Capítulo 40

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Narrador Externo

4:00 p.m.

Cuatro personas lloriqueaban sentadas en las gradas frente al salón. Ciel, Izbell, Mika y Yuu.

-¡Ya, dejen de llorar!- pedía un amable Sebastian-. Ya lo arreglé.

-Gracias, Sebastian- hablaba entre sollozos Yuu.

Los mocosos admiraron una vez más el gran salón iluminado, los trozos de vidrio y hielo habían desaparecido. Izbell y Ciel, intentando ayudar, habían roto una escultura de hielo, luego Mika y Yuu dejaron una copa mal posicionada, que terminó haciendo que las demás perdieran el equilibrio y se estrellaran contra el suelo, haciéndose añicos. Sebastian había arreglado todo en menos de cinco minutos: una nueva escultura reemplazaba la anterior y las copas estaban colocadas con exactitud.

-Tenemos que ir con Levi y Eren- se enjuaga las lágrimas Izbell-. Su boda ya empieza.

-No estamos lejos- recuerda Sebastian-. Y ya los alisté.

-Solo vamos- suplica Ciel.

Sebastian parece ablandarse, se van lo más rápido que se pueda, llegando a tiempo para ver a los novios entrar en pánico, cada uno en su cuarto. Mika y Sebastian van con Eren. Ciel, Izbell y Yuu con Levi.

-¡¿Y si se arrepiente?!- el chico daba vueltas por el cuarto, seguido por sus amigos.

-Llevan más de cinco años siendo novios- recuerda Yuu-. No creo que se arrepienta.

Izbell, cansada de su pánico, toma de un abrazo a Levi y lo sienta en la cama.

-Rivaille Ackerman- habla despacio-. Eren no te va a dejar plantado en el "altar". Ahora, quiero tu trasero tranquilo para bajar y caminar hacia Eren, que te espera abajo ¿Okay?

-Okay- responde, regresando en si.

Todos suspiran y comienzan a bajar las gradas, el lugar del altar esta en el patio de la casa, el hombre que los casaría parecía feliz.

Justo cuando el piano comenzó a sonar la señal fue lanzada. Izbell, Yuu y Ciel empujan a la novia hacia el camino, corren a sus lugares para esperarlo.

Se puede observar el nerviosismo de Levi al caminar al altar, tiembla ligeramente al inicio... Hasta que ve a Eren.

Los ojos de ambos se encuentran y lo demás se hizo por inercia. Promesas de amor eterno, "acepto" y un beso. Ninguno de ellos notó las lágrimas de varias personas presentes, todos estaban felices de verlos dar un paso así de importante: eran una pareja perfecta.

Mika se acerca a Yuu cuando la ceremonia termina, Izbell les deja a solas mientras va a felicitar a sus amigos.

-¿Por qué parece tan fácil?- pregunta Mika.

-No lo es- lo contradice-. Uno nunca esta seguro de sus decisiones hasta mucho después de tomarlas.

-¿Crees que tú y yo...?

-Eso lo decidirá el futuro. Por ahora solo disfrutemos del presente.

-¿Izbell lo aceptaría?

-Ella solo quiere verme feliz, no dirá nada.

Mikaela deja salir un suspiro.

-Te amo- le dice para luego besarlo.

Ciel y Sebastian observan de lejos, extrañados con el comportamiento de esos dos.

-¿Qué más da? Seguro se pusieron sentimentales con el futuro- intenta huir de las demás opciones Ciel.

-Ya deberíamos irnos al lugar de la fiesta- Sebastian observa su reloj unos segundos-. Son las 6:45.

Demonios!- suelta Ciel, tomando la mano de su novio-, apuremonos o adiós sorpresa.

Ambos corren hacia Izbell, apartándola de los novios.

-¡Nos vemos en la fiesta!- se despiden los tres de los sorprendidos chicos.

-Dios- suelta Levi-. Van a quemar algo.

Eren se ríe.

-No desconfies de ellos- le pide, acariciándolo.

-¡Eren! ¡Levi!- llama Armin.

Si bien todos tomaron caminos diferentes las historias se unen al final.

Mikaela y Yuuichiro se separaron un poco del resto para continuar hablando del amor que sentían junto uno que otro plan a futuro. Una boda sería demasiado precipitada para ellos dos en ese momento, a futuro lo pensarían mejor.

Eren y Levi sonríen y se toman fotos con los invitados a la celebración, tomados de la mano van de un lado a otro. El amor se siente en el aire, las miradas que ambos se dedicaban hacían suspirar a quienes estaban a su alrededor.

Mientras tanto... Sebastian, Ciel e Izbell seguían causando estragos.

-¡Muevan eso un poco al lado!- daba las instrucciones Sebastian-. Es solo un cuadro, no pesa tanto.

-¡Dices tu, jodido demonio!- grita Clearke.

Ciel suelta una carcajada como signo de no aguantar ni un segundo más ese peso.

-¡Rápido! Por Eren y Levi- insiste Sebastian.

Eso les da una fuerza imprevista, terminan de colocar el cuadro para luego apreciarlo.

Sí, habían conseguido un detalle así a solo dos días de darlo.

-Me gusta, espero también a los chicos- fantasea Ciel.

-Seguro- sonríe Sebastian-. Ya esta todo listo... Y deberían estar aquí...

Mi teléfono suena, la canción que le tengo a Yuu para llamada.

-¿Sí?- contesto.

-Izzy, Mika y yo nos llevamos a los novios a dar una vuelta antes de llegar, pero ya todos los demás van para allá.

-Okay, Yuu, ya terminamos aquí, puedes traerlos.

-Ya vamos.

Y colgamos.

Justo entonces los amigos comienzan a entrar. Jean es de los primeros, junto a Marco, Isabel y Farlan.

-¡Chicos! ¿Como quedó?- pregunta Izbell.

Todos ven alrededor. Paredes blancas, luces doradas, aspecto antiguo pero limpio como a Levi le gustaba, el cuadro de la pareja, pastel de cuatro pisos, mesas con manteles blancos servidas, empleados esperando ordenes, la pirámide de copas de vidrio, la estatua de hielo y un espacio amplio para bailar.

-Perfecto- sueltan todos.

Poco a poco más invitados llegan, los empleados comienzan a sentarlos según el orden de mesas. Solo faltaban los esposos y los novios.

Narra Izbell

8:00

Eren y Levi comienzan el baile luego de un brindis y la comida. La música es suave, un grupo toca lo que ellos dos habían compuesto hace años. Era mágico verlos.

Luego de la primera pieza dieron la señal para que los amigos de los novios pasaran al centro para hacerles compañía bailando.

Farlan e Isabel fueron los primeros, luego Marco y Jean, Mika y Yuu, Sebastian y Ciel. La mirada de Levi me ordenó ir con ellos, por lo que di un suspiro largo y tomé la absurda posición, como si sostuviera a alguien invisible, comencé a bailar sola entre los demás para llegar a ellos.

-Oh Dios mío- escucho la risa de Eren.

Luego la risa que me dice que hago algo bien: la de Levi.

-¿Les agrada mi pareja?- les pregunto al pasar por su lado.

-Es un muy buen tipo- aprueba Eren.

-Algo traslúcido, pero buen tipo- sigue Levi.

Desde donde estoy puedo ver a mi hermano y a su novio bailar. Me distraigo viéndolos, felices, riendo, unidos.

-Levi, amor, voy a sacar a bailar a Mikasa- le avisa Eren.

-No hay problema, voy con Izzy- y yo freno mi baile ridículo.

Levi esta frente a mi, sonriendo y tendiendome la mano.

-Hoy podemos bailar por ser mi boda- me dice con un toque de burla-. Mis dos centímetros de más lo permiten.

-Solo por decir eso te voy a tratar de mujer- él se ríe.

Tomándole de la cintura comienza el baile por un salón grande y lleno de personas conocidas, queridas.

-Espero que Eren te cuide mucho, Levi- le digo durante el baile-. Mi retoño, hoy tengo que dejarte ir para que continúes creciendo. Eres mi orgullo.

-Tranquila, mamá, solo me iré dos semanas.

-¡Tanto tiempo!- me quejo-. No sé como sobreviviré con esos dos promiscuos.

Levi continúa riendo. Es imposible que no me sorprenda si él lo hace, llega a maravillarme verlo expresarse tan libremente... Aunque también me agrada su cara de amargado.

-En fin, mocosa, vas a tener que hacerlo. Ya hablamos con ellos dos.

-¿En serio? ¿Qué dijeron?

-Que van a intentar controlar las hormonas frente a ti.... Oh, y van a tener una cita los fines de semana, tal vez Mika se mude con ustedes o Yuu con él.

Eso me remueve algo internamente.

-¿Eh?- me mareo un poco- ¿Mudarse?

Levi me ve con ojos de sorpresa.

-Sí, cuando cumplan un año de novios deberían dar ese paso- luego se queda callado unos segundos para volver a hablar-. Tú siempre has vivido con tu hermano ¿Verdad?

-Sí, siempre.

-¿No quieres que vivan juntos?

-Sí...

-¿Acabas de pensarte mejor lo que significa eso?

-Voy a vivir sola- afirmo.

-Si tu quieres puedes...

-No pienso irme a vivir con unos recién casados, no puedo hacer eso, necesitan su espacio- me apresuro a decir-. Gracias, Levi, pero ni puedo.

-Izzy, llevó viviendo más de cinco años con Eren, no creo que vaya a cambiar mucho con el hecho de habernos casado- rueda los ojos.

-Ya veremos luego que hago- le sonrío- ¿Eren te dijo a donde irán?

-Aún no, dice que es una sorpresa.

-A nosotros solo nos dijo que tipo de ropa ponerles en las maletas...- y eso me hace recordar que aún no guardo en sus maletas uno de nuestros regalos de boda-. Mierda.

-¿Qué?- pregunta.

-Casi olvido uno de sus regalos, pero Mika y Yuu lo tienen en el auto, te lo mandaré en tu maleta, lo abres hasta llegar a destino.

-Puto misterio- se queja.

Le sonrió y continuamos con el baile. Al terminar la canción Eren regresa para reclamar a su esposo, le doy su mano mientras le pido que lo cuide. Eren sonríe y me promete eso, Levi esta abochornado por nuestra determinación a cuidar de él.

-Bien, hijos míos, voy a guardar sus cosas.

Ya van a ser las 10 de la noche y su vuelo sale a las 11:30, me deja con unos 40 minutos para ordenar lo que falta.

Me apresuro a llegar con Mika y Yuu para ir al auto, ellos hacen todo a sabiendas de que busco.

-Le dejé las llaves a una chica- recuerda Mika-. En recepción, para ordenar los autos.

Correr como locos era nuestra especialidad.

-Buenas noches- nos saluda una chica bastante familiar- ¿Su número?

Mika le pasa el cartoncito, ella sonríe, lo toma y se gira para buscar las llaves.

-Es increíble ver a los hermanos Clearke de nuevo junto con el señor Hyakuya ¿A qué se debe el honor?- pregunta al darnos la llave.

Entonces recuerdo: Mercedez Briel.

-Fue la boda de unos amigos- explica Yuu.

-Oh, felicidades- nos pasa la llave-. Hasta luego- nos despide con una sonrisa.

-¡Adiós, Briel!- nos despedimos mientras corremos afuera.

Encontrar el auto es la tarea más fácil del mundo, lo difícil fue hacer que Mika abriera, le temblaban las manos y las llaves no entraban.

-¡Dame eso!- gritamos con Yuu, arrebatándoselas.

Yuu quitó el seguro de las puertas y baúl, rápidamente fui por la bolsa de regalo que había ahí escondida, regresé a la maleta de Levi para meterla dejándola sobre lo demás.

-¿Creen que le guste la lencería que elegimos para él?- pregunto cuando ya vamos de regreso para adentro.

11:10

Llegamos con Eren y Levi justo cuando el reloj dio las 11:11 ¡Momento!

-¡Pidan un deseo!- digo mientras los tomo de los meñiques.

Todos cerramos los ojos unos segundos para pedir un deseo.

Que todos sean felices.

-¿Qué diablos están haciendo?- pregunta Ciel, acercándose.

-Pidiendo un deseo- les dice Eren.

-Oh, bueno, es hora de dar unas palabras y así puedan irse a su luna de miel- nos recuerda Sebastian.

La primera persona en subir a dar unas palabras es la madre de Levi, seguida por la de Eren. Ellas dos estaban felices con la elección de sus hijos, le daban las gracias al novio de su hijo entre lágrimas. Luego subió Farlan, con uno que otro chiste sobre los primeros días de noviazgo de los novios, finalizando con una felicitación que le sacó lágrimas a ambos. Jean también subió, dijo que en un principio no era del todo amigo de Eren pero que el "bastardo suicida" se había ganado su confianza, por ende apoyó en todo momento que Eren llevara a cabo un tonto plan para enamorar a Levi, su discurso hizo reír mucho a los novios, sonrojando de vergüenza en ocasiones también.

-Yo no soy bueno con las palabras- dijo al estar enfrente Ciel-. Pero sé quién dará el discurso por mi... ¡Izbell Clearke.

Al ser mencionado mi nombre sentí las miradas sobre mi, no quería pasar al frente, pero mi hermano y su novio me empujaron fuera de la silla.

Ni mergas, a subir, pienso mientras camino al frente.

-Hola a todos- comienzo-. Tal vez no soy la persona más indicada para pasar al frente y felicitar a los novios, llevo muy poco tiempo de conocerlos... Pero son mis mejores amigos, también, y por ello diré esto.

"Eren y Levi hacen una muy linda pareja, juegan como niños a veces, pelean por horas en otras ocasiones, pero al final del día vuelven a estar juntos. Se aman de una forma admirable. Por ello estoy aquí para felicitarles. Hijos míos, mis polluelos, les deseo la felicidad en su matrimonio por siempre.

Aplausos suenan por todos lados mientras bajo. Siento que el mundo me da vueltas cuando dos pares de brazos me envuelven.

-¡Gracias!- escucho a Eren y Levi decir.

-De nada, mis niños, es su hora de partir.

Lo demás pasó muy rápido. Despedidas, la ida en carro, el aeropuerto, los chicos entrando por una puerta de hierro y luego un silencio extraño.

-¡Ahora estas con nosotros!- se ríen Mika y Yuu.

Ah, que molesto, jodidos hormonales.

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