101. Vidas amenazadas
Crista
Maldito David Lovelace, me quiere engañar dándome excusas baratas. Yo me voy de aquí cueste lo que me cueste.
―Déjame salir ―digo dominante.
―No ―exclama seriamente.
―¿No viniste a sacarme? ¡¿Por qué rayos me encierras ahora? ―me quejo.
―Es que... el asunto se complicó.
―No hables entre líneas, David Lovelace ―Entrecierro los ojos.
Sonríe.
―Tienes razón, lo diré claro. No puedes irte porque van a matarte.
Ruedo los ojos.
―¿Y eso es novedad?
―No hablaba de mí, hablaba de mi ex-prometida ―aclara.
Frunzo el ceño.
―¿Qué prometida? ―Pienso lo que acabo de decir y cambio de opinión ―No ¿Sabes qué? No me interesa ¡Sácame de aquí! ―grito.
―No ―Continúa sonriendo ―además, ella ya sabe que volví, es más seguro que te quedes.
―¡No me voy a quedar! ―Miro a Nick ―¡Sácame de aquí!
El morocho levanta la mano cómo un hombre del ejército y exclama en alto.
―¡Sí, jefa! ―Luego hace una pausa ―Pero primero denme comida ―Pone la mano en su panza ―me ruge la tripa.
Ruedo los ojos y vuelvo a mirar a David.
―No voy a quedarme, no voy a desistir ¿Y por qué rayos tu padre me secuestro? Es obvio que no es para protegerme ¡Exijo una explicación! ―ordeno.
Se ríe.
―Por supuesto que no, mi padre sólo me quiere mantener por aquí. Asuntos familiares ―Se lo piensa y se pone serio ―. Será mejor que no lo provoques, porque él sí te puede amenazar.
―¿Qué? ―Levanto una ceja ―¿Otro que me apunta con un arma? ―Ruedo los ojos por tercera vez ―Siguen las noticias repetidas.
―Te aseguro que no es tu vida la que va a ser amenazada. Yo qué tú lo pensaría seriamente ―continúa prudente ante lo que aclara.
―Ah, ¿sí? ―Me cruzo de brazos ―¿Y a quién va a matar si se puede saber?
―No juegues con fuego Crista, te vas a quemar ―Sigue serio.
―No estoy jugando ¡Habla! ―exijo ―No creo que haya algo con lo que se me pueda amenazar.
―Dices ser una mujer sin sentimientos, sin embargo hay dos personas que pueden terminar dañadas y sabes quiénes son.
Se forma un silencio cuando exclama eso y tiene razón.
Habla de...
Ian o peor... Katerina.
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