David

La mantengo aprisionada por las muñecas, un pequeño rubor crece en sus mejillas, demostrando como se siente ante la situación.

Tiene calor.

Le calienta que esté encima de ella y eso solo me hace sentir poderoso.

Me muerdo el labio inferior.

―You're mine.

Cierra los ojos y su sonrojó se nota mucho más.

―No.

Admito que la posición es bastante pervertida, sus piernas están elevadas sobre las mías y eso provoca una escena que hace activar su libido.

―Te voy a castigar ―repito y sus ojos se abren nuevamente para mirarme.

El calor emana con solo observarme.

―¿Qué vas a hacer? ―pregunta insegura y respira agitada.

―¿Qué quieres que haga? ―Me acerco más y ella intenta mover sus piernas, pero las mías propias la mantienen en la posición adecuada ―¿Qué pasa? ¿Quieres jugar? ―Me muerdo el labio inferior.

―¡Maldito, no tengas el control! ―se queja porque soy yo quien maneja la situación.

―Sorry, Greek goddess pero, hoy vamos a jugar a que yo soy el que manda ―le aclaro y frunce el ceño.

―¡¿Qué?! ―Se desconcierta ―no te atrevas.

―Te dije que te iba a castigar y tú preguntaste cómo ―Me río ―. Ahora ¿Quieres sexo o no?

Abre su boca para responder, pero la cierra rápido y me tira una mirada amenazante, la cual sólo me hacen sonreír.

Repito.

―¿Sí o no?

Traga saliva. Sentirse dominada, no es algo que la emocioné, pero su libido es más fuerte que eso. No responde, sin embargo su semblante enojado pasa a uno acalorado. Se muerde labio inferior y quita su vista de mis ojos, pero continúa sin responder.

―¿Quieres que adivine lo que quieres? ―pregunto y ella cierra los ojos obteniendo así una respuesta ―Buena elección ―Mi mano baja recorriendo su brazo y luego agarro su barbilla acercándome a sus labios ―. Ahora te voy a demostrar, lo posesivo que puedo llegar a ser, prepárate para gritar mi nombre, My Heart.

No responde, se aguanta el orgullo, dejándome hacer lo que quiera. Es momento de la acción. Voy a hacer mía a una diosa. El poder está en mis manos.