Entro a la habitación y Crista se encuentra recostada en la cama mirando hacia el techo. Cuando se percata de mi presencia, se tapa la cara con el almohadón como una niña pequeña y yo me río.

―¿Qué haces? ―Me siento a su lado.

―No me hables y dime qué me traes buenas noticias.

―Eso es una contradicción ―Vuelvo a reír.

―Sólo di lo que viniste a decir y lárgate ―exclama molesta.

―¿Y a dónde se fue toda tu amabilidad? ―Continúo sonriendo.

―Murió cuando reflexione que todo es tu culpa ―exclama en seco y entrecierro los ojos.

―¿Mi culpa?

―Sí.

―¿No merezco una explicación?

―No.

―My Heart, me parece que estás siendo injusta, sólo te intento ayudar.

―¿Y desde cuando soy justa yo? Te equivocaste de mujer, idiota ―Veo su respiración agitada y lo noto, le quito el almohadón ―¡No! ―se queja y confirmo mi teoría.

―Greek goddess, no llores, te harás daño ―expreso mi preocupación.

―Devuélveme eso ―Intenta sacarme el almohadón y se cruza con mis ojos, deteniéndose, quedándose tildada observándome ―. Te odio ―pronuncia angustiada y puedo ver todas las lágrimas que han mojado su cara.

Sonrío.

―¿Por qué mientes?

―No miento.

―Claro que sí ―Me acerco a sus labios ―y te diré por qué ―Hasta los rozo ―te molesta mucho que yo te guste.

Me pega un cachetazo.

―Cállate y cuéntame lo que viniste a decir.

―Auch ―Me sobo la mejilla y me río ―. Vale, pero es otra contradicción.

―Habla de una vez ―exige.

―Brayton fue a conseguirme la información de Katerina, esta misma noche voy a saber que ocurrió ―le aclaro y se queda mirándome, pero luego baja la vista ―¿Todo en orden?

Frunce el ceño.

―Estoy esperando que te vayas.

Me río.

―Sí que eres terca ―Me levanto y camino hasta la puerta.

―Espera... ―Me giro cuando me llama ―¿Dónde está Nick?

Eso a mí también me gustaría saberlo. Voy a tener que a ir buscarlo. No creo que Brayton me haga doble favor.