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∆Narra Izbell∆

-Izzy... Izzy...- una voz suave llamaba mi nombre.

Abro los ojos con cuidado, la iluminación de la habitación hace que me sea más difícil el enfocar la vista.

-Auch...- susurro incorporándome.

Una risita conocida llega a mi. Distingo la borrosa figura de Mika sentado en una silla del otro lado de la cama. Sonríe.

-Ya despertaste, Yuu-chan aún no lo hace- me informa-. Ya me dijeron que pasó aquí y lo de la prueba de embarazo.

Mi rostro se vuelve rojo. Mierda, que vergüenza.

-En fin ¿Por qué tan asustados?

Levanto los hombros.

-Supongo que Yuu te imaginó recibiendo la noticia de una mala manera.

-¿Yo? Yo sería feliz también si él pudiese tener a nuestro hijo- se ríe.

Giro los ojos, mi humor de siempre vuelve a cargarse.

-¿Y los chicos?- pregunto levantándome.

Puedo ver a mi hermano aún desmayado sobre la cama, eso me da cierto punto de gracia.

-Este pendejo- susurro.

-Levi y Eren están limpiando el desastre que hicieron ustedes dos en cuestión de segundos. Ciel y Sebastian se encargan de la ropa.

-¿Qué desastre?- pregunto confusa.

El rubio gira los ojos.

-Cuando se desmayaron dejaron caer dos vasos de agua, una suerte que los vasos solo dejaron salir el agua.

-Mierda, Levi estará furioso conmigo.

-No lo esta- me contradice- es más, me dijo que cuando despertaran le llamara.

-Entonces voy con él- le digo, saliendo de la habitación.

∆Narrador Externo∆

Mika había tomado el lugar de Izbell en la cama para estar junto a su pareja.

Observaba a Yuu con total admiración, el azabache era ahora su vida entera.

Con esos pensamientos comenzó a acariciar su mejilla, suave, como si pudiese romperlo si aplicara solo un poco más de presión. Suspiro tras suspiro, los ojos de Mika se cerraron para caer dormido.

Casualidad del destino o no, Yuu despierta en ese momento para encontrarse al chico del cual se enamoró. Su cabello rubio llama a la mano de Yuu para acariciar la zona. Lo hace, despacio, no quería despertarlo aún.

-¡Mika!- entra su hermana, gritando.

Ella se queda congelada en el marco de la puerta al verlos, sin decir más cierra la puerta con cuidado y sus pasos apresurados son lo único que se escucha en el pasillo.

-Deberías enseñarle a caminar sigilosamente- susurra Mika.

Yuu se sobresalta al verlo despierto, aunque unos segundos después se inclina para besarlo.

-Al fin despiertas- le dice Yuu mientras se acomoda en los brazos de Mika.

-Solo fueron unos minutos de sueño, tu llevas más o menos una hora- le informa.

-¿Ya te dijeron?

-¿Que creiste estar embarazado? Sí, tonto- se burla un poco.

Yuu oculta su rostro en la curva del cuello ajeno, su vergüenza lo supera por mucho.

-Pero... Sí quieres podemos intentarlo- habla despacio en su oído, es un tono seductor el que utiliza mientras sus manos dan caricias para bajar más por el cuerpo de Yuu.

-No podemos, todos están en casa- intenta frenarlo Yuu.

-Va a ser rápido, amor- le promete.

Yuu gira los ojos.

-Esta bien, pero si se enteran o no me puedo parar; te mato.

Mika se ríe.

-Ay, dulzura.

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★Una Tragedia Nos Separará★

-Suena muy tonto- se queja Izbell al instante.

Eren borra y vuelve a escribir un titulo.

★La Tragedia De Amarte★

-Ese me gusta- da el visto bueno.

-Bien, esto se estaba volviendo eterno- habla Ciel, levantándose-. Voy por agua, tu empieza a escribir.

Levi esta dormido en el sofá, cubierto por una frazada roja que Eren le traía.

-No duerme mucho últimamente- explica a todos cuando ven lo rápido que el enano se durmió.

El sonido de las teclas es lo único que interrumpe la paz de la habitación. Hasta que Ciel entra, sin vaso de agua y con cara de trauma.

-¿Ciel?- pregunta Eren al verlo- ¿Estas bien?

-Chicos, vayan al pasillo- pide.

En el instante las teclas dejan de sonar, todos van a donde Ciel dijo.

-... Mika- gemido, gemido, otro gemido.

-Este pendejo- se ríe Izbell-. Acaba de salvarse de quedar embarazado para volver a intentarlo.

Comienza a subir las gradas, nadie se mueve de su lugar, Sebastian decide que lo mejor es dejarla actuar.

Izbell abre la puerta con fuerza, eso deja helados a Mika y a Yuu, que se cubren pronto con las sabanas. Ella camina a el escritorio de su hermano, no revuelve buscando el regalo de Levi, hasta que da con él en el fondo. Toma uno y se los lanza.

-Par de idiotas, usen el regalo- dice, antes de salir le pone seguro a la puerta-. Y tengan cuidado. Voy a casa de Eren y Lev.

Mika ve a Yuu con los ojos bien abiertos, el rostro más pálido que de costumbre. Yuu, en cambio, esta rojo enteramente.

-¿Ella... Nos dio permiso...?- Mika seguía confundido.

-Solo continua- pide Yuu.

Abajo algunas risas escandalosas rompen el silencio, Ciel e Izbell disfrutan de joder a los tórtolos.

-Si hubieras visto su cara- se ríe Izbell.

-Ya- los frena Sebastian-. Mejor nos vamos.

-Sí- Ciel se calma- ¿A tu casa, Eren?

-Como quieran, pero tengo que cuidar de Levi-san.

-Te ayudamos- y con esa promesa Eren toma a Levi para marcharse.

El hogar de los Clearke estará infestado de sonidos eróticos por un tiempo.

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•Más tarde, en el auto del SebaCiel rumbo a casa del Ereri•

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-Chicos...- susurra Clearke-... ¿No creen que hice mal en dejarles tener sexo desenfrenado?

-No- responde Sebastian- ¿Por qué?

-Porque... ¡Pueden volverse adictos al sexo!

-No creo- comenta Ciel.

-Ciel, tu no eres quien viviría con esos dos bulliciosos y recién desvirgados hombres.

Sebastian deja salir una risa burlesca.

-En parte tienes razón- admite Ciel-. Puede que una noche estés durmiendo plácidamente y te despierten los gemidos de tu súper-pasivo hermano.

Un grito de agonía y preocupación es lo que deja salir Izbell de su garganta.

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