✨
Un doncel, en un término más simple es un hombre con la capacidad de embarazarse y dar a luz al igual que una mujer. Es algo bastante sorprendente, sí, pero no imposible, aunque son muy raros los casos registrados.
Principalmente un doncel para llegar a quedar en cinta necesita una pareja de sexo masculino, por ello estos hombres optan por la opción de siempre tener alguna mujer a su lado, evitando así tener que usar su capacidad para desarrollar algo en su interior. Cabe aclarar que un doncel sigue teniendo la oportunidad de ser padre, puede embarazar a una mujer como un hombre común sin ningún problema.
Las personas ya no creen en esto, simplemente lo toman como una mentira más.
Yo también lo creería. Pero yo soy uno de ellos.
Aunque no entro en los antiguos estándares de cuando éramos más comunes. Antiguamente un doncel perfecto tenía que ser delicado, educado, con una cintura pequeña y caderas anchas, piernas largas y tener una piel perfecta. Malditos estándares que teníamos que cumplir junto a las chicas.
Pero bueno, no me gusta ir gritando por ahí lo que soy, de hecho nadie lo sabe, a excepción de Mori, Fukuzawa-san y Yosano. Más que nada por obligación tenía que confesarlo, por cualquier "emergencia" según ellos.
Aparte ¿Yo tener una emergencia por culpa de ser un doncel? Ja, como no.
Hace poco comencé a frecuentar una linda cafetería, algunas veces iba acompañado por Atsushi-kun y otras veces iba en total soledad, como en este caso.
Me gustaba mucho escaparme del trabajo para ir por un café o algo para comer, me distraía de mis constantes pensamientos sobre el suicidio, obviamente aún tenía ganas de atentar contra mi vida, pero fingir que era una persona normal de vez en cuando era bastante agradable.
Aunque había un pequeño detalle con el que no contaba. Una personita bastante detestable estaba en el lugar, tomando un café al parecer, distraído del mundo a su alrededor ¿Qué demonios hacía ahí? Ni idea.
Mi cabeza rápidamente pensó en irse, volver al trabajo aunque Kunikida-kun nos gritara por no hacer nada productivo. Pero también estaba la opción de molestar a aquel pelirojo, y la última era más divertida.
Dando pasos llenos de diversión me acerqué al otro, sentando mi cuerpo en el lugar frente a él y mostrando una de mis tantas sonrisas burlonas, sonrisa que se agrandó cuando sus azulados ojos me miraron con evidente molestia.
—Chuuya~ que sorpresa verte aquí~—
—¿Qué demonios quieres? ¿Y qué haces aquí?—
—Yo también tengo derecho a visitar estos lugares, encontrarte aquí sí fue una coincidencia~— suspiró fastidiado —oh, vamos ¿No te alegra verme?—
—No— solté una pequeña risa mientras él seguía con su café, tratando de ignorar mi presencia.
Nakahara Chuuya, el famoso ejecutivo de la Port Mafia, aquel hombre pelirojo de unos llamativos ojos azules. Podría decirse que no nos llevamos nada bien, siempre que nos encontrábamos terminabamos peleando, a veces con unos golpes, a veces otras cosas, lo normal.
A pesar de todo eso, éramos buenos "amigos", nos teníamos mucha confianza y éramos muy unidos, aunque no pareciera.
—Ya vete, estoy disfrutando de mi día libre— gruñó en mi dirección.
—Me gusta más la idea donde me quedo aquí y te hago compañía~—
Chuuya terminó su café y pidió la cuenta, en cuanto pagó aquella bebida se levantó sin mirarme y comenzó a irse. Reí con suavidad, aunque lo comencé a seguir aún sin saber la razón exacta.
Esos ojos azulados me miraron con atención y disimulo, viendo con atención todo lo que hacía al ir a su lado caminando.
—¿Y a dónde vamos, Chuuya?—
—Si vas a seguirme no hagas preguntas y solo házlo—
Eso había sido curioso, pero asentí sin borrar mi sonrisa.
Cada vez que avanzabamos me daba cuenta el camino que estábamos tomando, un camino solitario que conocía bastante bien desde que éramos jóvenes, si no me equivocaba, me llevaría a una fuente bastante bonita aunque no era nada visitada por la zona tan solitaria en la que se encontraba.
Teníamos la costumbre de ir allí cuando no podíamos más con el estrés y nos dábamos una escapadita juntos.
—Que recuerdos— apenas mencioné en un susurro cuando llegamos ahí, nos acercamos a aquella fuente mientras nuestros ojos se perdían en el agua que ahí se encontraba, la nostalgia era tanta, en esos tiempos hacíamos cosas extrañas.
Sin previo aviso tomó mi camisa y me acercó a él con brusquedad, claramente creí que iba a golpearme como otras veces, seguramente me había llevado ahí para por fin matarme, pero aquella agresión nunca llegó. En cambio mis labios fueron atacados por los suyos.
Hace mucho que no pasaba eso, hace mucho que nuestros labios no se rozaban, y si era sincero, era algo que extrañaba tanto. Porque los besos eran las "cosas raras" que llegábamos a hacer.
Sin pensarlo pasé mis brazos por su cuello para abrazarlo e impedir que se separara, sentí como sujetaba mi cintura con firmeza y me acercaba más a su cuerpo. Con cada movimiento que hacía en mi boca me perdía más, saboreando aquel beso tan delicioso que solo él sabía dar.
Chuuya mordió mi labio con suavidad, por reflejo solté un pequeño gemido ¡Que vergonzoso! Aunque no fue como esperábamos, un pequeño tropezón nos hizo caer dentro de la fuente. Él sobre mí, ni siquiera por eso me había soltado.
—Tch... ¡Maldición!— gruñó con molestia ante aquello.
—Chuuya—
—¿Qué quier..?— no lo dejé terminar, volví a besarlo, quería más de eso, quería a Chuuya.
No le dimos importancia al hecho de estar dentro de una fuente, con nuestras ropas totalmente empapadas y que estábamos en un parque, lo importante éramos nosotros.
Solo nosotros.
Constantemente Chuuya y yo nos veíamos más seguido, realmente no era nada serio lo que pasaba con nosotros, seguían nuestras peleas e insultos, solo que con besos de por medio, esos besos de los que dependíamos tanto.
Aunque últimamente me sentía bastante raro, algo mareado y desorientado.
—¡Dazai, ponte a trabajar!—
—¿Eh? Ah, sí— asentí sin prestar atención.
—Umh... Dazai-san ¿Se siente bien?— esta vez fue Atsushi quien me habló —Está algo pálido y más distraído de lo normal— ante su pregunta volví a asentir.
—Solo me siento algo extraño, tal vez algo enfermo— suspiré cansado —Necesito tomar aire fresco—
—Es lo mejor— el tono de voz del chico tenía preocupación en ella, incluso Kunikida-kun no se quejó ante mi comentario de salir ¿Tan mal me veía?
Sin rodeos caminé hacía la salida, aunque... Llegó un momento dónde mis piernas fallaron y mi vista se nublo, simplemente escuché al más joven gritar mi nombre para sentir que alguien me sujetó antes de caer al suelo y ver completamente negro ¿Qué sucedía?
Cuando abrí los ojos, me dolía todo y aún veía borroso, me sentía aún más mareado e incluso tenía nauseas. Yosano se encontraba a mi lado y la mirada que tenía era una bastante seria, al voltear un poco pude ver al presidente quién me miraba con la misma seriedad de siempre sin decir nada.
—Demonios, Dazai... Nos asustaste—
—Lo siento...— de a poco me senté, sintiendo como aquel mareo se intensificó —Mh...—
—Tranquilo— la mujer se alejó de mí, sinceramente no le presté atención, estaba más concentrado en mí.
Maldición... Me había desmayado de la nada ¿Por qué? ¿Era acaso una enfermedad, un virus? No tenía sentido alguno... sí, no tenía la mejor salud del mundo, pero nunca me había ocurrido algo así.
—¿Tienes una idea de lo que te haya sucedido?—
—No, la verdad no—
—¿Es algo grave, doctora Yosano?— esta vez quién habló fue el presidente de la agencia, aunque yo también tenía la misma duda.
—Nada de eso, algo bastante normal en un chico como él, aunque quiero saber algo— sus ojos se posaron en mí, podía sentir como me analizaba —Sabes perfectamente que yo soy la doctora encargada de tí gracias a tu "secretito"—
—Lo sé perfectamente ¿Pero eso qué tiene que ver?—
—Me di el permiso necesario para hacerte unos análisis de sangre— asentí a todo lo que decía —Antes de revisarlos ¿No nos quieres decir algo?—
¿Decirles algo? ¿Algo cómo qué? No entendía nada ¿Acaso tenía algo que escondía súper importante qué debían saber? No lo creo, solo estaba el hecho de que "salía" con Chuuya, pero eso no tenía nada que ver con mi salud, Chuuya me daba vida, no me la quitaba.
—No lo creo...— mencioné con clara duda, mi voz salió tan débil, que extraño era todo —Ya ¿Qué sucede conmigo?—
—Bien— Yosano Akiko, la doctora que con mucha concentración revisaba los resultados de aquellos análisis, la mujer que me ponía los pelos de punta por como hacía todo con mucha dramatización —No puede ser... Dazai, esto es una sorpresa, umh... Tómatelo con calma—
Sí lo decía así obviamente no me iba a tomar nada con calma, solo asentí para que siguiera hablando. Estaba poniéndome muy nervioso para mí gusto.
—Bien... Felicidades, Dazai— me tendió aquella hoja de papel, la cuál leí por inercia —Eres un lindo doncel que está en cinta—
¿Eh? ¿En cinta?
Eso significaba una sola cosa, que estaba esperando algo en mi vientre, y ese algo también era de Chuuya...
Eso no era cierto ¿Verdad?
No podía dejar de pensar en toda la situación, una cosita estaba en mi interior creciendo de a poco, y ya era bastante problemática a pesar del poco tiempo que tenía.
Lo principal ahora era dar la noticia al otro responsable. Aunque no sería nada sencillo.
Había citado a Chuuya en el mismo lugar de siempre, la fuente escondida de aquel parque, era un día perfecto para dar una noticia así de importante.
Con cada minuto que pasaba me iba acercando a mi destino, por alguna razón mis mejillas comenzaban a arder y podía sentir que me faltaba el aire.
Esto empeoró cuando pude verlo a lo lejos, ahí estaba... sentado en una banca frente a la fuente y por instinto giró su cabeza hacía mí, el pelirojo sonrió en cuanto me vió, extendiendo una de sus manos en mi dirección. Solté todo el aire que tenía en mis pulmones, respondiendo a su sonrisa y caminando hasta él, dónde tomé su mano. Maldita fuerza que tiene el enano, me sentó en sus piernas sin darme tiempo de negarme.
Debía de ser una imagen bastante graciosa, un adulto de 1.60 cargando en sus piernas a otro adulto mucho más alto.
—¿Y mi beso, bastardo?—
—Que bonita manera de saludarme...— rodé los ojos y le regalé un beso, este inmediatamente me abrazó por la cintura —Chuuya, tenemos que hablar—
—¿Ah? ¿Sobre qué?— sentí como acariciaba mi cintura con cuidado, Chuuya era así, seguramente había notado que algo ocurría y a su modo me daba cariño —¿Estás bien?—
Asentí, rodeando su cuello con mis brazos en busca de su calor. Yo nunca haría algo así, las malditas hormonas del embarazo me estaban afectando demasiado, odiaba como se sentía.
—Dazai ¿Qué sucede?—
—Chuuya... ¿Sabes qué es un doncel?— escondí un poco mi rostro en aquel abrazo.
—Si no me equivoco, es un chico que puede quedar embarazado y todo eso ¿Por qué?— era tan cariñoso con cada palabra que salía de su boca.
—¿Crees que ellos existen?—
—¿Ah? No te estoy entendiendo ¿Qué tienes qué ver el tema de los donceles contigo?— en cuanto dijo esto me separé de él, mirando su rostro con total seriedad, sus ojos estaban llenos de confusión tratando de entender todo lo que le preguntaba —Explícate—
Sin dudarlo saqué de mi abrigo aquel papel que me había dado Yosano, aquellos análisis dónde confirmaban mi estado actual, sin dudarlo tomó el documento y comenzó a leer. Mis manos sudaban y mis mejillas nuevamente se sentían calientes, sentía que mi cara ardía.
—Revisalo bien y saca tus conclusiones— besé su mejilla antes de volver a rodear su cuello. Me sentía muy avergonzado.
Noté como su expresión seria y llena de confusión cambió de a poco a una llena de sorpresa, esos hermosos ojos azulados me miraron para después mirar el papel, repitiéndo este proceso varias veces.
Era obvio, no lo creía. Seguramente pensaba que era una broma pesada y conociendo bien a Chuuya, se iba a molestar tarde o temprano.
—Eres un doncel— asentí con una sonrisa divertida, no iba a mostrarle que estaba preocupado por su culpa —Y estás en cinta—
—Felicidades, Chuuya~ eres muy inteligente—
—Eres un imbécil— reí un poco, ahí estaba la respuesta que esperaba, que decepción —¿Y me tenía que enterar así? ¿Cuándo ya estás en cinta? Eres un tonto, me asusté— pasó sus dedos por mi cabello, acariciando los mechones rebeldes de mi cabeza —¿Cómo te sientes? ¿Bien?—
—No entiendo—
—¿Qué no entiendes?—
—Pensé que no lo tomarías nada bien, digo, parece una broma ¿No?—
—No digas tonterías— con cuidado acercó su rostro al mío, y me regaló un suave beso —Sé cuando mientes y cuando dices solo la verdad. Aunque me sorprende mucho que no me hayas contado algo tan importante, me siento traicionado— se nos escapó una pequeña risa por el tono en el que lo dijo —Dazai, te amo con locura, eres lo mejor que me ha pasado, y sabes que siempre estaré para tí, sobretodo ahora que esperas a nuestro hijo—
—Que papá tan preocupado~—
—Oh, cállate, déjame ser un cursi por una vez en mi vida—
Ambos volvimos a reír, me preocupé demasiado por una tontería. Chuuya podía lucir muy serio y rudo, pero era la persona más amable y linda de todo el mundo, preocupándose por todos sus seres queridos, sobre todo por quienes consideraba su familia, y por lo visto yo ya entraba en esa categoría.
—Te amo demasiado, Chuuya~— sonreí mientras dejaba un rastro de besos desde su frente hasta su boca.
—Te amo demasiado, Osamu~—
Ser un doncel no era cosa fácil, a partir de ahora todo sería más difícil para ambos gracias a mi situación actual, tendríamos que enfrentar bastantes cosas, pero juntos todo sería mucho mejor.
Mi instinto me lo decía, mientras Chuuya estuviera a nuestro lado, todo sería perfecto. Vaya, el amor sí que era extraño.
.
.
.
.
Gracias por leer.
Cómo pueden ver, tengo gustos un poco raros 😂, sobretodo a la hora de emparejar personajes.
Pero bueno, espero les haya gustado. 💖
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top