CAPÍTULO 26

KATHERINE      

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Asher y yo estábamos oficialmente juntos; al inicio la noticia había sido una completa bomba, pero tal y cómo él prometió, cada uno de mis días a su lado estaba siendo perfecto; Asher era detallista, protector y dulce como lo recordaba, solo que ahora todo parecía haberse intensificado aun más y me encantaba la forma en que estábamos construyendo nuestro futuro.

Asher no tuvo ningún reparo en gritar ante todas las cámaras que ahora estábamos juntos y aunque la lluvia de preguntas no se hizo esperar, ambos decidimos mantener nuestra relación lo más privada posible, además, nuestro pasado estaba lleno de secretos que no queríamos compartir con nadie y era mejor prevenir que algo malo sucediera.

Las últimas semanas habían sido excelentes, aunque todavía no estábamos libres del caos y el acoso de la prensa; durante cada uno de los partidos acudíamos a apoyar al equipo de los Raiders y tenía que admitir que poco a poco comencé a entender y disfrutar del juego; me encantaba escuchar los gritos de emoción de mi hija en cada partido y más de una vez terminaba exaltándome igual que ella cuando su padre anotaba un punto y en cada victoria la euforia me llenaba por completo.

En estas semanas los chicos del equipo convivieron mucho más con nosotras por lo que ahora me sentía mucho más cómoda con ellos y lo mismo pasaba con Brenda, Natalie y mi pequeña niña que cada día parecía amar más a todos los jugadores de los Raiders; ellos nos cuidaban y nos protegían como una gran familia; siempre estaban ahí para evitar que los reporteros nos emboscaran y se encargaban de proteger a Rebecca de las cámaras, además parecía que de alguna forma habían decidido que nunca estaríamos solas y era justo por ello que varios de ellos siempre acababan en mi departamento viendo algún partido junto a Rebecca o ayudándome con algunas cosas en casa, aunque lo que más me encantaba es que cada vez que yo me encontraba trabajando, Natalie y Rebecca se quedaban en el estadio viendo a los chicos entrenar y ambas parecían realmente felices con ello; el entrenador era extremadamente amable con ellas, cuidaba de ambas e incluso retaba a los chicos cada vez que alguno de ellos comentaba algo para molestar a Natalie, aunque ninguno lo hacía con mala intención y a decir verdad, al final era más que obvio que competían por sorprenderlas.

Ya se acercaban los últimos partidos que finalmente definirían qué equipo sería el ganador esta temporada y los chicos no solo se estaban esforzando al máximo, si no que también se estaban comportando mucho mejor de lo esperado; tanto que incluso el entrenador estaba sorprendido, aunque mucho de ese buen comportamiento se debía a que no querían provocar algún escándalo que terminara afectando nuestra de por si tensa situación.

-        ¿En qué tanto piensas? – preguntó Asher rodeando mi cintura por la espalda mientras continuaba viéndome en el espejo de la habitación

-        ¿Estás seguro de querer acompañarme? – pregunté recargándome contra su pecho

-        ¿Por qué estás tan nerviosa? – preguntó dejando un beso en mi cuello que alteró mis nervios – Muero de ganas por verte desfilar, ahí, tan bella e inalcanzable, aunque al final, eres mía – comenzó a dejar besos desde mi cuello hasta mi hombro mientras yo cerraba los ojos disfrutando de la forma en que sus labios tocaban mi piel y sus manos acariciaban mi cintura – Eres tan hermosa, tan perfecta para mí – murmuró sin apartarse de mi cuello y al sentir cómo me mordía ligeramente la piel, un jadeo escapó de mis labios

-        Asher... - jadee mientras sentía cómo se presionaba contra mi cuerpo

-        Eres mía – susurró en mi oído mientras sus manos iban subiendo por mi cuerpo – Dilo, girasol, dime que eres mía – volvió a murmurar mientras sus ojos se fijaban en nuestro reflejo y rodeó uno de mis pechos con su mano mientras tiraba suavemente de mi pezón

-        Asher... - gemí sintiendo como su toque se volvía más fuerte

-        Dilo, girasol o no seguiré – dijo mientras que con su otra mano iba recorriendo mi pierna levantando el vestido que llevaba - ¿Eres mía? – preguntó subiendo su mano hasta colocarla sobre mi ropa interior y eso me sacó otro gemido

-        Tuya – respondí mientras jadeaba – Solo tuya – acepté pérdida ante su toque

Asher apartó las manos de mi cuerpo y me tomó en brazos llevándome hasta la cama; se colocó sobre mí aprisionándome con su cuerpo mientras me sonreía y se quitó la camiseta dándome una gran vista de su cuerpo lo que también me hizo sonreír y honestamente me sentía en el cielo, pero fue en el instante en que su boca atrapó la mía que todo mi cuerpo vibró; el beso era necesitado, frenético y feroz, como si estuviéramos envueltos en un fuego tan ardiente que nos consumía; mis manos recorrían su pecho mientras las suyas levantaban mi vestido enrollándolo en mi cintura y no perdí ni un segundo antes de envolver mis piernas a su alrededor al mismo tiempo que él presionaba mi intimidad con la suya sacándome un jadeo muy fuerte.

-        Te necesito – jadeé apartándome de su boca y él se levantó ligeramente para quitarse los pantalones mientras yo lo observaba desde la cama relamiéndome los labios

Asher volvió a colocarse entre mis piernas y subió sus manos hasta el borde de mi ropa interior sacándomela de un tirón y no perdió el tiempo para colocarse justo en mi entrada abriéndose paso dentro de mi cuerpo mientras volvía a tomar mi boca con la suya; él entraba con fuerza yendo cada vez más rápido y no podía evitar gemir sobre su boca; sus manos apretaban mis pechos tirando de mis pezones al mismo tiempo que su lengua jugaba con la mía y eso me estaba volviendo loca.

-        ¡Kat, ya es tarde! – gritó Brenda entrando a la habitación y Asher se presionó contra mi cuerpo para cubrirme sin sacar su miembro de mi interior lo que automáticamente me sacó un jadeo por la sorpresa.

-        ¡Toca la puerta! – dijo Asher saliendo de mí y cubriéndonos con las sábanas

-        ¡He tocado cómo por quince minutos y ninguno de los dos me hacía caso! – gritó cruzándose de brazos y una pequeña sonrisa apareció en mis labios

Bueno ciertamente estuvimos ocupados y sí que lo había disfrutado, cada segundo había sido placentero y maravilloso, aunque aun tenía ganas de más; quien sabe, tal vez mi cuerpo deseaba recuperar el tiempo perdido.

-        ¡Es tarde! – gritó Brenda sacándonos de nuestros pensamientos y esta vez fue Asher quien sonrío

-        Estábamos ocupados y nos has interrumpido – refutó mientras me atraía hacia su pecho

-        ¡Continuarán después! ¡Es tarde! – volvió a gritar y suspiré dándole la razón

-        Nos vestiremos y saldremos – dije con tranquilidad y ella observó su reloj

-        Tienen diez minutos, báñense y vístanse que todo huele a sexo – dijo haciendo una mueca y tanto Asher cómo yo nos reímos – Ah y la próxima no olviden cerrar la puerta porque no viven solos – nos regañó y después se marchó azotando la puerta detrás de ella

-        Tenemos diez minutos – dijo Asher besando mi cuello y sonreí volviendo a sentir esas cosquillas en mi vientre

-        Vamos a la ducha – propuse y ninguno de los dos perdió el tiempo

Nos colocamos desnudos debajo del agua y de inmediato Asher atrapó mis labios con los suyos profundizando un beso que me robó el aliento; abrí mis piernas para darle espacio y él acomodó su miembro sobre mi entrada antes de presionarse en mi interior; no teníamos tiempo, así que sus movimientos fueron rápidos y duros tomándome con fuerza; Asher me levantó mientras yo enredaba mis piernas en su cintura y pegó mi espalda en la pared entrando aun más profundo al mismo tiempo que silenciaba mis gemidos con su boca.

-        Te amo – murmuró sobre mis labios mientras me penetraba con fuerza y un gritó escapó de mi garganta al sentir cómo se corría en mi interior

Cuando Asher salió de mí, tuvo que sostenerme en sus brazos porque mis piernas no dejaban de temblar y me acomodó contra su pecho mientras tomaba el shampoo y me lavaba el cabello con delicadeza; una vez que pude recomponerme un poco, tomé el gel de baño esparciéndolo por su cuerpo y sonreí al sentir sus caricias; nos bañamos de prisa ya que en verdad se nos estaba haciendo tarde y nos pusimos lo primero que encontramos, después de todo, ambos teníamos las maletas listas con la ropa que usaríamos en la gala posterior al desfile, así que una vez que estuvimos listos, salimos de la habitación con nuestras cosas encontrándonos a una muy molesta Brenda que veía su reloj mientras que Natalie estaba jugando con Rebecca y algunos peluches.

-        ¡Al fin, vamos! – ordenó Brenda y todos reímos un poco al verla tropezar por estar distraída y frenética

El desfile se llevaría a cabo en New York y comenzaría a las ocho de la noche, pero todavía teníamos que ir al aeropuerto y abordar el avión privado que contratamos para viajar; aunque me costaba entender porque Brenda estaba apresurándonos tanto, después de todo, recién eran las ocho de la mañana.

Una vez que estuvimos dentro del avión y nos pusimos en marcha, mi amiga pareció relajarse y empezó a conversar animadamente con Natalie mientras Rebecca le hablaba a su padre de todas las cosas que teníamos en nuestro departamento en New York y todas las cosas que quería mostrarle, pero después de casi dos horas hablando sin parar, cayó profundamente dormida.

-        Cuando volvamos, quiero que compremos una casa – dijo Asher atrayendo mi atención y tomándome desprevenida – Necesitamos más espacio, tal vez un jardín y una piscina; un lugar dónde Rebecca pueda jugar y nuestros hijos puedan correr libremente; un hogar para nuestra familia

-        ¿Hijos? – pregunté mirándolo fijamente a los ojos y él sonrío

-        Por supuesto, girasol; no sabes cuanto deseo verte embarazada de otro de nuestros hijos y verlos jugar en nuestro jardín; tal vez incluso podamos tener un perro algún día – dijo con una mirada soñadora que provocó que mi corazón latiera desbocado – Lo quiero todo contigo, Katherine; lo quiero todo – me acerqué a Asher besándolo con fuerza y cuando nos separamos, ambos sonreíamos en los labios del otro

-        Buscaremos una casa que sea perfecta – dije apoyándome contra él

-        Será perfecta siempre que ustedes estén ahí

En el pasado me negaba a permitirme sentir; no quería volver a enamorarme porque temía salir lastimada e incluso en el momento en que Asher y yo nos reencontramos, tuve miedo, pero ahora sabía que todo había válido la pena; nuestro pasado fue difícil, pero quizá fue necesario; ambos teníamos que madurar y abrirnos camino; ambos teníamos que ser fuertes y encontrarnos a nosotros mismos y justo eso había sucedido.

Yo ya no era aquella chica amish, ingenua y sumisa e incapaz de sostener la mirada de los demás; ya no era aquella chica asustada que no se atrevía a alzar su voz; ahora era una mujer fuerte, decidida y luchadora; ahora conocía el mundo que antes solo podía observar de lejos y ya no sentía culpa ni arrepentimiento por el pasado que dejé atrás, porque mi presente era maravilloso y mi futuro se veía brillante.

Una vez que llegamos a New York, nos dirigimos de inmediato al departamento y mientras que Rebecca entretenía a su padre mostrándole todos sus juguetes, me apresuré a cambiarme de ropa y tomar las pocas cosas que necesitaría; en cuanto estuve lista salí de la habitación para despedirme y besé la mejilla de mi hija que se veía emocionada por asistir a este primer desfile con su padre y conmigo; después, besé a Asher con dulzura recordándole que una limosina vendría a buscarlos a las siete para llevarlos al lugar del desfile.

Una vez que todo estuvo listo, Brenda y yo nos pusimos en marcha; todavía era temprano, pero tenía que pasar por la prueba final de vestuario y después dirigirme a la zona de maquillaje y peinado en dónde pasaría varias horas, así que una vez que llegamos, puse mi mejor sonrisa e intenté relajarme.

-        Me gusta el concepto del desfile – comentó Brenda mientras terminaban de ajustar el primer vestuario

-        A mi también, es bastante introspectivo – respondí observando el vestido que traía puesto

Conocía al diseñador y adoraba su visión; el concepto de esta nueva línea era etéreo y envolvente; la ropa era de alta costura y la elegancia era innegable, aunque tenía un toque juvenil que me parecía realmente atrayente; además, este primer vestido me hacía sentir sexy y relajada al mismo tiempo; estaba perfectamente construido y me ajustaba en las zonas correctas.

Brenda tuvo que salir para responder una llamada, así que me entretuve conversando con las personas que revisaban que todo el vestuario estuviera bien y tenía que admitir que esta vez si que sería un reto; no era la primera vez que desfilaba para este diseñador, ni la primera vez que era elegida para cerrar el desfile, pero en esta ocasión tenía varios cambios de vestuario y tendría que ser realmente rápida y eficiente para que pudieran retocarme o cambiar el maquillaje y el peinado de ser necesario.

Una vez que todo el tema del vestuario estuvo listo, me llevaron a la siguiente estación dónde inmediatamente tomé asiento a la espera de los maquilladores que iban a encargarse de mí, pero antes de que pudieran comenzar, el diseñador se acercó a saludarme y a recibirme con una sonrisa; en estos años me había convertido en una modelo realmente solicitada y todos querían tenerme en sus desfiles dada la importancia mediática que tenía mi nombre, además, procuraba llevar una buena relación con cada persona con la que trabajaba; yo no era narcisista ni caprichosa, mucho menos mal educada y eso pesaba en este mundo, porque al final, todos comentaban lo mismo; que les encantaba trabajar conmigo y que era una persona que escuchaba la opinión de otros y respetaba a los demás, por lo que nadie tenía quejas sobre mí o mi comportamiento.

Cuando el diseñador se retiró para seguir con los pendientes del desfile, me acomodé en mi asiento y dejé que el equipo de preparación se encargara de mí; tenía a una chica bastante joven maquillándome y aunque se veía algo nerviosa, me limité a sonreírle e intenté que se relajara mientras que uno de los estilistas que ya conocía se encargaba de mi cabello; el maquillaje y peinado serían simples, pero glamurosos; el objetivo principal era hacerme ver etérea y angelical, iban a resaltar mi belleza sin saturarme de maquillaje y eso sumado al vestuario estaba segura que generaría un impacto, después de todo, fue la dulzura en mi rostro lo que me llevó a convertirme en modelo en primer lugar.

Las horas pasaron rápidamente y estando a pocos minutos de iniciar el desfile, los nervios que siempre solía sentir se hicieron presentes; no importaba cuantas veces desfilara, siempre sentiría los mismos nervios y la misma ansiedad, aunque si era completamente honesta, también disfrutaba sentirme así, porque eso significaba que esto me importaba y me hacía feliz el haber encontrado mi camino; me preparé en mi lugar ya que abriría el desfile y respiré profundamente mientras las personas a mi alrededor revisaban que todo estuviera en su lugar y fue en ese momento en que escuché las palabras del diseñador sobre su colección.

-        Siempre he creído que las más grandes verdades del universo no se hallan allá afuera, en las estrellas y los planetas, si no que las encontramos en nuestro interior; en nuestro corazón, nuestra mente y alma, porque si no comprendemos lo que hay dentro de nosotros, ¿Cómo entenderemos lo que hay en el exterior? Esta colección representa eso; representa las verdades ocultas en nuestro interior y cómo no todo es blanco o negro ni pureza o maldad, porque al final, somos más de lo que se ve a simple vista y son nuestros secretos los que nos permiten conocer nuestra propia verdad.

El diseñador se hizo a un lado tomando su lugar junto al público; la pasarela se llenó de humo y luces mientras una suave melodía iniciaba y cuando me dieron la señal, di un paso al frente para salir a escena; empecé a avanzar por la pasarela con una sonrisa en el rostro mientras las luces me envolvían, pero cuando mis ojos se cruzaron con los de Asher que se encontraba en primera fila junto a nuestra hija que me observaba con atención, mi corazón empezó a latir desbocado.

Ellos estaban aquí conmigo y quizá esto fue lo que sintió Asher cuando lo acompañamos a su primer partido; esta sensación cálida y dulce en mi cuerpo no tenía comparación; me sentía feliz, viva y casi eufórica e incluso aunque siempre había creído que llegábamos completos a esta tierra, ahora de alguna forma sentía que una parte que estaba rota en mí, por fin estaba entera otra vez.

Durante el resto del desfile me mantuve con una sonrisa y quedé encantada no solo al ver la emoción en los ojos de mi hija, si no al ver el deseo y el amor en los ojos de Asher; él era el hombre que amaba, era mi primer amor y el único amor que tendría en esta vida; no tenía dudas de eso y para cuando fue el momento de cerrar el desfile, la verdad es que me sentía impactada.

El vestido con el que cerraría el desfile era enorme, casi como un vestido de novia; era de color celeste, tan claro que casi parecía blanco y por toda la falda, además de la cola del vestido estaba cubierto de flores de diferentes tonos de azul que resaltaban con intensidad; por otro lado, el corsé era ajustado resaltando mi cintura y tenía un leve escote en forma de corazón con una espalda abierta que me daba el toque justo de sensualidad que completaba todo el atuendo; mi cabello estaba recogido en un peinado simple con una tiara que resaltaba en conjunto con todo lo demás y tenía que admitir que si que me sentía muy diferente, pero fue en el momento preciso en que salí ante los ojos del público que por primera vez en mucho tiempo me costó respirar.

Me veía cómo una novia y aunque había descartado eso hace un largo tiempo, ahora la idea de casarme me aceleraba el corazón; podía imaginarme compartiendo la vida con Asher y con nuestra familia; podía imaginarme esa bella casa con jardín de la que él había hablado y por más que tenía cientos de ojos mirándome, la emoción me envolvió y mi sonrisa fue aún más brillante, porque ahora al fin sentía que mi pasado había quedado atrás y me sentía lista para avanzar hacia el futuro que tanto deseaba.

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