CAPÍTULO 32
VOTEN Y COMENTEN
ESO SIEMPRE ME ANIMA A ESCRIBIR
LOS QUIERO ❤️❤️❤️
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ASHER
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A la mañana siguiente, paseamos por el pueblo y compramos algunos adornos que atrajeron la atención de Rebecca; todos nos sentíamos en paz y Nathan se veía más relajado que nunca; lo que era una clara señal de lo agotado que estaba por culpa de todos nosotros.
Nathan era el más responsable del equipo, era a quien llamabas en una crisis, pero se veía agotado y eso de cierta forma me hacía sentir algo culpable, en especial teniendo en cuenta lo mucho que me había ayudado a planear la sorpresa para Katherine.
Esta tarde llevaría a cabo mi propuesta y lo haría en un lugar especial para nosotros; el lugar en el que toda nuestra historia comenzó y todo tenía que salir perfecto, por lo que justo ahora estaba al borde de un colapso nervioso por la ansiedad.
¿Y si no le gustaba la sorpresa?
¿Y si algo salía mal?
¿Y si me olvidaba lo que iba a decir?
Estaba volviéndome loco, pero este era el momento correcto, de eso estaba seguro y después de hoy, las cosas cambiarían aun más, aunque eso era algo que llevaba deseando un largo tiempo y era un sueño que esperaba se hiciera realidad.
- Entonces, ¿Preparado? – preguntó Nathan mientras esperábamos nuestro turno para comprar los helados
- Estoy nervioso, pero también emocionado – admití mirando hacia la mesa en la que nos esperaban Katherine y Rebecca – Ellas son lo mejor que me ha pasado en la vida
- Me alegra verte tan enamorado
- No creí que volvería a sentirme así; pensé que la había perdido
- El universo te dio una segunda oportunidad
- Y no pienso desaprovecharla; no volveré a fallarles – dije al ver a Katherine sonreír y me fue inevitable no sonreír en respuesta
Después de comer el helado, paseamos durante un poco más de tiempo por el pueblo; visitamos la antigua casa en la que solía vivir y algunos lugares que frecuentaba; pero por más que todos la estaban pasando bien, yo continuaba nervioso.
Katherine se veía preciosa con su vestido corto de color azul que casi flotaba a su alrededor y de su mano iba nuestra pequeña, tan hermosa y dulce como su madre; ambas eran preciosas tanto por dentro como por fuera y me sentía agradecido de tenerlas.
Cuando conocí a Katherine, me llamó la atención lo diferente que era y no solo por lo extraño de su vestimenta o por lo mucho que evitaba mi mirada, si no por la suavidad de su toque y la inocencia en sus palabras; ella era buena y las buenas personas son algo raro de encontrar en este mundo.
Katherine era amable, inocente, dulce y algo temerosa, pero también tenía ese fuego en la mirada que la volvía suspicaz y soñadora; ella anhelaba más de lo que le permitían tener y poder mostrarle, aunque fuera una pizca de ese mundo que ella no conocía, fue maravilloso.
Me enamoré de ella con facilidad y jamás pude olvidarla; porque desde el primer momento en que nos conocimos, se adueñó de mi mente, de mi alma y corazón; así de especial y mágica fue mi historia de amor con mi hermoso girasol.
Un poco antes del atardecer, nos dirigimos al lugar en el que Katherine y yo nos conocimos; en el lugar en el que pasábamos tiempo a solas y nos enamoramos; lo que por supuesto, mi brillante girasol no tardó mucho en notar.
Caminamos hasta el pequeño bosque en el que solíamos pasear y nos detuvimos cerca al río; Nathan se quedó a un lado, acompañando a Rebecca que iba recogiendo flores mientras Katherine y yo caminábamos entre los árboles.
- Este lugar me trae recuerdos – comentó Katherine sonriendo y apreté su mano con suavidad
- Recuerdo que ni siquiera podías mirarme a los ojos sin temblar
- Era tímida – se justificó sacándome una sonrisa
- Diría asustadiza – respondí haciéndola reír – Le tenías miedo a casi todo
- ¡Por supuesto que sí! Te recuerdo que todo era nuevo para mí
- Me encantaba mostrarte todas esas cosas nuevas; adoraba ver el brillo en tus ojos cuando algo te hacía feliz
- Era el mejor momento de mi día – admitió girándose para sonreírme – Me emocionaba verte y saber que cosa nueva ibas a mostrarme
- Me pasaba la noche entera leyendo libros o buscando canciones para mostrarte; incluso durante las clases, me dedicaba a escribir notas en los márgenes de los libros y resaltar las frases que sabía que te gustarían.
- Jamás las he olvidado y atesoré cada uno de esos momentos
- Cambiaste mi vida, Katherine; lo cambiaste todo para mí
Mientras caminábamos, la fui guiando hacia nuestro lugar especial en dónde tenía todo preparado para la propuesta y una vez que llegamos, sus ojos se abrieron de golpe y ese brillo que amaba ver en ellos resaltó con tanta luz que quedé maravillado.
Siempre existiría una atracción magnética entre nosotros dos; una fuerza de la naturaleza que nos llamaba a estar juntos; ella era mía tanto como yo era suyo y la amaba, con cada latido y cada aliento; ella era mi mundo y la razón de que cada día fuera más brillante que el anterior;
- Nunca conocí a nadie como tú; me enloqueces y me consumes por completo – dije acariciando su mano - Eres la razón de mi existencia, girasol; eres ese sueño que anhelo tener cada noche y lo primero que espero ver al despertar; eres mi luz, mi deseo, mi amor; lo eres todo – susurré acercándola un poco más hacia mí - Te amo, te amo con todo lo que soy y lo que seré; te he amado desde el segundo en que te vi vestida con esa ropa extraña mientras rehuías de mis ojos; te he amado en el pasado, lo hago ahora y lo haré cada día del resto de nuestras vidas; te amo por nuestra hija y por todos los hijos que tendremos; te amo por cada una de las razones por las que jamás amaré a nadie más y eso nunca debes dudarlo.
- Asher...
- Tenía miedo de lo que sentía; tenía miedo del futuro, pero cuando me fui; cuando escapé de lo que sentía y te perdí, sentí el verdadero terror; porque sabía que no solo estaba perdiendo un momento, sino que también perdía al amor más grande que pudo ofrecerme la vida; te perdí, girasol y fue una tortura vivir estos años añorando a alguien que dejé ir por cobardía; por eso ahora que te tengo; ahora que por fin puedo volverte a sentirte en mis brazos, sé con certeza que jamás volveré a dejarte ir; porque eres la mitad de mi alma y te he amado desde el momento en que te vi por primera vez; te he amado en cada paseo, en cada momento que estuvimos juntos y cada momento separados; sé que soy imperfecto y sé que cometeré cientos de errores en esta vida, pero nunca más me iré de tu lado y aunque me equivoque cien veces, lucharé cada segundo por hacerlo mejor, porque no puedo imaginar una vida sin ti; eres la única mujer en la que he pensado en toda mi vida; siempre fuiste tú y siempre serás tú – sus ojos estaban llenos de lágrimas y los míos seguramente se encontraban exactamente igual - Después de perderte, jamás imaginé volver a enamorarme y mucho menos el poder casarme con alguien más; porque con la única mujer que aceptaría pasar el resto de mi vida, eras tú; no importaba cuan lejos estuvieras ni cuanto tiempo pasara; jamás fui capaz de sacarte de mis pensamientos y deseaba soñar porque al menos en mis sueños podría tenerte a mi lado – dije acercándome a sus labios - Te amo, girasol; te amo.
Acariciaba sus manos con delicadeza, porque, aunque sabía lo fuerte y valiente que era, para mi siempre sería mi pequeño girasol; tan frágil como hermoso y nunca permitiría que volviera a salir herida; porque ella era mi vida, mi mundo y mi adoración; la amaba con la fuerza de la mayor de las tormentas y nunca volvería a dejarla ir.
- Katherine – dije colocándome de rodillas y ella sonrío mientras yo sacaba la pequeña caja de terciopelo de mi bolsillo – Mi hermoso girasol – me fue imposible contener la sonrisa y ella suspiró mientras las lágrimas volvían a sus ojos – La mujer más bella de este mundo; mi luz brillante que siempre me hace sonreír; te adueñaste de mi mente, mi corazón y mi alma; así que te entrego todo, somos tú y yo para siempre ¿Me harías el honor de pasar el resto de nuestras vidas juntos? ¿Quieres casarte conmigo? – pregunté y ella asintió con una sonrisa
- ¡Sí! ¡Por supuesto que sí! – le coloqué el anillo y entonces me levanté para estrecharla entre mis brazos y besarla
- ¡Viva! – gritó nuestra hija mientras las flores comenzaban a caer sobre nosotros y Katherine elevó la mirada fascinada por los cientos de pétalos que volaban a nuestro alrededor
- Asher... te amo – susurró sobre mis labios
- Y yo siempre voy a amarte, girasol
- ¿Para siempre? – preguntó sonriéndome lo que inevitablemente también me hizo sonreír
- En esta vida y en todas las siguientes... - susurré aun contra sus labios - Yo jamás dejaré de amarte
Katherine volvió a unir sus labios con los míos y nuestro beso se hizo más profundo; la amaba de una forma en que jamás sería capaz de describir con simples palabras; porque el amor que nos teníamos rivalizaba con la mayor de las magias; ella era mi luz brillante, mi dulce girasol, mi destino y siempre sería el amor de mi vida.
Si alguien me preguntara alguna vez que momento me gustaría volver a vivir, sin duda sería el día en que la conocí, porque incluso con los problemas que vinieron después, conocerla fue el momento más mágico e inigualable de todos; fue ese instante en que la vi por primera vez y me hizo sonreír como nadie lo había hecho antes; ese fue nuestro primer momento, el que lo inicio todo y nos permitió vivir una historia que siempre estuvo destinada a un final feliz.
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FALTA POCO PARA EL FINAL
Y NO PUEDO ESPERAR PARA QUE LO LEAN
LES JURO QUE ME MUERO DE LA EMOCIÓN
PD: PRONTO TAMBIEN EL SEGUNDO LIBRO
❤️❤️❤️❤️
LOS QUIERO
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