103. Te tengo a mi merced

Camino hasta ella con aire dominante y se pone a la defensiva, como si la fuera a atacar.

Me estoy divirtiendo mucho.

―¡No te me acerques, David Lovelace! ―me grita y retrocede.

La agarro de la cintura y me aproximo a sus labios.

―No puedes escapar de mí, My Heart ―susurro casi rozándolos.

Aleja su cara mientras me empuja intentando zafarse.

―Maldito cursi, ¡¿Tu amor eterno me lo paso por sabes dónde?!

Me río.

―Te acuerdas de nuestra conversación.

Hace una pausa y se sonroja mirándome detenidamente.

―No... ―pronuncia en tono bajo ―¡Digo no! ―grita al reaccionar.

―Ay cómo te gustó y no puedes admitirlo ―Vuelvo a reír.

―¡Ni muerta! ―Pone su mano en mi cara y la mueve empujando ―¡Apártate de mí!

Mi rostro termina hacia arriba por su forcejeo y entonces decido frenarla levantado a Crista entre mis brazos.

―¡Maldita seas, David! ―se queja ―¡Bájame! ―Patalea.

―Lo que la Greek goddess ordene ―La apoyo en la cama.

―¡Eso es trampa! ―Intenta pararse pero aprisiono sus manos.

―Quédate quietita ―Sonrío. Se calla y me mira con odio ―. Miren, fui hasta el Olimpo y secuestre una diosa griega, sólo para mí ―la provoco ―. Toda mía ―digo cerca de sus labios y noto un rubor que crece en sus mejillas ―¿Ya te calmaste? ¿No más pelea?

―No soy tuya ―pronuncia en tono bajo.

―¿No? ―Me subo encima y respira agitada ―Creí que teníamos una conexión.

―Deja de soñar despierto, David. Eso nunca va a pasar ―Rueda los ojos.

―Si esto es un sueño, no me quiero despertar nunca, porque te tengo a mi merced ―exclamo con superioridad ―. Toda mía ―La beso y me corresponde. Es más, cruza sus piernas alrededor de mi cintura ―¿Estás caliente? ―le pregunto entendiendo.

―Mucho.

He aquí, la libido de la diosa. Gracias a la santa herencia genética de papá Ricoy. Te lo agradezco mucho suegro, que en paz descanses.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top