𐄹 28

— Minho.— el menor, aún refugiado entre sus brazos, llamó. Llevaban minutos así, en silencio, abrazados el uno al otro. Minho dejó de acariciar su cabello, bajando la mirada para encontrarse con los ojos del chico.— ¿Puedes llevarme a casa?

El mayor asintió, separándose del chico y ajustándose la chaqueta. Jisung se había quedado parado, con la cabeza agachada y casi abrazándose a sí mismo. Se acercó nuevamente a él, cerrando la chaqueta de cuero que llevaba para que no se resfriara con el frío de la noche. Tomó su barbilla, alzándola.

— Estoy aquí, Sung, no va a pasar nada.

Jisung no hizo ningún gesto, simplemente desvió la mirada y Minho entendió que no quería hablar. Entrelazó sus manos, como recordatorio que estaba ahí con él. Bajaron las escaleras en silencio, siendo observados de inmediato por los chicos en la planta baja. Minho les hizo un gesto para indicarles que se iban, viendo como más de uno asentía. Lee le señaló las llaves del coche a Chan, y este asintió, permitiéndole llevarse su automóvil. Antes de irse, les dió una mirada breve a todos, alegrándose de que no haya pasado nada grave.

Nada más salir, el frío de la noche los acogió, pero no duró mucho, ya que Minho los condujo hacia el coche del policía. Se metieron en su interior, encendiendo el aparato que calentaba el vehículo.

Minho se frotó las manos en la chaqueta antes de girarse hacia el menor, viendo como miraba por las ventanas.

Han se dió la vuelta, conectando sus miradas nuevamente.

— Min, ¿puedo quedarme contigo unos días?— cuestionó en un murmullo. Parecía que le costase hablar. Jisung no había llorado, pero notó su angustia cuando tembló bajo su tacto.

Minho asintió, sin pensárselo dos veces. Su hogar siempre estaría disponible para él.

— ¿Quieres que vayamos antes a por tus cosas?

— ¿Puede ser mañana?

No hablaron más. Minho supuso que el menor no quería ir a su casa, quizá por el miedo que le causaba que Jay pudiera ir por la zona.

Condujo en silencio y al llegar no se sorprendió al encontrar a Han dormido. Habían sido muchas emociones para él.

Lo tomó en brazos, poniéndole seguro al coche y subiendo las escaleras con cuidado. Pensó en despertarlo, ya que su ropa parecía incómoda para dormir, pero prefirió dejarlo en la cama y sacar una manta de más. No quería que el menor pasara frío por la noche, ya que solía llevarse toda la manta. Lo resguardó del frío, viéndolo dormir tranquilamente.

— Buenas noches, Hannie.— se acercó al menor, besando su frente con suavidad y con cuidado de no apoyarse en él y despertarlo. Un sentimiento de calidez apareció en su corazón, provocando un cosquilleo por todo su cuerpo y haciendo que sus ojos observaran su rostro durante un buen rato.

Quería protegerlo del mundo.

Al día siguiente, Jisung se despertó con un brazo a su alrededor. Se removió en la cama, sonriendo al encontrarse con el rostro de su amigo aún dormido. Cuidando no despertarlo, se levantó de la cama del mayor, aunque de inmediato se quedó en silencio, mirando a su alrededor. Nunca había ido a la casa de Minho.

Salió del cuarto, cerrando la puerta tras de sí. Su ropa estaba echa un desastre, además de que era demasiado incómoda. Su chaqueta estaba sobre la mesa, así que supuso que Minho se la había quitado el día anterior.

Aún era bastante pronto, por lo que se sentó en el sofá, teniendo vistas hacia el exterior. La casa de Minho estaba en el centro de la ciudad, en un bloque bastante agradable.

Se levantó del sofá, yendo a por su teléfono. Nada más encenderlo, múltiples mensajes de Felix le llegaron a su teléfono. En vez de leerlos, simplemente llamó al menor, sabiendo que contestaría al toque.

— Han Jisung, ¿dónde mierda estás? Fui a llamarte y no abrías la puerta. ¿Sabes lo preocupado que estaba? Oh, Gosh. I'm gonna hit you with-*

— Felix, me estoy quedando en casa de Minho.

Después de un silencio, Felix volvió a hablar.

— ¿Estás bien? Me alegro de que te quedes con él, no me sentiría bien dejándote solo en casa con... Bueno, me alegro de que estés con él.— el menor parecía querer decir algo más, por lo que esperó.— Hannie, ¿por qué no me lo dijiste antes?

Jisung sabía de qué hablaba, pero no era fácil. No habría sido fácil explicarle eso a su mejor amigo, ni siquiera sabía cómo reaccionaría. Jisung confiaba ciegamente en Felix, era lo más cercano a una familia que tenía en Seúl, pero tenía miedo. Miedo de estar exagerando las cosas y que fuera algo normal, como le solía decir Jay cada vez que intentaba hablar con él. Y también sentía miedo de que su amistad cambiara en cuanto Felix supiera quién era realmente.

— Lo siento... Felix, yo- No quiero que pienses que fue por confianza, siempre has sido como un hermano para mí.— un peso empezó a formarse en su pecho, impidiéndole hablar.— Pero tenía miedo de que me juzgaras, o te alejaras de mí.— lágrimas silenciosas comenzaron a deslizarse por su recién despierto rostro.— O peor, que me dijeras que era normal. Lix, lo pasé mal, pero no sabía qué hacer. Si no fuera por Minho, seguramente seguiría con lo mismo.

— Sung, nada importa ahora. ¿Sí? Quiero que sepas que nunca te habría juzgado, y que si algo vuelve a pasar, que esperemos que no, siempre estaré a tu lado.— la voz del menor se suavizó, sintiendo su reconfortante esencia apesar de la distancia.— Te quiero, ¿sí?

— Y yo a tí.— recibió un toque en su hombro, obligándolo a darse la vuelta. Minho estaba allí, tendiéndole un pañuelo mientras apretaba su hombro, en señal de que estaba ahí. Lo tomó, sin dejar de mirar al mayor.

— Te dejo, tengo que ir a la universidad. Supongo que no irás, ¿no?

— Supones bien. Ten un buen día, Lix.

— Hasta luego, Hannie.

Colgaron y Minho se sentó en el sofá junto a Jisung, cogiendo el pañuelo de la mano del menor para limpiar por sí mismo aquellas lágrimas que tenía el chico por su rostro.

— Sung, yo también te quiero. Quédate aquí cuanto necesites, incluso si quieres mudarte. No tengo problema, ya sabes.— le guiñó un ojo, a modo de broma, terminando de eliminar los rastros de lágrimas.

— No es por enamorarte, pero quiero que me cocines.

— Ya es tarde, bebé. He caído a tus pies.— acarició su mejilla, sonriéndole. Lo que había dicho hace unos segundos era completamente verdad. No le importaría tener a Han cerca, ya pasaban mucho tiempo juntos, no le veía nada de malo en vivir con él, sea por la protección del menor o no.

— Minho, ¿alguna vez te he dado las gracias por todo lo que haces por mí?— cuestionó el menor, apoyándose en el tacto del mayor. Minho asintió, ladeando la cabeza hacia el mismo lado que el chico.— Gracias nuevamente, entonces.

— No hay de qué, para eso estamos los amigos.

Y por primera vez, le incomodó llamar a alguien amigo. Pero eso era. Él y Jisung solo eran amigos, ¿por qué serían otra cosa? Jisung lo trataba como a un amigo más, y eso debía hacer él. Quizá no abrazaba a Jeongin al dormir, ni tampoco abrazaba a Seungmin cada vez que podía, pero eran amigos.

Y no debería haberse quedado con la duda antes de decir esa palabra, pero lo hizo.

Porque quizá ese sentimiento de protección hacia Jisung no era tan fraternal como pensaba.

actualicé secret 🥳🥳🥳

la verdad es que amo esta historia, se ha desviado del rumbo principal pero me gusta :( no sé a vosotrxs (? ay no sé, pero me gusta. actualizo cada 61636 años, pero aquí está el capítulo.

gracias por el apoyo, nunca pensé que una historia mía llegaría a tanto.

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