Crista

Miro el tocado de mi pelo en el espejo y juego con un mechón de mis cabellos rubios, haciendo círculos, encontrándome pensativa.

―Fin del juego ―Sonrío con malicia luego de aclarar las dudas de mi mente, volviendo a ser yo la perversa y no la inocente, que intento borrar con todas mis fuerzas.

―El pelo suelto te queda mejor ―Visualizo a David por el espejo, detrás de mí apoyado en la puerta, la cierra y se me acerca, posa su mano en mi hombro, acercándose a mi oído susurra ―. Aunque no existe mujer más hermosa que tú.

Sonrío y me giro.

―Lo sé ¿Vienes a ver tu desgracia? ―Me río.

―Vengo a ganar la guerra.

―¿Lo olvidas? Esa, yo ya la gané.

―My Heart ―Se acerca a mis labios y ni me inmuto ―esto no se acaba hasta que se termine.

Frunzo el ceño.

―¿Y cuándo se termina?

―Cuando aceptes que somos el uno para el otro ―Acaricia mi mejilla.

―No lo creo ―Lo empujo alejándome de su agarre ―tú y yo no tenemos nada en común.

Toma mi cintura y me acerca hasta su cuerpo.

―Ya tuvimos esta conversación, cariño.

―Suéltame ―Forcejeo.

―He venido hasta aquí a asegurarme de algo ―Vuelve a acercar sus labios a los míos ―My fiancee.

Besa mis labios y aunque al principio me resisto, mi fuerza de voluntad se quiebra y cedo. Dejo que su lengua se adentre en mi boca y cierro los ojos dejándome llevar por la sensación. Se separa dejándome sin aliento, camina hasta la puerta creando un vacío en mí y se me escapa un...

―¿A dónde vas? ―Siento mis mejillas arder.

―Ya me aseguré de lo que quería saber ―Sonríe y termina por cerrar la puerta cuando se retira.

―David... ―Corro, la abro y suspiro ―no te vayas.