CAPÍTULO 22

ASHER    

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Los últimos días fueron los mejores en mi vida; dediqué mi tiempo a entrenar por la mañana e inmediatamente después me dirigía a casa de Katherine para pasar tiempo con ella y nuestra hija; Rebecca ya se encontraba mucho mejor de salud y las cosas parecían estar cayendo en su lugar; mi relación con Katherine también había mejorado y disfrutaba mucho pasar tiempo con ella, así como con nuestra hija; ambas eran mi mayor alegría y francamente hace mucho que no era tan feliz como cuando estaba con ellas.

En los entrenamientos las cosas marchaban realmente bien; el entrenador estaba contento y eso hacía nuestras vidas más fáciles, además los chicos se estaban comportando para evitar que volvieran a sancionarnos y aunque no conocían toda la verdad detrás de mi nueva situación, estaban felices por mí y deseosos de conocer a mi pequeña niña.

Todo parecía ir de maravilla, excepto por una cosa; finalmente hablé con el equipo de relaciones públicas y tuve una insufrible reunión tanto con ellos como con Brenda quien representaba a Katherine y el equipo de la agencia a la que pertenecían; todos parecían tener una opinión sobre como abordar la situación y realmente odiaba no poder tomar las riendas de todo este asunto.

Era cierto que después de que se reveló la noticia sobre la existencia de Rebecca, todo había estado tenso y Katherine había tenido que salir del edificio con un equipo de seguridad, además de aumentar la seguridad para proteger a Rebecca que en estos días había salido solo para las consultas médicas, pero si era completamente honesto, toda la tensión estaba por llevarme al límite.

La fama tenía una parte oscura; te daba poder e influencia, pero no te permitía tener privacidad y mucho menos secretos; todos tienen una opinión sobre ti, todos te admiran y esperan que seas una persona ejemplar, pero la verdad es que muchos esperan el momento para verte caer, porque claro, es fantástico ver a tu estrella en la cima, pero cuando cae, todo el mundo está ahí dispuesto a tomar una fotografía; los escándalos, las aventuras, los pecados y secretos eran valiosos en la industria y una vez que un secreto salía a la luz, el caos se desataba hasta hacerte enloquecer.

Si solo hubiera sido Katherine la que estaba en el foco de atención, quizá todo este asunto podría controlarse un poco mejor, pero ambos éramos figuras públicas y una vez que dijéramos la verdad, los reporteros y cada medio de noticias en el país nos caería encima como buitres; todos sacarían conjeturas, todos intentarían formar un gran escándalo y la poca privacidad con la que contábamos ahora desaparecería, pero eso no era lo que más nos preocupaba; Katherine y yo podíamos lidiar con la prensa, los fanáticos enloquecidos y el caos en las redes sociales; nosotros podíamos lidiar con todo eso, pero nuestra hija era muy pequeña para comprender y soportar toda la situación que se iba a desatar; la sola idea de que algo pudiera sucederle me enfurecía y me hacía temer, aunque Katherine parecía toda una mamá oso dispuesta a saltar sobre cualquiera que quisiera hacerle daño a nuestra hija y de alguna forma siempre conseguía tranquilizarme.

No llevaba mucho tiempo siendo padre, pero estaba aprendiendo y me gustaba; me encantaba ayudar a Katherine a cocinar y perseguir a Rebecca por la sala mientras su madre nos observaba como si estuviéramos locos; me gustaba armar un fuerte con las sábanas y las almohadas mientras mi pequeña lo llenaba de peluches y me traía uno de sus cuentos para que le leyera; disfrutaba de nuestras tardes de juegos y adoraba quedarme en el sofá viendo un partido de fútbol con Rebecca que siempre saltaba emocionada con cada touchdown; me fascinaba ver a Katherine arropar a nuestra hija cuando era hora de dormir y me gustaba compartir un momento con ella cuando estábamos solos; me sentía completo cuando estaba junto a ellas y esa sensación, era sumamente hermosa.

-        ¡Hunt! ¡Concéntrate en el juego! – gritó el entrenador sacándome de mis pensamientos justo en el segundo en que me taclearon

El entrenador nos dio un descanso y francamente lo necesitaba; no había estado concentrado ni un segundo de lo que llevábamos entrenando y había recibido más golpes de los que quería soportar por el momento.

-        ¿Dónde tienes la cabeza, Asher? – cuestionó Nathan dándome la mano para que me levantara

-        ¿Dónde más? – cuestionó Travis acercándose con los demás – Si tuviera a una chica así en casa, tampoco pensaría en otra cosa – dijo ganándose un golpe por parte de Chase que venía justo detrás

-        ¡No tienes remedio! – exclamó Zack y Travis bufó con fastidio

-        ¡Solo digo lo que todos pensamos! – se quejó Travis y ahora fue Xavien quien lo golpeó

-        Algunos usamos el cerebro, no lo tenemos de adorno – Travis lo observó ofendido, pero, aun así, tenía que admitir que los chicos tenían razón

Travis usualmente pensaba con su polla en lugar de su cabeza y eso siempre lo metía en problemas; no podía estarse quieto y cuando dejábamos de vigilarlo, se involucraba en otro escándalo por sus líos con las mujeres; Travis era el fan número uno del sexo sin compromiso y de alguna forma que ninguno de nosotros era capaz de comprender, las mujeres siempre caían con él y eso usualmente lo metía en más problemas que ponían al entrenador furioso.

-        Hablé con relaciones públicas, Katherine y yo tenemos que dar una entrevista para aclarar las cosas antes de que la noticia se filtre

-        ¿Y no quieres? – preguntó Chase confundido

-        Por supuesto que quiero que todos sepan que tengo una hija; quiero poder salir con ella y hacer todas esas cosas que hacen los padres con sus hijos, pero... en cuanto lo sepan, no nos dejaran tranquilos – dije con cansancio

Me sentía abrumado; por un lado, realmente deseaba gritar a todo pulmón que Rebecca era mi hija y deseaba que pudiéramos tener una relación padre e hija como la de todos los demás; quería llevarla al parque, jugar con ella a lanzar el balón e incluso quería ir al acuario por lo mucho que mi hija hablaba de ese lugar, pero era consciente de todo lo que vendría en cuanto le dijera al mundo que tenía una hija y más aun que esa hija era también la de Katherine; si dijera que no estaba aterrado, estaría mintiendo porque por supuesto que tenía miedo; ¿Qué pasaría si nos atacaban o si los periodistas nos acosaban? Yo estaba acostumbrado a que no me dejaran tranquilo, pero si se nos venían encima cuando estuviera con mi hija, las cosas se saldrían de control y no quería imaginar esa situación.

-        ¿Y Katherine que opina? – preguntó Nathan

Esa era otra cuestión; había mucho que no podíamos decir y teníamos que pensar bien la mejor forma de responder la cantidad exagerada de preguntas que todos nos harían; el pasado de Katherine estaba oculto y ella quería que continuara así lo que era entendible; la comunidad en la que creció era cerrada y si algún reportero descubría sus orígenes, lo más probable es que fuera hasta ese lugar para obtener una primicia y eso solo traería problemas; Katherine llevaba siendo extremadamente cuidadosa con su vida y su pasado desde que se había convertido en una figura pública y se mantenía al margen de cualquier escándalo, por lo que debíamos tener cuidado y eso aumentaba la tensión en todo este asunto; además, mi pasado con Katherine y todo lo que vivimos que nos trajo hasta este momento era nuestra historia y no teníamos por qué contársela a nadie; era nuestra privacidad y por más que los reporteros iban a insistir en conocerlo todo, yo no estaba dispuesto a ceder; aunque eso trajera más controversia.

-        Es la más racional de los dos, así que está lidiando mejor con todo esto, pero, aun así, estamos preocupados por Rebecca, además, tenemos un partido en menos de una semana y no puedo enfocarme 

La situación me estaba sobrepasando; si por mi fuera gritaría la noticia y luego tomaría a Katherine y a nuestra hija para alejarnos lo más posible hasta que las cosas se calmaran, pero eso era imposible; pronto comenzaría la temporada de juego y los chicos me necesitaban aquí, además esa era mi responsabilidad y Katherine también tenía sus propios compromisos por lo que no podíamos marcharnos de la ciudad.

-        Ya verás que todo se solucionará – intentó animarme Chase y antes de que pudiera responder el gritó del entrenador nos mandó de regreso al campo para retomar en entrenamiento.

Hice mi mayor esfuerzo por concentrarme y cuando al fin terminamos estaba agotado; la verdad es que me moría de sueño, pero mis ganas de ver a Rebecca y a Katherine eran más fuertes, así que me di una ducha y después de hablar con el entrenador para asegurarle que no volvería a estar tan perdido en un entrenamiento, me dispuse a dirigirme a casa de Katherine, pero antes de que pudiera hacerlo, alguien me tomó del brazo lo que me puso a la defensiva.

-        ¡Soy yo! – exclamó y me relajé casi de inmediato al escuchar su voz

-        ¿Qué haces aquí? – pregunté y sonreí al notar que todavía no me soltaba

-        Tuve una sesión de fotos cerca de aquí y pensé que podríamos regresar juntos

-        Me encanta tu idea – respondí sonriéndole y ella me devolvió la sonrisa con ese brillo en sus ojos que tanto me fascinaba – Pero primero vayamos a comprar algo delicioso de comer, ¿Cómo está Rebecca?

-        Está tranquila en casa; tenía clases virtuales y Natalie está con ella

Katherine me había presentado a la niñera de nuestra hija y me había contado maravillas sobre ella, así que me sentía cómodo cuando se quedaba con nuestra pequeña; aunque todavía tenía conocerla un poco más para llegar a confiar de la forma en que Katherine lo hacía, después de todo, la seguridad de Rebecca siempre iría primero en mi lista de prioridades.

-        ¿Y los guardaespaldas? – pregunté al notar que estaba sola y me sonrío con algo de inocencia

-        Hablé con Brenda y con la agencia; ellos saben que no me gusta tener guardaespaldas e insistí mucho, así que por ahora estoy libre, al menos hasta que demos la gran noticia a los medios

-        No me gusta que estés desprotegida – dije sujetando su mano

-        Puedo cuidarme sola, Asher

-        Lo sé, girasol, pero me gusta cuidar de ti – respondí y un leve sonrojo cubrió sus mejillas – Además, me siento más tranquilo cuando sé que estás a salvo

-        Me siento a salvo contigo – al parecer las palabras escaparon de su boca más rápido de lo que su cerebro las procesó, por lo que en cuanto lo dijo, se apartó y me observó nerviosa.

-        Nunca más te dejaré sola, girasol; voy a quedarme a tu lado pase lo que pase – respondí volviendo a sonreírle y me acerqué para tomar nuevamente su mano – Ahora sí, vamos o se nos hará muy tarde

Katherine no soltó mi mano y nos dirigimos al estacionamiento; tal vez en otro momento le reclamaría el que hubiera venido sola hasta aquí, pero honestamente justo ahora en lo único que podía pensar era en el calor de su mano al sostener la mía; con Katherine aprendí que existían personas que literalmente brillaban y cuya presencia se sentía como una calidez reconfortante; todo en ella me encantaba, todo en ella me atraía de forma inevitable y cada vez que la tenía cerca, deseaba tomarla en mis brazos y jamás dejarla ir.

El viaje transcurrió tranquilo y aunque no hablábamos mucho, ambos nos sentíamos cómodos; la mano de Katherine no había abandonado la mía y yo me sentía incapaz de soltarla; así que, sin detenerme a pensar mucho, detuve el auto y la atraje hacia mí hasta que nuestros rostros quedaron a pocos centímetros.

-        Asher... - murmuró mirándome fijamente, pero no la dejé continuar

-        Quiero que seas feliz, girasol; es lo que más quiero en este mundo y realmente no debería importarme con quien decidas serlo, porque tienes derecho a rehacer tu vida y encontrar a alguien que no te haya lastimado como yo lo hice, pero si hay alguna posibilidad de que estemos juntos, quiero intentarlo; quiero luchar por ti como debí hacerlo hace tantos años; quiero luchar por nosotros, por nuestra familia; siento que me volveré loco si pierdo la oportunidad de estar a tu lado.

Katherine no respondió, pero en lugar de eso, acortó la distancia que nos separaba y me besó; sus labios eran dulces y extremadamente suaves; todo en ella era tan suave que temía dañarlo por mi brusquedad, pero en el momento en que respondí al beso, todo desapareció para nosotros y el beso que antes era suave y dulce se volvió necesitado, frenético y cargado de furia; sentí sus dedos tirar de mi cabello y la tomé por la cintura atrayéndola más hacia mi cuerpo; la necesitaba, la deseaba y la amaba con la misma intensidad; ella era mi corriente a tierra y nunca más iba a perderla.

Cuando nos separamos, ambos teníamos los labios hinchados y jadeábamos por la falta de aire; pero el deseo todavía brillaba en sus ojos y en los míos; tal vez nadie nunca entendería nuestra historia, porque sin duda éramos un desastre, pero algunos desastres pueden ser tan maravillosos como destructivos y ese siempre sería nuestro caso.

-        Hay una oportunidad para nosotros, Katherine – declaré con seguridad al ver la duda cubrir sus ojos – Y voy a demostrártelo cada día del resto de mi vida; estoy dispuesto a todo por nuestra familia; estoy dispuesto a luchar contra quien sea por ti y nunca más te dejaré sola, así que no importa si pasan días, semanas o meses, eventualmente tú y yo estaremos juntos.

-         ¿Por qué me haces tan difícil odiarte? – murmuró sin apartar sus ojos de los míos y no pude contener la sonrisa

-        No me odias, girasol; no trates de convencerte de eso – acaricié su mejilla con dulzura y ella se derritió ante mi tacto

-        Eres un idiota – murmuró acercándose poco a poco hasta casi chocar nuestros labios – Pero eres el idiota que amo – sus palabras aceleraron mi corazón y en menos de un segundo mis labios estaban nuevamente sobre los suyos devorándola con necesidad

Nos besamos por lo que pareció una eternidad y cuando finalmente nos separamos, estábamos mucho más agitados que antes, pero ambos sonreíamos como tontos y me sentía realmente feliz; Katherine bajó del auto para acompañarme a buscar la comida y no perdí la oportunidad de tomar su mano; en este momento solo existíamos ella y yo, por lo que no iba a desaprovechar ni un solo segundo.

Cuando regresamos al departamento, mi pequeña corrió a mis brazos en cuanto me vio y la levanté haciéndola girar mientras escuchaba como reía; la cargué con cuidado en mis brazos y saludé a Natalie que nos observaba enternecida; no tardamos mucho en sentarnos en la mesa los cuatro y la comida pasó tranquila mientras mi hija hablaba de cómo habían ido sus clases y lo feliz que estaba; todavía me sorprendía lo sencillo que era hablar con ella y cómo nos escuchaba antes de hacer cualquier pregunta; Rebecca era comprensiva y muy inteligente, un rasgo que sin duda había heredado de su madre, pero aun así era sorprendente; Katherine y yo habíamos hablado con ella para explicarle lo que sucedía afuera y porque todavía no podíamos salir o porque todavía no conocía al resto de mis compañeros de equipo, que por supuesto era algo que ella deseaba demasiado y aunque imaginé que sería difícil hacerla entender, sorpresivamente nos escuchó, hizo unas cuantas preguntas y después simplemente nos sonrío con tranquilidad y nos dijo que estaba bien, que ella podía esperar.

Cada día descubría algo nuevo de mi hija y eso me encantaba; ella era inteligente, alegre y tan extrovertida que a veces costaba seguirle el paso, pero también era amable, comprensiva y dulce; Katherine la había educado muy bien y me sentía orgulloso de la pequeña que habíamos creado juntos.

-        Te estás cayendo de sueño – dijo Katherine mientras la ayudaba a lavar los platos

-        El entrenamiento fue duro, solo es eso – dije intentando restarle importancia al asunto, pero un bostezo me delató

-        Puedes quedarte a dormir aquí, conmigo... – murmuró sin mirarme

-        Kat... - respondí sorprendido por su propuesta

-        Solo dormir, Asher, no imagines nada más – dijo girándose hacia mí con un leve sonrojo en sus mejillas que me hizo sonreír - Yo también quiero esa oportunidad, además, parece que vas a dormirte en cualquier segundo y no quiero que conduzcas así, es peligroso

-        Me encantas cuando te preocupas por mí, me pone mucho – solté aumentando el color rojo en sus mejillas

-        ¡Asher! – exclamó sonrojada y no pude evitar reírme

-        Me quedaré, pero duerme conmigo – pedí terminando de secar el último plato – Solo dormir, por ahora – susurré, pero alcanzó a escucharme y me golpeo juguetonamente el brazo sacándome otra sonrisa – Vamos a la cama, girasol – dije tomándola en mis brazos sacándole un jadeo de sorpresa y antes de que pudiera decir algo más, prácticamente corrí hacia la habitación, la dejé en la cama y cerré la puerta

Katherine se rio por mi reacción y su risa me dejó embelesado; me encantaba mirarla, sin duda eso sería algo que disfrutaría hacer cada maldito segundo de mi día, pero no quería que se arrepintiera de su propuesta, así que simplemente me quité la camiseta para estar más cómodo y sentí su mirada fija en mi pecho lo que me elevó el ego y después simplemente me recosté en la cama tomándola de la cintura para acercarla a mi pecho.

-        Descansa girasol – murmuré con suavidad y ella se relajó entre mis brazos

-        Descansa Asher

Poco a poco cerré los ojos y el sueño no tardó en arrastrarme; había pasado mucho tiempo sin dormir bien y me sentía a gusto junto a Katherine, así que simplemente me dejé llevar hasta que un grito nos despertó a ambos y nos levantamos asustados saliendo de la habitación como locos; no tenía idea de que hora era ni que había sucedido, pero de solo imaginar que algo le había sucedido a Rebecca, me volvía loco.

-        ¡Ustedes dos! – gritó Brenda al vernos y tanto Katherine como yo la observamos confundidos

-        ¿Brenda? ¿Qué haces aquí? – preguntó Katherine y ella volvió a explotar

-        ¡Tienen una mínima idea de lo que hicieron! ¡¿Cómo se les ocurre?! ¡¿No podían contenerse un poco?! ¡Tú! – gritó señalándome y toda su furia se dirigió hacia mí - ¡No podías controlar mejor tus estúpidos impulsos!

-        No entiendo que sucede – respondí mucho más confundido y estaba seguro que si las miradas mataran, Kat y yo ya estaríamos bajo tierra

-        ¡¿Quieren saber lo que sucede?! ¡Perfecto! ¡Veamos lo que sucede! – gritó tomando el control de la televisión y en cuanto la encendió, me quedé paralizado

"La famosa modelo Katherine Irons besándose con el quarterback estrella Asher Hunt; ¿Será un nuevo romance a la vista o quizá avivaron las llamas de un viejo amor? Las fotos hablan por si solas, sin duda alguna parece que no pueden quitarse las manos de encima"

Mientras la periodista hablaba, las fotos comenzaron a mostrarse en la pantalla y escuché a Katherine ahogar un jadeo; ahí estábamos nosotros, besándonos en el auto como si se nos fuera la vida en ello y se nos veía perfectamente.

"¿No descubrimos recientemente que la famosa modelo tenía una hija? Ella se negó a dar una declaración detallada, pero al parecer podemos sacar algunas conclusiones de estas fotos; ¿Será que ellos tienen su historia? ¿Nuestro querido chico estrella será el padre de esa niña? Pronto lo descubriremos, no se preocupen.

-        Mami... - escuchamos a nuestra espalda y los tres nos giramos abruptamente

Brenda apagó la televisión casi de inmediato y Natalie nos dirigió una mirada de disculpas, probablemente intentó retener a Rebecca en la habitación para evitar que nos viera en este momento, pero esa pequeña era escurridiza, así que simplemente asentí con tranquilidad para que no se preocupara y tomé a mi hija en brazos para acercarla a nosotros.

-        ¿Qué pasa? – preguntó Rebecca pasando su mirada entre nosotros y francamente no sabía que decir

No había pensado que pudieran estar siguiéndonos; ¡Por Dios! ¡No había pensado en nada de eso! ¡¿Por qué no podían dejarnos tranquilos?! ¡¿Por qué tenían que meterse tanto en nuestras vidas hasta asfixiarnos?!

-        Mi vida, recuerdas que te hablé de las personas con las cámaras – dijo Katherine con suavidad acercándose más a nuestra hija y mi pequeña solo asintió – Esas personas siguieron a mamá y a papá; nos tomaron muchas fotos y nos metieron en problemas

-        ¿Es muy feo? – preguntó mirándome directamente y negué

-        No, princesa; todo estará bien, mamá y papá van a encargarse de que todo salga perfecto y muy pronto podremos salir los tres a pasear e incluso iremos al acuario, ¿eso te gustaría? – dije y una brillante sonrisa apareció en su rostro

-        ¡Sí! ¡Sí! – gritó emocionada y eso me hizo sonreír

-        Bueno, ahora nosotros tenemos que arreglar esto, así que, por favor, ve con Natalie y obedece lo que te diga, ¿sí? – pregunté y ella asintió sin dejar de sonreír - ¿Promesa?

-        Promesa – dijo besando mi mejilla y después se alejó con Natalie

-        Dime que tan grave es – pidió Katherine dirigiéndose a Brenda que suspiró con cansancio

-        Todos se volvieron locos; las noticias han salido hace poco más de una hora y ya ha revolucionado a medio mundo y todos tienen sus propias teorías; abajo es un caos, ni siquiera se puede entrar al edificio y tuvimos que traer agentes de seguridad extra para detenerlos a todos; ustedes si que provocaron un gran desastre

-        ¿Y qué hacemos ahora? – preguntó Katherine antes de que yo pudiera intervenir

-        Decir la verdad – sentencié de golpe y ambas me miraron como si me hubieran salido dos cabezas – Tenemos que dar una declaración cuanto antes y minimizar el impacto de la noticia

-        No creo que esto pueda minimizarse – dijo Brenda señalándonos a ambos – ¿Y exactamente que verdad piensan decir? ¿Les contarán de dónde vienes? – cuestionó mirando a Katherine - ¿Les contarán algo de lo que sucedió o de dónde salió Rebecca? Seamos honestos, no pueden decir nada de la verdad porque eso o los perjudicaría o provocaría un mayor caos.

-        ¿Y qué sugieres entonces? – contrataqué porque ciertamente tenía razón

-        Se supone que el equipo de relaciones públicas y yo armaríamos una estrategia e iríamos poco a poco, pero ya que eso está arruinado, sería mejor que se inventaran un cuento que decirle a la prensa

-        ¿Un cuento? – cuestionó Katherine sin entender

-        Tendrán que admitir que Rebecca es su hija y sí – dijo mirándome – Sé que quieres decirlo, lo tengo claro; pero no pueden decir que recién lo sabes; sería mejor que dijeran que se enamoraron hace varios años, tuvieron un corto romance y se separaron de mutuo acuerdo; que decidieron que su hija debía mantenerse anónima mientras crecía para evitar el acoso de los medios, pero que siempre has mantenido una comunicación con ella y que su relación está muy bien; en cuanto a lo que sea que esté pasando entre ustedes dos, decidan que versión le darán a la prensa

-        No suena tan mal – admití y Brenda sonrío

-        Ya lo sé, soy asombrosa, pero cómo hagan algo así de nuevo, voy a matarlos y sí, te adoro Kat, pero me estoy volviendo loca; entre los patrocinadores, la agencia presionando y esto, le han quitado al menos cinco años a mi alma – Katherine se rio y Brenda la fulminó con la mirada lo que me hizo reír a mí – Voy a encargarme de la entrevista, lo más probable es que sea para dentro de unas horas y veré cómo rayos sacarlos de aquí sin que los devoren vivos; vayan pensando en lo que dirán y practiquen para no equivocarse, me voy – declaró y noté que efectivamente se veía agotada

-        Brenda – la llamé antes de que se marchara – Gracias por todo, en verdad; no solo por ayudarnos con esto, si no, por todo – dije y ella pareció entender a lo que me refería por lo que sonrío y se acercó para abrazarme

-        Kat es mi familia y si vuelves a hacerle daño, te haré pagar – susurró en mi oído y asentí

-        Te quiero, Brenda, gracias por todo – dijo Katherine recibiendo un abrazo de su amiga y después volvimos a quedarnos solos.

-        Nosotros podemos con esto – declaré con seguridad y tomé su mano – Podemos con lo que sea juntos, girasol

-        Tienes razón – dijo sonriéndome – Podemos con todo si estamos juntos

Este momento era aterrador y no tenía idea de que sucedería después de revelar nuestros secretos ante la prensa, pero podíamos con ello y lo afrontaríamos con valor; Katherine y Rebecca eran mi mundo, ellas eran mi prioridad y las protegería de todo aquel que quisiera dañarlas; yo sería su escudo de ser necesario y en unas pocas horas todo cambiaría, pero, aunque sonara extraño, esperaba esos cambios con muchas ansias.

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SE VIENE EL CAOS 🔥🔥🔥🔥
¿QUÉ CREEN QUE PASARÁ?
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