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-Oye, Clearke, ¿Que tienes?- me pregunta Hanji desde del otro lado de la mesa.

-Nada, Hanji- le contesto sonriendo justo en el momento en que recibo otro golpe en la pierna y me doblo hacia adelante del dolor-. Cólicos- miento.

Ciel me sonríe tranquilo cuando me enderezó. Sí, este crío lleva torturándome por puro placer más de media hora ¿Por qué? Porque Izbell Clearke no sabe quedarse callada y casi que gritó que Ciel y Sebastian hacían una linda pareja.

-Es suficiente- me quejo.

-Nos delataste- me reprocha sonriente.

Sebastian nos ve con una sonrisa burlona en el rostro.

-Señorito, deje a Izbell un momento y participe en la conversación- le reprocha Sebastian.

Ciel coloca su mano sobre la mía y casi pego un grito al sentir su pellizco.

-Por eso no creces- le digo con dolor.

Yuu gira a verme sorprendido.

-¿Pasa algo, hermanita?- me pregunta con la preocupación de hermano mayor.

-Sí- le sonrió ocultando el dolor.

Parece que no lo convencí del todo en ese momento, lo que hace que su mirada se desvíe a la de Ciel, el chico le sonríe demostrando que "todo va bien". Eso hace que mi hermano se preocupe más, no es tan tonto y Ciel no le agrada tanto, lo veo en sus ojos.

Mika le da un golpecito en el hombro para llamar su atención.

-¿Qué pasa?- le pregunta al final.

-Nada, solo quería saber porque Izzy estaba con esa cara- le explica con tono suave.

Mika me observa detenidamente. Sus ojos son profundos, siento que me atraviesan el alma, como cuchillos celestes. Luego sonríe y todo se calma.

-¿Como...?- intento preguntar pero el se coloca un dedo sobre los labios.

Ciel lo ve con sorpresa y siento como su mano intenta tomar la mia por él desconcierto.

-Mika es muy guay- le digo viéndolo con una sonrisa.

-¿Que hizo?- pregunta Ciel-. Por un segundo creí que hablaban con la mirada.

Nosotros dos nos reímos. Ciel y toda la mesa nos ven con sorpresa.

-Bien, Mika-kun- le digo guiñando un ojo.

En ese momento las conversaciones siguen su curso, yo me quedo hablando amemamente con Ciel y Sebastian.

-El joven amo es dueño de la tercera compañía aliada con la de el señor Hyakuya- me explica Sebastian mientras corta la carne de Ciel-. Son amigos de hace unos 6 años.

-¿Y cuantos años tienen?- les pregunto-. Si no les molesta decirme.

-El joven amo tiene 16 años- responde Sebastian.

-Sebastian tiene 28- responde Ciel.

-Hacen una linda pareja- les digo suspirando. Son tiernos.

Ciel se sonroja al instante mientras Sebastian se cubre la boca para no reír.

-Izbell, dejalos, no todos en tu vida son gays- me reprocha Yuu.

Le sonrió con malicia.

-¿Quien sabe?- le pregunto.

Eso hace que se ponga rojo hasta las orejas. Sí, mi hermano es el rey de los gays.

-Kimi- llamo a Rosita Fresita- ¿Cuantas novias has tenido?

Él se pone ligeramente rojo mientras todos los ojos de la mesa se posan sobre él. Pasan cinco segundos hasta que decide contestarme.

-Ninguna- responde sincero.

-¿En serio?- pregunta gritando Hanji.

-Cuatro ojos de mierda, modera el tono de voz- le regaña Levi.

Levi me observa fijamente, yo le intercambio la mirada.

-Oh, muy bien- me felicita con una sonrisa y siento mi cara de idiota aparecer.

-Mío- lo señala Eren.

Me rio antes de contestar;

-Lo sé, son una de mis parejas favoritas.

Eren se sonroja levemente mientras me guiña un ojo.

-Al final ¿Quien es activo y quien es pasivo?- les pregunto en voz baja, solo para que nuestra mesa escuche.

-Versátiles- contesta Eren sin mucha importancia.

-Oh, Levi es el uke- me respondo y todos ríen-. Se te da mal mentir.

Él se encoje de hombros y mira con una sonrisa a Levi, que parece querer matarnos a golpes.

Toda la mesa le sonríe en consenso. No queremos a un Levi más malhumorado aún. Esto hace que se sonroje ligeramente y todos nos cubramos la boca con sorpresa.

-Levi... -comienza Hanji.

-Ackerman... -le sigue Krul.

-Está... - Continua Ciel.

-Sonrojado. - finaliza Mika.

Eren lo ve aún con una sonrisa, pero esta parece tener un mensaje oculto... Un buen mensaje oculto que me garantiza un Levi en cama por un buen tiempo.

-Eren- llamo su atención-, necesitamos caminando al enano.

Levi abre la boca para decir algo pero la vuelve a cerrar al instante. Al darse cuenta de lo que hizo se cubre la cara, por su corte de pelo podemos ver sus orejas rojas.

Estamos por soltar un "Awww" cuando la mirada de Eren nos esta matando a todos, por lo que nos contenemos y mejor dejamos en paz a su novio.

-La mirada del terror- escucho que le dice Yuu a Mika.

-Sus ojos en realidad son tan bonitos como intimidantes- le responde Mika.

Puedo sentir el kokoro de mi hermano apretarse. Solo continuo escuchando.

Kimizuki, que esta sentado junto a Yuu en la mesa, le da un codazo suave para llamar su atención. Yoichi y yo nos miramos con miedo, ambos estamos preocupados por lo que vaya a hacer Kimizuki.

-Oye, Yuu, ¿Vamos a tu casa después de la fiesta?- le pregunta para cubrir el estado emocional de mi hermano.

-Claro- responde con la sonrisa de siempre pero con los ojos tristes.

"No creas que Mika lo va a herir a propósito", recuerdo las palabras de Eren e intento relajarme un poco con las mismas.

Veo como Mika comienza una platica con Krul y Hanji mientras Yuu sigue platicando los detalles de ir a nuestra casa luego de la fiesta. Esto va mal.

-Yoi, necesitamos un plan- le susurro.

-¿En que te ayudo?- me pregunta en susurros también.

-Tenemos que dejar solos a estos dos cuando lleguemos a mi casa...

-¡Eren!- llama Ciel a mi lado-, estos dos están mencionando a tu hermana.

Eren pone los ojos en blanco.

-Deja esas bromas, Ciel, ya hablamos sobre eso.

-Ah, ya no hay diversión- se queja con Sebastian.

-Deje a la señorita Mikasa en paz- le regaña Sebby.

-¿Mikasa?- pregunta Yoi-, ¿Ese es el nombre de tu hermana?

-Sí- contesta Eren, acariciando discretamente la mano de Levi-. Sé que es raro.

-No es por eso... Creo que la conozco- responde.

-¿Una chica con cabello negro y corto que siempre usa una bufanda roja?- pregunta Kimizuki, metiéndose a la conversación.

Eren los ve sorprendidos.

-Sí, es ella- se ríe Eren- ¿Pueden creer que Levi-san tenia celos de ella?

Todos suprimimos una risa y miramos con discreción a Levi, que parece haber superado su sonrojo y ahora vuelve a querer matarnos.

Adoro a ese enano.

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