La mujer que pareciera no tener emociones en su rostro, me tira un arma y ella saca otra para ayudarme. Tiros, disparos continuos, sangre y golpes en partes vitales, que no se pueden creer, constituyen a lo que hace esta chica en tan sólo un segundo. Mientras me cubre, rato después logramos salir.

―¿Dónde aprendiste todo eso? ―exclamo sorprendido.

―Si te lo digo, tendría que matarte ―pronuncia la rusa, fríamente.

Ni una sola emoción.

―Ahora que todo se ha calmado ―Sonrío ―¿Qué haces aquí?

―Eso es información confidencial, pero llegue hasta ti buscando la pista de Nick, así que creí conveniente que si te ayudaba me dirías dónde está ―explica muy tranquila.

―Me parece lo correcto.

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Al llegar a la mansión Lovelace y guiar a la rusa hasta allí. Entramos a la casa y una mucama se me acerca.

―La señorita Crista me pidió que le diera esto ―Me entrega un documento y se retira.

Giro la vista y la tal Aleshka ha desaparecido como un fantasma. Qué bien se escabullen estos rusos.

Regreso a mirar el papel.

―A ver qué plan macabro tienes en contra de mí esta vez, Greek goddess ―Sonrío aunque siento que mi corazón está partiéndose en dos mientras imagino que más puede hacer en mi contra mí amada diosa griega. Termino de desdoblar el documento y mis ojos se abren en grande ―"Certificado de paternidad" ―leo y me quedo tildado.

Continúo leyendo. Este documento anula el que me quita ese derecho sobre Evan.

Pero... ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Cómo? No lo sé, ya no importa, creo que acabo de revivir. Mi corazón se acerca.

Crista me lo devolvió.