Varios comienzan a sacar sus armas, el barman se esconde debajo de la barra, yo la salto ocultándome detrás. Quito el seguro y me preparo para una masacre masiva. Parece que hay muy pocos que no tienen nada que ver. Afortunadamente saben que no tienen que entrometerse y se esconden sin hacer nada más.

Me deshago de uno, que me intenta atacar por un costado y aprovecho el lugar, para dispararle al que sigue.

El tiroteo continúa y hay sangre esparcida por todas partes. Me voy moviendo con cautela, tengo que salir pronto de aquí. Seamos realistas, son demasiados.

¿De dónde salió tanta gente? ¿Tan buena es mi reputación con el arma que hasta necesitan varios para matarme? ¿O simplemente quieren asustarme?

Sonrío.

―No lo van a lograr ―murmuro para mí mismo y luego disparo deshaciéndome de otro.

Continúo disparando y caminando, escondiéndome mientras intento acercarme a la salida. Miro mis balas, no me quedan muchas.

Debí haberle robado al muerto.

Tiro una mesa al suelo y me escondo detrás de esta, cuando intentan darme.

―Estás muerto ―susurra uno que no lo vi venir por detrás.

¡Maldición!

Se escucha un tiro.

Me miro, estoy vivo, entonces me giro para ver quién es mi salvador.

Me corrijo, salvadora.

La reconozco.

―Eres...

―Aleshka ―exclama con su rostro frío y sin expresión.

Cierto, la chica rusa que nos dio los pasajes para venir aquí, a Inglaterra, pero...

¿Qué hace aquí?