perdí a mi bebé, y ya no puedo reemplazar ese vacío.

Lo que sí puedo haceres vengarme. Sonrío, cómo amo hacer sufrir a los demás. Me regocijo de sudesdicha. Sólo quiero saber si ya no tiene con qué pagar sus cuentas, imbécil.