CAPÍTULO 29
ASHER
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El último partido; el último juego y podríamos llamarnos vencedores, porque íbamos a ganar, estaba seguro; nos habíamos esforzado al máximo en cada entrenamiento, en cada partido y en cada momento del camino; ganaríamos, ese era nuestro destino y lo conseguiríamos hoy.
- ¿Tienes todo listo? – preguntó Katherine mientras terminaba de arreglarse
- Sí, ¿Cómo vas? – pregunté acercándome y ella solo giró para sonreírme
- Estoy lista, ¿Vamos a buscar a Rebecca y a Natalie?
Habían pasado unos días y las cosas parecían más maravillosas de lo que pude imaginar; me encantaba despertar cada mañana al lado de Katherine y adoraba escuchar la risa de nuestra hija mientras corría hacia nuestra habitación; disfrutaba cada momento al lado de mis chicas y finalmente me sentía completo.
Tenía todo lo que siempre había deseado y mucho más; tenía la carrera por la que tanto trabajé; tenía un equipo grandioso y compañeros que más que amigos, eran familia; tenía un entrenador que era casi como un padre para mí y para todos nosotros en realidad; pero además de ellos, ahora tenía mi propio pequeño hogar; tenía a Katherine, mi hermoso girasol, la mujer que siempre había amado y a la que mi corazón jamás pudo renunciar; tenía a nuestra pequeña hija que volvía cada día mejor que el anterior; tenía nuevas amigas en las que se podía confiar, porque si algo había quedado claro es que Brenda era leal, con una lealtad tan fuerte que era incuestionable y Natalie, a pesar de lo joven que era; actuaba con madurez y siempre estaba ahí para ayudar; ahora tenía muchas otras personas en mi vida y me sentía feliz por eso; incluso había comenzado a apreciar la compañía de Jared, después de todo, era amigo de Katherine y mi hija lo adoraba, así que aunque al inicio sentí celos, ahora era capaz de entender las razones por las cuales él se había ganado un espacio en la vida de Katherine y nuestra hija; él era una gran persona, era confiable, leal y estaba claro que siempre protegería tanto a Katherine como a Rebecca y eso era algo que apreciaba infinitamente.
Cuando entramos a la sala, me fue imposible no sonreír; mi pequeña ya estaba esperándonos y nadie nunca podría poner en duda a que equipo apoyaba; era sorprendente como había heredado mi amor por el fútbol y aún más impresionante lo bien que comprendía el juego; me gustaba compartir esto con mi hija; me gustaba que el amor por el deporte que siempre había sentido parte de mí, también fuera algo que ella amara; sentía esa conexión y la atesoraba.
Hoy sería la final; el último juego de la temporada y ganaríamos, no solo porque eso era lo que millones de fanáticos esperaban, si no porque tenía una motivación muy fuerte; bueno, tanto el resto del equipo como el entrenador y yo teníamos una razón de gran peso para desear esta victoria y no era por cumplir con el contrato o por lo insistente que era la junta directiva acerca de la victoria, si no porque esta vez, queríamos ganar por los nuevos miembros de nuestra familia; mis amigos querían que Rebecca los viera ganar y yo deseaba con todas mis fuerzas que mi familia ahora finalmente reunida, me viera triunfar en el campo de juego.
- ¡Todo listo! – exclamó Katherine sacándome de mis pensamientos - ¡Es hora de irnos!
- ¡Una foto! – gritó Rebecca corriendo hacia nosotros y la atrapé en mis brazos para levantarla en el aire
- Colóquense y les tomaré una foto – dijo Natalie quien sonreía con tranquilidad
Me agradaba la nueva familiaridad que se había formado entre todos; Natalie era parte de la familia y aunque fue un poco tenso al inicio, ahora se sentía relajada en mi presencia e incluso nos habíamos acostumbrado a los hábitos y las responsabilidades de los demás; Natalie tenía toda nuestra confianza y cuidaba de lo más preciado que teníamos Katherine y yo, que era nuestra hija; pero nosotros también respetábamos sus sueños y sus aspiraciones e intentábamos ayudarla a conseguir sus objetivos, en especial ahora que ella había cambiado su vida para quedarse en San Francisco con nosotros una vez que nos instaláramos en la nueva casa y después de hacer mi propia investigación, había encontrado el lugar perfecto para que ella comenzara a trabajar, después de todo, Katherine me había contado que Natalie no solo adoraba a los niños, si no que deseaba enseñar y había estudiado muy duro para convertirse en maestra, así que íbamos a darle todo nuestro apoyo para que nunca tuviera que ponerle freno a sus sueños.
Una vez que nos tomamos varias fotos, nos dijimos al estacionamiento en dónde una camioneta nos esperaba junto a tres guardaespaldas que se encargarían de nuestra seguridad e inmediatamente nos dirigimos al estadio, ya que todavía tenía que calentar y reunirme con el equipo para discutir los últimos detalles de las jugadas antes de que comenzara el partido.
Cuando entramos al vestidor en dónde los demás se estaban terminando de preparar, la emoción se hizo evidente y mi hija no tardó en comenzar a desearles suerte a los chicos mientras ellos le prometían dar el doscientos por ciento en cada minuto del juego e incluso, para sorpresa de todos, después de escuchar algunas risas y palabras de apoyo tanto de Katherine, como de Rebecca, Brenda que había llegado poco después de nosotros y Natalie, todos estábamos mucho más relajados y con la ansiedad bajo control.
Las chicas se despidieron para dirigirse al palco desde dónde verían el juego y besé a Katherine con intensidad antes de dejarla marchar; me encantaba tenerla aquí conmigo; me encantaba la idea de que tanto ella como nuestra hija estaban aquí, apoyándome en un momento tan importante y era fácil notar lo vacía que había estado mi vida antes de que formaran parte de ella.
- ¡Este partido lo define todo! – gritó el entrenador mientras lo rodeábamos y comenzó a darnos la charla motivacional antes de iniciar el partido
Repasamos las estrategias con el entrenador durante los pocos minutos que quedaban y antes de salir al campo; volvimos a reunirnos en círculo y lancé un grito para animar al equipo.
- ¡Vamos a demostrar lo que valemos en el campo! - exclamé y ellos gritaron - ¡Vamos a conseguir la victoria y dejarlos en el suelo! ¡¿Quiénes somos?! - grité dejando que la euforia y la adrenalina tomaran el control
- ¡Los Raiders de San Francisco! - corearon todos con un grito
- ¡¿Y qué somos?!
- ¡Campeones!
Salimos al campo y los gritos de los fanáticos nos recibieron con emoción; el estadio parecía retumbar por la fuerza de las voces de los fans reunidos para ver el juego y aunque no podía distinguir a mis chicas en medio de las grandes multitudes que nos rodeaban; el solo saber que estaban ahí era suficiente para sentirme pleno.
Mi equipo y yo nos colocamos en posición; la adrenalina corría con fuerza por mis venas y me sentía listo para enfrentar esta batalla; estaba listo para lo que venga y no tenía miedo.
¡Era hora de que inicie el juego!
Con cada minuto que pasaba, el juego iba tornándose más violento, más fuerte y rápido; nadie estaba dispuesto a ceder; nadie estaba dispuesto a dejar ir el balón y con cada punto la victoria parecía más cerca y al mismo tiempo, más lejos.
- ¡Nuestros queridos Raiders han sido llevados al límite por un oponente digno! – la escandalosa voz de uno de los locutores resonaba a través de los altavoces, pero me mantuve concentrado en el juego, porque la más mínima duda podría hacer la diferencia entre la victoria y la derrota.
- ¡Se necesitan más de seis puntos para ganar esta noche! ¡La pelea está en su momento más crítico! ¡¿Será Hunt el jugador que nos dará la victoria?! – otra voz se alzó en los altavoces seguida de los gritos de los fanáticos, pero yo solo podía concentrarme en el juego que tenía en frente y todos mis compañeros parecían estar en la misma situación
Cada uno de nosotros estaba dando pelea; cada uno de nosotros estaba dando todo de si mismo para alcanzar la victoria y aunque el margen que existía entre nuestro equipo y nuestro oponente, no era muy grande; era lo suficiente para darnos una pequeña ventaja.
- 36 a 33, tres minutos restantes – declaré antes de la última jugada – Ellos son veloces y tienen buenas estrategias, pero nosotros somos mejores
- No descuidan sus espacios y el número 27; sí que es bueno – informó Chase quitándose el casco y limpiándose el sudor de la frente
Francamente, todos estábamos agotados; el partido estaba siendo muy duro y por más que habíamos entrenado, el equipo al que nos enfrentábamos tenía un gran nivel y jugaban muy bien; así que la pelea era dura.
- Aprovechemos el odio que el 27 parece tener contra Travis y hagamos un engaño – sugerí y los demás rieron
- Sin duda tiene algo contra ti – comentó Xavien y Travis rodó los ojos - ¿Te metiste con su chica o qué? – cuestionó haciéndonos reír
- ¿Tienes algún plan o solo quieren reírse de mí? – preguntó Travis y me contuve de volver a reír
- No tienes idea de quien era su chica, ¿verdad? – cuestionó Zack y ahora sí que me reí – Eso te pasa por ir de cama en cama
- ¡Chicos! – interrumpí antes de que se sumieran en una nueva discusión – No tenemos tiempo – declaré y comencé a contarles mi plan, por lo que una vez que se reinició el juego, la confianza volvió a nosotros - ¡Vamos por esa victoria!
Todos corrieron a sus posiciones con la respiración acelerada y el sudor corriendo por el cuerpo; estos últimos minutos eran cruciales y marcarían nuestra victoria o nuestra derrota; el agotamiento nos amenazaba y estábamos exhaustos, pero solo hacía falta un esfuerzo más para alcanzar la meta y ninguno iba a darse por vencido.
Lanzamos un grito de guerra y nos mantuvimos firmes hasta que el partido se reinició; la adrenalina detona nuestra energía y la fuerza nos golpea de frente; éramos el mejor equipo y no por el talento o la dedicación, si no por la fortaleza y eso es lo que demostraríamos ahora.
- ¡Tres malditos minutos para saber quién se proclamará como vencedor! ¡Tres minutos para el final de este juego! ¡Esto es épico, legendario, una batalla sin precedentes que recordaremos por mucho tiempo! – la audiencia estalla en gritos y ovaciones antes ambos equipos; los silbidos, los aplausos y los gritos llenan el lugar, pero cuando el balón está en juego, todo desaparece y mi atención solo está en este momento
- ¡Se siente la adrenalina, el miedo y la emoción! ¡Este no es solo un deporte, es tradición y espíritu! – gritó otro de los locutores justo antes de que el silbato volviera a sonar
Todo se movió en cámara rápida; los cuerpos chocaban impidiéndose el paso y el balón fue pasando de mano en mano con rapidez; ellos desean esto tanto como nosotros y están dispuestos a todo por conseguirlo.
Comencé a correr como si mi vida dependiera de ello mientras los chicos llevaban a cabo la jugada; Nathan simuló pasarle el balón a Travis y eso automáticamente captó la atención de varios de los jugadores y ese fue el instante que necesitábamos para sacar ventaja; el balón resplandece bajo los reflectores justo antes de que sea lanzado, pero, aunque todos pensaban que iría a parar a las manos de Travis, cayó en las mías.
Corrí a través del campo con toda la rapidez y la fuerza que me quedaba en las piernas mientras mis compañeros se unían bloqueando a todo aquel que se metiera en mi camino; el tiempo parecía ir muy lento y mientras el balón pasaba de mis manos a las de Zack, sentía que me quedaba sin aliento, pero fue ese último tramo el que casi me detuvo el corazón y cuando él lanzó el balón tan cerca de la zona de anotación, usé lo que me quedaba de fuerzas y aceleré el pasó.
El balón comenzó a descender y por un momento creí que no llegaría a cogerlo; estaba tan cerca que casi podía sentir la victoria rozándome los dedos, el balón caía en picada y los gritos del público resonaban con fuerza, al igual que los gritos frenéticos del entrenador; tomé impulso y salté en el último momento, atrapando el balón y aferrándome con fuerza mientras mis pies caían dentro de la zona de anotación y rodee por el césped sin dejar de abrazar el balón.
- ¡Touchdown! – escuché el grito por los altavoces y los gritos del público se hicieron más fuertes mientras los chicos corrían hacía mí
Era nuestra victoria, era el final de temporada perfecto y, a decir verdad; era el cierre que necesitaba para que todo fuera maravilloso, aunque aun quedaba un momento más que sin duda volvería a este año, el mejor de toda mi vida.
Ser campeón era algo grandioso; vivir el sueño, disfrutar haciendo lo que amaba y cumplir las metas que por tanto tiempo había tenido; este deporte siempre fue mi mayor sueño y me había esforzado mucho por llegar a este momento, pero ya no era mi único sueño; ahora mi vida tenía otras ramas que deseaba explorar y disfrutar; ya no solo era el jugador estrella de un equipo de élite; ahora también era padre y quizá pronto, también podría ocupar un lugar al lado del amor de mi vida con quien no solo deseaba casarme, si no que deseaba construir una vida.
Los chicos me levantaron en el aire mientras celebrábamos nuestra victoria, pero mientras los gritos y las ovaciones de nuestros fanáticos nos envolvían, alguien más apareció en el campo de juego o, mejor dicho, dos personas que amaba aparecieron frente a mí y mi hija corrió a mis brazos con una sonrisa en el rostro mientras me felicitaba por la victoria.
Bajé a Rebecca para que pudiera felicitar a los chicos mientras que Katherine se acercaba rodeando mi cuello con sus brazos al mismo tiempo que yo la tomaba por la cintura con fuerza; podía notar como las cámaras empezaban a acercarse y como éramos rodeados por la prensa a la que el equipo de seguridad intentaba contener; pero justo ahora no tenía intenciones de ocultarme o contenerme, así que, sin más dudas, aprisioné a Katherine contra mi cuerpo y ataqué sus labios con necesidad.
Necesidad de ella; necesidad de sentirla y saber que estaba aquí a mi lado; necesidad de saber que su presencia no era solo un sueño y cuando sentí sus labios corresponder a los míos, simplemente me dejé llevar por completo y me permití disfrutar plenamente este momento.
Éramos los nuevos campeones; éramos el equipo estrella de la temporada y mi vida se sentía llena; ya no volvería a una casa vacía, ya no pasaría mis noches rodando sobre la cama; ahora tenía una familia a la que amaba y adoraba; tenía un futuro que nunca más volvería a arriesgar.
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LO SIENTO POR MI DESAPARICIÓN; HAN SIDO SEMANAS DE LO MÁS CAÓTICAS; ENTRE LA UNIVERSIDAD, LAS PRÁCTICAS EN EL HOSPITAL (NO SÉ SI LES HABÍA CONTADO QUE ESTOY ESTUDIANDO MEDICINA Y ESTE ES MI ÚLTIMO AÑO) Y TODOS MIS ASUNTOS PERSONALES (TENGO QUE ADMITIR QUE MI VIDA ROMÁNTICA ES UN TOTAL DESASTRE) NO HABÍA TENIDO TIEMPO DE ACTUALIZAR, PERO PROMETO PONERME AL DÍA CON TODO Y NO DEJARLOS EN SUSPENSO; ¿QUÉ CREEN QUE SUCEDERÁ EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO?
TAL VEZ KATHERINE Y ASHER DEBAN HACERLE UNA VISITA AL PASADO, ¿QUÉ CREEN QUE SUCEDERÁ?
PD: NO OLVIDEN VOTAR Y COMENTAR, ADORO LEERLOS Y DÍGANME, ¿LES GUSTA LA HISTORIA?
LOS QUIERO ❤️
ATTE. ALESSI
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