CAPÍTULO 28
POR FAVOR NO SEAS UN LECTOR
FANTASMA DEJA TU VOTO EN EL CAPITULO QUE MAS TE GUSTE O COMENTA LA FRASE QUE TE HAGA GRACIA NO A LOS LECTORES
FANTASMAS
KATHERINE
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Nuestras vidas estaban comenzando a encontrar el camino y cada día era mejor que el anterior; Asher y yo parecíamos estar viviendo en un sueño del que no quería despertar; los chicos habían ganado cada juego y estaban cerca de obtener el gran título, además, mi carrera estaba alcanzando un nuevo nivel y aunque eso me mantenía un poco ocupada, valía la pena; todos mis sueños se estaban volviendo realidad; tenía una carrera que adoraba, una pareja dulce y amorosa que siempre me hacía sonreír; tenía a mi pequeña hija con la que cada segundo era lo más preciado para mí; tenía amigas y amigos, tenía una gran familia, así que era feliz.
- ¿En qué piensas? – preguntó Asher atrayéndome a sus brazos mientras nos acurrucábamos en la cama
- En lo maravilloso que ha sido todo – respondí levantando la mirada para centrarme en sus ojos y él volvió a sonreírme
- Gracias, girasol... - murmuró y lo observé con confusión
- ¿Gracias? ¿Por qué?
- Por darme una oportunidad; por volver a mi vida y darme tanta felicidad
- Asher...
- Eres mi mundo, girasol; tú y nuestra hija lo son todo para mí; te amo, Katherine, te amo como nunca amaré a nadie más – su voz se había engrosado y la forma en que me miraba me robaba el aliento - Eres mi destino, girasol, siempre lo has sido y créeme cuando te digo que en cien vidas o en cien mundos, en esta realidad y en cualquier otra, siempre voy a encontrarte y siempre lucharé por ti
Acorté el espacio que nos separaba y uní nuestros labios; las personas puede pensar que la intimidad tiene que ver con el sexo, pero tiene que ver con las palabras y la verdad; la intimidad tiene que ver con ser completamente verdadero con alguien más, tiene que ver con mostrarse a si mismo, con virtudes y fallas, siendo vulnerable ante el otro y sintiendo que con esa persona estarás completamente a salvo; eso es intimidad y es lo que existía entre nosotros; una vez leí que el primer amor jamás se olvida, pero no hablaban de la primera pareja o el primer beso; sino de aquella primera persona que nos hizo sentir diferente, que nos mostró un mundo lleno de color dónde antes solo existía un matiz de grises.
- Te amo... Asher... te amo – murmuré sobre sus labios y lo sentí sonreír
- Te amo, Katherine
- ¿Para siempre?
- Para siempre – afirmó volviendo a besarme
Tardamos mucho en salir de la cama, pero cuando finalmente lo hicimos, no pude evitar que otra sonrisa apareciera en mi rostro; nuestra hija estaba en la sala, jugando con algunos de sus juguetes en compañía de Natalie y se veía tan concentrada que ni siquiera nos escuchó acercándonos.
- ¿Cómo está mi pequeña princesa? – preguntó Asher acercándose a nuestra hija quien de inmediato se lanzó a sus brazos
- No quiero ser una princesa, papi; seré una jugadora estrella como tú – dijo mostrándole la última muñeca con equipo deportivo que él le había regalado y eso me hizo sonreír
Rebecca podía parecerse físicamente a mí, pero sin duda su personalidad era obra completa de su padre; ellos compartían un vínculo muy fuerte; se entendían de una forma especial y a veces me sentía un poco celosa de eso; en el pasado, nunca me detuve a pensar en lo que mi hija estaba perdiendo al no tener a su padre cerca; intentaba convencerme de que yo podría ser suficiente para ella y sin duda alguna, lo intenté; le di todo el amor, la atención y el cuidado que pude; la llené de regalos para que nada volviera a faltarle como cuando era una bebé, pero ahora podía ver claramente que había cosas que yo no podía darle; solo bastaba ver la sonrisa en sus labios cuando su padre y ella veían un partido de fútbol o la emoción con la que se aferraba a sus hombros cada vez que él la elevaba en el aire haciéndola reír; ellos tenían un vinculo irremplazable y jamás volvería a ser tan egoísta de arrebatarles eso.
No podía evitar arrepentirme de algunas de mis decisiones, pero tampoco podía condenarme por esos arrepentimientos; el pasado era el pasado, no podía cambiarlo, solo aprender de el para no volver a cometer las mismas equivocaciones, así que eso es lo que estaba intentando hacer.
- ¿Por qué no salimos hoy? – preguntó Asher sentándose a mi lado mientras nuestra hija continuaba jugando
- Podríamos ir al acuario, aunque...
- Sería complicado que nos vieran – terminó por mí y simplemente asentí
- ¿Qué tal una clase de pintura? Vi unos videos sobre eso, se veía divertido
- ¿Una clase en familia? – preguntó con una sonrisa que automáticamente me hizo sonreír
- Una clase en familia – afirmé apoyándome contra él
- Me gusta la idea
- Entonces es un hecho, haré unas llamadas y podremos salir en la tarde
Dejé a Asher con nuestra hija y volví a la habitación para llamar a Brenda; ella era quien más contactos tenía en la ciudad y sin duda sabría a quien contactar o a dónde ir para tener nuestra tarde perfecta en familia.
Mi amiga me aseguró que tendría todo listo y enviaría un auto a recogernos para evitar cualquier complicación que pudiera surgir con la prensa; honestamente me costaba comprender cómo podían seguir hostigándonos y persiguiéndonos de esta manera; era cierto que éramos famosos, que estábamos en el ojo público y, por consiguiente, era normal que quisieran saber de nuestra vida, pero en ocasiones eso era llevado al extremo y no solo invadían nuestra privacidad, si no que nos atacaban de una forma directa con tal de obtener alguna primicia y sí, tanto Asher como yo podíamos estar acostumbrados, pero cada vez que se acercaban cuando estábamos junto a nuestra hija, ambos nos poníamos alerta y no podíamos evitar tensarnos ante las miradas, los avances y la fricción que se generaba entre el equipo de seguridad y los reporteros que intentaban llegar hasta nosotros o los fotógrafos que nos cegaban con sus flashes.
Cuando todo estuvo listo, me despedí de Natalie que iba a quedarse en la casa ya que había decidido inscribirse en un curso de forma virtual y salí en compañía de Asher y nuestra hija para encontrarnos con los dos agentes de seguridad que nos escoltarían hasta el lugar dónde se llevaría a cabo la clase de pintura; Rebecca todavía no sabía a dónde nos dirigíamos, pero le fascinaba salir con nosotros y a mi me encantaba; ahora que todos conocían sobre ella, me sentía un poco más libre y aunque todavía sentía nervios cuando estábamos en público; Asher siempre se encargaba de hacerme sentir a salvo.
Cuando nos detuvimos no pude evitar observar con emoción el edificio pequeño frente al que nos encontrábamos; tenía a penas dos pisos, pero toda la fachada exterior estaba cubierta por un mural lleno de colores brillantes y dibujos encantadores; sin duda era una imagen impresionante y en cuanto mi pequeña la vio, su emoción fue evidente.
Asher tomó a nuestra hija en sus brazos y los tres nos dirigimos al interior del edificio en dónde de inmediato la secretaria nos hizo pasar al estudio de arte en el cual una mujer de cabello rojo como el fuego nos recibió con una alegría desbordante que era bastante contagiosa; ella parecía ser un poco mayor que yo, pero era enérgica y vivaz, lo que captó la atención de Rebecca rápidamente y después de unas cuentas explicaciones sobre dónde se encontraban los diferentes materiales a los que podíamos acceder y de brindarnos unos mandiles azules para que no mancháramos nuestra ropa, estábamos listos para comenzar a pintar.
Al inicio, cada uno tenía un lienzo y la indicación de la maestra fue que pintáramos algo que nos gustara y nos hiciera felices; ya fuera una cosa, un paisaje, un animal, un dibujo o incluso algo que solo estuviera en nuestra imaginación; debíamos dejar fluir la creatividad y concentrarnos en la emoción que deseábamos transmitir, que en este caso era alegría.
No estaba segura que pintar, pero al parecer Asher y Rebecca sí, porque comenzaron de inmediato mientras yo observaba mi lienzo en blanco sin saber que hacer; pero mientras sostenía el pincel entre mis dedos, un recuerdo me atravesó de golpe y mi cuerpo se tensó; no había pintado en mucho tiempo, en realidad, antes tampoco lo había hecho, pero solía dibujar o al menos lo intentaba; esa era una de las cosas que si estaban permitidas en mi comunidad; pero aunque yo nunca había sido un gran talento para dibujar, mi hermana menor si lo había sido; ella tenía once años la última vez que la vi, pero recuerdo que solía esconderse en el granero con una pequeña libreta de papel y un lápiz desgastado en sus manos; ella siempre dibujaba, era su forma de ver el mundo y siempre me había parecido maravillosa, aunque otros decían que era una pérdida de tiempo; ¿Cómo estaría ella? ¿Cómo estarían mis hermanos pequeños? ¿Cómo estaría mi madre?
No había intentado volver desde el día en que me echaron de casa y solo había intentado contactarlos una vez, cuando mi posición económica había mejorado; aunque ese no era mi mejor recuerdo; en estos años, había intentado no pensar en ellos, porque dolía y ese dolor me quemaba por dentro; pero nunca los dejé desprotegidos y al menos saber que siempre tenían comida sobre la mesa, era un alivio.
Me gustaría poder volver a verlos, me gustaría que conocieran a Asher y a nuestra hija; quisiera poder ayudarlos porque al final, eran mi familia y aunque muchos no perdonarían lo que me hicieron; no podía guardarles rencor, después de todo, ellos tenían su forma de pensar y yo había roto todas sus reglas, sin embargo, sus enseñanzas y el amor que sentían, continuaban ahí; tal vez yo era demasiado dócil o amable, pero la verdad es que no podía odiarlos, así no era cómo funcionaba mi corazón.
Ni siquiera noté cuando el pincel comenzó a moverse, pero entonces, me encontré pintando una cabaña blanca alejada en un gran prado de color verde y a lo lejos muchas sombras que simulaban personas que esperaban por nosotros; pinté varias flores, especialmente girasoles y pinté un cielo azul, tan azul como lo recordaba; pero cuando terminé, no estaba segura si lo que sentía era felicidad, añoranza o tristeza; pero ahí estaba, mi antiguo hogar con las personas a las que siempre consideraría mi familia y mi sueño, era poder llevar a mi hija a conocerlos; quería que ella me conociera en su totalidad; quería mostrarle la que había sido mi vida y también deseaba compartir eso con Asher; porque por más que los años me habían cambiado, mi esencia seguía siendo la misma y mi pasado era parte de quien era; en ese lugar se encontraban mi raíces y aunque en estos años me intenté convencer de que nunca iba a regresar, en el fondo deseaba hacerlo, al menos, una vez más.
- Es hermoso, mamá, ¿Qué es? – preguntó Rebecca colocándose a mi lado y noté las manchas de pintura en sus manos y en su mejilla
- Es un lugar importante para mamá – respondió Asher colocándose a nuestro lado – Un lugar importante para papá y mamá – dijo sonriéndome y noté la comprensión en sus ojos
Nuestra hija parecía confundida, pero aun así continuó mirando la pintura que, aunque no era excelente, reflejaba lo que había estado en mi mente; sin embargo, fue en el momento en que volví mi mirada a la pintura de Asher que mi corazón perdió el control; él era mucho mejor que yo al pintar y la imagen que había reflejado era preciosa.
Había tres personas agarradas de la mano, completamente de espaldas; ahí estábamos nosotros tres, cada uno con una camiseta de fútbol con el número de Asher en la espalda; nuestra pequeña hija estaba entre nosotros y en el fondo no solo veía un gran cielo azul, si no que debajo estaba el campo de girasoles al que él me había llevado y era maravilloso.
- Asher... es... - me quedé sin palabras
- Tienes talento, muchacho – comentó la maestra acercándose a ver nuestras pinturas y francamente estaba de acuerdo con ella
Estaba sorprendida por la sutileza de sus trazos y la forma en que estaba difuminado el color; el cabello parecía casi real y todo estaba proporcionado; la pintura era fantástica y no podía quitar mis ojos de ella.
- Es hermoso, Asher – dije sonriendo y noté el orgullo en su mirada
- ¡Es increíble, papá! – exclamó nuestra pequeña emocionada
- Tengo muchos talentos, girasol; aunque admito que no pensé que podría seguir pintando así, la ultima vez que lo hice estaba en la escuela – respondió antes de que nuestra hija tirara de nuestras manos para mostrarnos su pintura
Asher siempre conseguía sorprenderme; era un jugador fuerte, varonil e imponente; a veces podía ser posesivo y brusco, pero también era dulce, cuidadoso y detallista; él era el paquete completo y cada vez que lo miraba, descubría algo nuevo que amaba de él; porque incluso sus fallas y pequeñas imperfecciones lo hacían maravilloso y perfecto ante mis ojos.
- ¿Les gusta? – preguntó mi pequeña observándonos impaciente y ambos tuvimos que admitir que estábamos sorprendidos
Parece que Rebecca no solo había heredado el amor al deporte de su padre; parece que también había heredado su talento oculto y era obvio que nos había dejado sorprendidos; no es la primera vez que veía uno de sus dibujos, pero normalmente era recelosa sobre ellos y los guardaba escondidos sin permitirme mirarlos; ella no era del tipo de niña que mostraba cada pequeña cosa que hacía, al contrario, era reservada; podía ser habladora, curiosa, excéntrica y brillante, pero también era temerosa con las cosas que le importaban y ahora que la veía, ahí parada moviendo sus pequeñas manos con nervios me di cuenta que también había inseguridad en sus ojos.
- Es hermoso, cariño, realmente hermoso – dije sonriéndole y ella se relajó un poco pasando su mirada hacia su padre
- Es maravilloso – soltó Asher observándola con un brillo especial en sus ojos
Esto era algo nuevo que ambos compartían; un vínculo nuevo que era solo de ellos dos y eso trajo una calidez a mi corazón; desde que Asher y Rebecca se habían conocido, ambos habían pasado mucho tiempo juntos e intentaban encontrar sus gustos en común; ya fuera que les gustaban las palomitas con mantequilla en lugar de azúcar o que les gustaba el helado de chocolate con muchas golosinas; no importaba si era una coincidencia pequeña o grande, a ellos les importaba porque era algo que los unía de una forma profunda y me hacía feliz ver que el lazo de padre e hija se estaba fortaleciendo con intensidad.
- Parece que tengo dos artistas en casa, quien lo diría – comenté con una sonrisa al notar que el brillo en los ojos de Asher era igual al brillo en los ojos de nuestra hija
- Colocaré un estudio de arte en la nueva casa – aseguró Asher con emoción y mi hija sonrió, frenética ante sus palabras
- ¿Y pintaremos juntos? – preguntó Rebecca y su padre asintió con la misma emoción
Dejamos las pinturas para que terminaran de secarse y nos dirigimos a un pequeño vestidor en el que íbamos a cambiarnos para pasar a la siguiente parte de la clase; los tres nos colocamos polos básicos blancos y pantalones sueltos del mismo color, para después dirigirnos a otro gran salón que estaba cubierto por grandes lienzos de tela de color blanco; el piso estaba cubierto de un gran lienzo al igual que las paredes y había varias latas de pintura distribuidas por todo el lugar.
- El arte es expresarte no solo con tu mente o tus manos, si no también con tu cuerpo – comenzó a explicar la maestra – El arte nos conecta y embellece las cosas a nuestro alrededor; al arte nos permite escapar de nuestras preocupaciones y dudas; nos brinda un lugar seguro en dónde desahogarnos y encontrar consuelo; el arte se trata de la vida y de los vínculos; el arte está en el alma, en el corazón; está en el aire que respiramos y en la fuerza con la que luchamos cada batalla; así que dejen salir su arte; dejen fluir sus emociones y expresen la locura, el desenfreno, el amor y todas las emociones que sienten.
La maestra salió dejándonos a los tres solos y no pasó mucho tiempo para que nuestra hija pusiera sus manos en las pinturas y comenzara a dejar sus huellas por todos los lienzos blancos; por lo que Asher y yo decidimos dejarnos llevar; pronto toda la timidez desapareció y comenzamos a pintar cualquier cosa con las manos; Rebecca intentaba pintar un arcoíris con la ayuda de su padre y ambos parecían estar tan concentrados que no pude evitar que un mal pensamiento me viniera a la mente y aunque toda la parte razonable de mi cerebro me decía que no debía hacerlo, al final decidí hacerle caso a mi parte juguetona y con la lata de pintura rosa en las manos, me acerqué silenciosamente a Asher y la vertí por su cuerpo cubriendo parte de su cabello y su espalda, ya que él era demasiado alto para que pudiera cubrirlo por completo.
- ¡Ah! – gritó Asher y salí corriendo hacia la otra punta de la habitación mientras intentaba contener las carcajadas al verlo cubierto de pintura rosa, aunque nuestra hija no pudo evitar reírse ganándose una mirada incrédula de su padre
- En mi defensa, sin duda ese es tu color – dije sin dejar de sonreír y vi un destello de fuego en sus ojos
- Sabes que voy a vengarme, ¿verdad? – dijo tomando la lata más cercana y levanté las manos con inocencia - ¿Me ayudas, cariño? – preguntó mirando a nuestra hija que sonrió con ese brillo travieso en sus ojos
- Son dos contra uno, eso no es justo – me quejé intentando acercarme a la lata de pintura que tenía más cercana
- Tú me atacaste por la espalda, eso tampoco parece muy justo – dijo avanzando junto a nuestra hija que llevaba consigo una lata más pequeña de pintura que parecía decidida a lanzar sobre mí
La seriedad y el deseo de hacer las cosas correctamente desapareció por completo y simplemente nos dedicamos a jugar con las pinturas; Asher y Rebecca me alcanzaron, por lo que terminé con toda la lata de pintura azul sobre mí, así como pintura amarilla que mi hija había rociado sobre mi cabeza cuando su padre me sujetó poniéndome a su alcance, pero las cosas no terminaron ahí, porque nuestra querida pequeña había decidido que era más divertido atacarnos a ambos, por lo que aprovechando que Asher y yo estábamos en el suelo enfrentándonos, tomó la lata de pintura roja y la vertió sobre nosotros.
- Pequeña traidora – dije levantándome y a pesar de toda la pintura que caía de mi cuerpo, corrí hacia Rebecca persiguiéndola y una vez que la tuve en mis brazos la llené de la pintura que me cubría y su padre nos cubrió con pintura verde neón a ambas mientras se partía de risa.
- Parecen enanitos verdes – dijo riéndose y lo miré indignada
- ¿Atacamos a papá, cariño? – pregunté mirando a mi hija y ella asintió decidida a vengarse de su padre
Seguimos persiguiéndonos, atacándonos unos a otros hasta que la pintura se terminó y solo entonces vimos el desastre a nuestro alrededor; los lienzos antes blancos estaban llenos de pintura de todos los colores y todo estaba hecho un gran caos, pero al mismo tiempo, era grandioso y los tres nos sentíamos relajados y felices.
- Mami, hay que tomarnos una foto – pidió Rebecca y tuve que contener la risa al verla intentar hacer ojos de cachorro a pesar de tener toda la cara de color naranja
Nuestros celulares los tenían los agentes de seguridad que nos protegían ya que era mucho más seguro dárselos a ellos que dejarlos dónde cualquier podía acceder a ellos, así que una vez que la maestra regresó, le pedimos que llamara a uno de los agentes y en cuanto lo hizo, le pedimos que nos tomara algunas fotografías; desbloqueé mi celular para que pudiera acceder a la cámara y aunque era obvio que nos observaba con curiosidad, hizo lo que le pedimos y nos tomó varias fotografías en las que salíamos los tres abrazados; Asher cargando a Rebecca mientras me apegaba su cuerpo e incluso en la última fotografía, nuestra hija corrió lejos y Asher aprovechó mi confusión para tomar mi cintura y besarme.
El día había sido maravilloso y las horas habían pasado increíblemente rápido; la clase ya estaba pagada, así que simplemente nos despedimos de la maestra mientras las pinturas eran llevadas a la camioneta y nos limpiamos un poco, aunque parte de la pintura ya estaba seca, así que no había mucho que pudiéramos hacer; además, de todas formas nos bañaríamos en casa y eso sería más cómodo, por lo que nos acomodamos en la camioneta para regresar y una vez que llegamos al departamento, Natalie nos observó impresionada, aunque honestamente tenía razones para estarlo, después de todo, estábamos cubiertos de pintura, con la ropa hecha un desastre y con grandes sonrisas en el rostro; así que de inmediato se llevó a Rebecca a bañarse mientras que Asher y yo hacíamos lo mismo.
No tardamos mucho en desvestirnos y ambos entramos bajo el agua caliente de la ducha mientras la pintura iba cayendo poco a poco tiñendo el agua; me apoyé contra su pecho mientras el calor del agua me envolvía y eso terminó de relajarme, pero cuando sentí sus besos en mi cuello, todos mis sentidos volvieron a despertar.
- Te amo, girasol; me haces el hombre más feliz de este mundo – murmuró en mi oído – Amo como tus ojos brillan cada vez que me vez, amo ver la forma en que sonríes al escuchar a nuestra hija; amo tu dulzura y también tu fortaleza; te amo por todas las razones por las que jamás podré dejar de pensar en ti, ni un solo segundo; te amo girasol, ahora y para siempre – murmuró y me giré en sus brazos
No importaba que seguíamos cubiertos de pintura, no importaba que estuviéramos desnudos en la ducha, porque justo ahora lo único que me importaba eran sus palabras y la determinación en sus ojos.
- Te amo, Asher; te he amado cada día desde que nos conocimos, te amé, aunque intentaba olvidarte; te amó cada vez que me sonríes con los ojos cerrados por la mañana, amo como tomas mi mano para darme seguridad y como nos proteges a cada paso; te amo y lo haré para siempre
- Eres mía - murmuró acercándose a mis labios
- Y tú eres mío – dije sellando nuestras palabras con un beso
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
LO LAMENTO!!!!
LA UNIVERSIDAD ME HA TENIDO DEMASIADO OCUPADO, JUSTO ESTUVE EN EXÁMENES Y LAS PRÁCTICAS ME HAN CONSUMIDO
AQUÍ LES DEJO OTRO CAPÍTULO
SE VIENE UN POCO DE TENSIÓN
¿ALGUIEN DESCUBRIRÁ EL PASADO DE KATHERINE?
¿CUÁNDO ASHER LE PEDIRÁ MATRIMONIO?
¿QUÉ CREEN QUE SUCEDERÁ?
NO OLVIDEN VOTAR Y COMENTAR
LOS LEO
❤️❤️❤️❤️❤️
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top