Crista

Abro los ojos en mitad de la noche y me sonrojo al notar su brazo por mi cintura.

¡¿Qué es este comportamiento tan estúpido?!

¡¿Desde cuándo me comporto como boba?!

¡Encima me deje someter como idiota!

¡¿Cómo le doy un freno a esto?!

"Te voy a castigar".

No me hagas reír, a mí nadie me domina David Lovelace, maldito infeliz.

Quito su mano y me levanto de la cama. No entiendo ni cómo llegamos aquí.

Cierto, demasiado sexo y cambio de posiciones.

¡Maldito libido, cállate!

¿Desde cuándo discuto con mi deseo sexual? Esto es inaudito, inaceptable y muy patético.

Me giro a ver al dormido David y siento mi corazón acelerarse.

―No entiendes nada, David Lovelace ―Mis mejillas arden.

En realidad, me entiende más que yo misma y eso me frustra. Cambio de opinión regresando a la cama, observándolo detenidamente.

―Esto no está bien, debo estar loca ―Levanto mi mano para tocar su cabeza pero me detengo.

Al contrario de lo que cualquiera podría pensar, no es por miedo es... Trago saliva al sentir la sensación y me agarro el vientre.

―¡David! ―grito.

Algo tenía que gritar, estoy embarazada, pero no estoy en fechas y... acabo de romper bolsa.

Maldición.