CAPÍTULO 15

ASHER

No podía dejar de pensar en ella; cada vez que cerraba los ojos la veía y eso me estaba volviendo loco; pero cuando la vi ahí, parada en medio de las luces vistiendo solo una camiseta y un pequeño short, todo mi cuerpo se tensó; ella era preciosa, siempre lo había sido, pero justo ahora era impresionante.

Cuando sus ojos se encontraron con los míos, una sensación electrizante me recorrió el cuerpo y cuando sonrío, me derretí ante ella; Katherine había nacido para ser adorada; una sola de sus sonrisas hacía que todo floreciera a su alrededor; nadie podía compararse con ella ante mis ojos; era simplemente perfecta.

La mujer que tenía frente a mí distaba mucho de la que conocí hace años; ya no había inseguridad en sus ojos y sonreía de una forma que te dejaba perdido; no importaba cuantas personas hubiera en el set o cuantas miradas tuviera encima, ella parecía ser la única luz, era cómo si te atrajera de una forma magnética y una vez que te tenía, era imposible dejar de mirarla.

Se veía natural ante las cámaras y el fotógrafo parecía encantado con ella e incluso cuando comenzó a posar con los chicos, se mantuvo profesional, sonriente y perfecta; pero cuando me pidieron que me pusiera a su lado para tomarnos fotos juntos, todo mi autocontrol y confianza se esfumaron en un segundo; tenerla a mi lado se sintió como una corriente eléctrica capaz de paralizarme y efectivamente me quedé quieto, tanto que el fotógrafo frunció el ceño y tuvo que pedirme que me relajara.

-        Concéntrate en mí – escuché su voz en un susurro – En mi piel, en mis ojos... - murmuró con tanta suavidad que me quedé embelesado – Solo concéntrate en mí y sígueme

Tocarla se sintió maravilloso y me confirmó algo que supe en el segundo en que volví a verla; nadie nunca me haría sentir como me sentía cuando Katherine estaba cerca; nadie jamás podría ocupar el lugar que ella tenía ante mí; ella era la mujer de mi vida y haría lo que fuera para recuperarla.

Cuando terminamos con la sesión de fotos, el alma me volvió al cuerpo; no podía creer que después de tantos años aun me sentía nervioso ante su presencia; pero tenerla cerca me recordaba cómo eran las cosas cuando nos conocimos y aunque fuera extraño, esos nervios continuaban ahí, como la primera vez que la vi y ese solo pensamiento me hizo sonreír.

Los chicos decidieron interceptar a Katherine antes de que se marchara y se las arreglaron para convencerla de acompañarnos a comer, pero fue su amiga la que finalmente lo consiguió y aunque fue agradable ver cómo empezaba a llevarse bien con mis amigos, la verdad es que también me sentía mal, porque... pudimos haber estado juntos durante todos estos años, pudimos tener una vida juntos, un futuro... pero por cobarde lo tiré todo a la basura y esa culpa no dejaba de perseguirme.

No podía dejar de preguntarme que hubiera sucedido de haber hecho las cosas diferente, ¿Cómo sería nuestra vida si yo no hubiera arruinado las cosas? ¿Qué hubiera pasado si en lugar de huir, le hubiera pedido que fuera conmigo?

Cada vez que Katherine sonreía, se sentía como un golpe; aun tenía muchas preguntas para ella y deseaba saber que había sucedido durante estos años; quería conocer a esta nueva versión de Katherine, deseaba poder comenzar desde cero, pero no tenía idea cómo hacerlo.

-        En serio te tiene flechado, ¿no? – cuestionó Nathan a mi lado cuando las chicas se fueron

-        ¿Qué? – murmuré reaccionando un poco

-        Es un hecho, chicos, lo perdimos – miré mal a Travis por su comentario, pero pareció no importarle

-        Bueno, no podemos culparte, Katherine es preciosa – comentó Xavien e inevitablemente sonreí

-        Pero miren, hasta sonríe como idiota cuando dices su nombre, jamás creí que viviría para ver esto – exclamó Zack y los chicos soltaron una carcajada

-        Así caen los grandes – exageró Chase y todos volvieron a reír

-        Que buenos amigos que tengo... - murmuré dirigiéndoles una mala mirada, pero solo volvieron a reír

-        Aun no puedo creer que ella fuera... ¿Cómo se llama? – preguntó Travis mirando a Chase que solo rodó los ojos

-        Amish, idiota, amish – aclaró Chase con cansancio

-        Ah bueno, eso; no puedo creer que lo fuera, en especial después de esa sesión de fotos; ella se veía tan... caliente – siguió hablando Travis y Nathan solo lo golpeo en la cabeza para que se callara - ¿Por qué me golpeas, imbécil? – exclamó Travis quejándose

-        Piensa un poco más antes de hablar – pidió Chase intentando mediar entre los dos

-        Asher, ¿No deberías hablar con ella? – preguntó Xavien ignorando a los demás – Si quieres recuperarla, debes empezar a hacer méritos

-        Ella me odia... - murmuré y los chicos me miraron como si me faltara un tornillo

-        Creo que toda la tensión que se sintió cuando posaron juntos fue prueba suficiente de que aun siente algo por ti – dijo Zack rompiendo el silencio

-        ¡Dios! ¡Cuando se miraron a los ojos, pensé que se besarían ahí frente a todos! – exclamó Travis ganándose otro golpe

-        Es complicado... - murmuré y Nathan solo negó

-        Si fuera fácil, no valdría la pena; además, ella merece todo tu esfuerzo y la verdad, tienes mucho que compensar si quieres una oportunidad – Nathan como siempre era un gran apoyo, pero francamente tenía razón

-        ¿Y si la invitas a salir? – sugirió Xavien atrayendo nuestra atención – A algún lugar dónde puedan hablar tranquilamente

-        Mejor intercéptala en algún lugar en el que no pueda huir – sugirió Zack y ahora fue él quien se ganó un golpe por parte de Nathan

-        ¿Qué clase de idea es esa? – cuestionó Chase y Zack bufó mientras tocaba su cabeza justo en el lugar en el que recibió el golpe

-        Me parece un buen plan, además, en serio creen que ella aceptará salir con Asher tan fácil – respondió Zack apartándose en un poco en caso de que los chicos intentaran volver a pegarle

-        Igual, Asher no puede arrinconarla y obligarla a salir con él, ese es un terrible plan – se metió Xavien e incluso Travis estuvo de acuerdo

-        ¡Pues no sé! ¡¿Tienen otra idea?! – exclamó Zack defendiéndose y decidí que era el momento de intervenir

-        En realidad... tengo una idea – admití y los chicos volvieron su atención hacia mí

-        ¿Al fin pensaste en algo? – preguntó Nathan y asentí

-        ¿Y no nos dirás que es? – cuestionó Travis y solo sonreí antes de negar, ganándome una serie de insultos por parte de los chicos

Había un lugar que era especial para mí aquí en San Francisco; era el lugar al que escapaba cuando la presión me sobrepasaba y era un lugar que me recordaba a ella; no importaba cuantos años pasaran, siempre que iba a ese lugar, su rostro me venía a la mente y deseaba poder llevarla conmigo esta vez.

Estaba consciente de que sería difícil, después de todo, Katherine tenía un carácter fuerte y ya no bajaba la mirada ante nadie, pero iba a conseguir que aceptara salir conmigo o al menos conseguiría que me permitiera hablar con ella sin gritos de por medio.

Pasé toda la noche planeando a detalle la forma de convencer a Katherine de que aceptara salir conmigo y aunque el plan era arriesgado, llegué a la conclusión de que esa famosa frase era cierta; "Quien no arriesga, no gana", así que era momento de seguir adelante.

Me levanté a primera hora de la mañana para asegurarme de que todo estuviera listo y después me dirigí al estadio en dónde practicábamos; se suponía que hoy tendríamos entrenamiento, además, Katherine grabaría un comercial justo en el campo, por lo que llegaría antes para comenzar a prepararse y ahí tendría mi oportunidad para hablar con ella.

Llegué antes que mis compañeros y el entrenador me observó sorprendido, aunque gracias al cielo, no hizo preguntas; no tardé mucho en averiguar dónde se encontraba Katherine y su equipo de preparación, por lo que de inmediato me dirigí al lugar, pero francamente por más preparado que pensé que estaba para verla, en cuanto estuve frente a ella, me quedé en blanco.

Traía puesto un uniforme de fútbol americano que le quedaba a la perfección y diablos, me fue imposible no recorrer su cuerpo con la mirada, ¿Cómo es que se veía así incluso con ese uniforme? Desprendía sensualidad y me calentaba todo el cuerpo; se veía preciosa, tanto que incluso mirarla dolía; su cabello estaba suelto y caía sobre sus hombros en una cascada castaña que brillaba con intensidad y sus ojos resaltaban dándole una mirada penetrante que me tenía completamente embelesado.

-        Asher – dijo con delicadeza y solo escuchar mi nombre saliendo de sus labios me robó el aliento - ¿Qué haces aquí? – cuestionó y sonreí al verla fruncir el ceño

-        Entreno aquí, por si lo habías olvidado

-        Por favor, podrían darnos unos minutos – pidió y todos asintieron retirándose para dejarnos solos – No entrenas precisamente aquí, así que, ¿Qué quieres? – repitió con dureza y volví a sonreír

Me gustaba esta versión de ella; tan fuerte, dura y orgullosa; ya no era la dócil chica que conocí hace tantos años, ya no era la chica asustada que le temía a casi todas las cosas; ahora era una mujer que no mordía la lengua a la hora de responder y que no temía decir lo que pensaba.

-        Verte – respondí y en sus ojos se vio reflejada la sorpresa

-        ¿Qué? – cuestionó con incredulidad

-        ¿Qué parte no quedó clara? – pregunté acercándome y aunque ella no quitaba sus ojos de los míos, su cuerpo se tensó – Quería verte, moría por verte, es en lo único que podía pensar

-        No tengo tiempo para esto, por favor, vete – me interrumpió, pero aun así continué avanzando

-        Sal conmigo – solté de golpe y me arrepentí de inmediato

Así no es cómo planeaba pedirle que saliera conmigo, pero mi boca me había traicionado; pero llegué a distinguir algo en sus ojos, además de la furia que se reflejaba cada vez que me miraba y ese pequeño destello me dio esperanzas.

-        Cuando el infierno se congele – respondió y antes de que pudiera decir algo más, la puerta se abrió y el equipo preguntó si ya podían volver a entrar ya que pronto comenzarían a filmar

-        Seguiremos hablando después – declaré y ella solo negó antes de girarse para que continuaran preparándola

Una vez que salí de ahí, decidí que lo mejor sería correr un rato y despejar mi cabeza, pero después de algunas vueltas y de verla en el campo, vestida como una jugadora más, no había nada más en lo que pudiera pensar que no fuera en ella.

-        ¡Hunt! – gritó el entrenador llamándome y corrí hacia él

Los chicos no tardarían en llegar y pronto comenzaríamos a entrenar, pero por mientras todos estaban concentrados en el comercial, inclusive el entrenador que parecía estar coordinando algunas cosas con el personal de grabación.

-        ¿Si entrenador? – pregunté llegando hasta dónde él se encontraba en compañía de algunas otras personas

-        Queremos que le enseñes a lanzar a Katherine – ordenó el entrenador sorprendiéndome

-        La idea es que sepa lanzar y recibir el balón, eso es lo que necesitamos – indicó uno de esos sujetos y asentí no tan convencido

-        ¡Vamos, Hunt, no tenemos todo el día! – exclamó el entrenador y me acerqué a dónde Katherine se encontraba sosteniendo el balón en sus manos

-        Me pidieron que te ayudara – dije y ella sintió entregándome el balón - ¿Recuerdas cuando te enseñé a lanzar? – cuestioné en voz baja

-        Jamás podría olvidarlo...

Me alejé unos cuantos pasos y sonreí antes de lanzarle el balón, que ella atrapó sin dificultad causando que casi todos los presentes se sorprendieran y por primera vez en mucho tiempo, pude ver una sonrisa sincera en sus labios; una de esas sonrisas que en el pasado siempre iban dirigidas hacia mí y un recuerdo me vino a la mente.

-        ¡Vamos Katy! – no pude evitar reír al ver cómo hacia el intento de sostener el balón que no dejaba de caerse de sus manos cada vez que intentaba atraparlo

-        ¡Es muy difícil! – dijo frunciendo el ceño y ya no pude contener la risa - ¡Asher! ¡Deja de reírte de mí! – gritó con frustración y me acerqué sin dejar de sonreír

-        Lo estás sosteniendo mal – corregí colocando sus manos en la posición correcta - ¿Me permites ayudarte, mi dulce girasol? – pregunté y sentí como su cuerpo se tensaba ante mi tacto

-        Sí... - murmuró con nervios

-        Tienes que sostenerlo así – indiqué sosteniendo sus manos mientras ella sostenía el balón – Con seguridad y fuerza, debes sostenerlo sin dudarlo o se te irá de las manos

-        Pero... va muy rápido... no puedo sostenerlo... - murmuró con la voz temblorosa y sin poder evitarlo dejé un beso en su mejilla – Asher... - susurró y solté sus manos para colocarme un poco más lejos de ella

-        Vamos, girasol, lánzame el balón como te enseñé – pedí y ella lo hizo de inmediato – Te dije que la practica hace al maestro, ves, después de un poco de tiempo ya lanzas como toda una profesional – dije sacándole una sonrisa – Ahora debes atraparla

-        Pero...

-        Confía en ti misma, tú puedes, solo observa el balón y cuando lo veas venir, sujétalo con fuerza, coloca las manos como te enseñé y pega el balón a tu pecho; no dudes al momento de tomarlo, solo debes creer que puedes hacerlo – dije y ella asintió colocándose en posición - ¿Lista? – pregunté y ella volvió a asentir

Retrocedí unos pasos y lancé el balón directo hacia ella; mientras el balón iba por el aire pude ver la concentración en el rostro de Katy y cuando finalmente lo atrapó, hizo lo que le enseñé consiguiendo justo lo que quería, atrapar el balón y soltó un grito de alegría que me hizo sonreír.

-        ¡Bien hecho! – exclamé yendo hasta ella y la tomé por la cintura para hacerla girar en el aire mientras ella continuaba sujetando el balón - ¡Lo hiciste excelente! – exclamé bajándola al suelo, pero no solté su cintura – Eres fantástica, mi hermoso girasol... - murmuré colocando un mechón de su cabello detrás de su oreja y ella finalmente dejó caer el balón – Te quiero, girasol... - murmuré antes de besarla

Desperté de mis recuerdos justo en el momento en que Katherine me lanzaba el balón de regreso y ante la atenta mirada de todos, continuamos practicando hasta que los chicos llegaron y solo entonces, ella regresó a grabar el comercial, mientras nosotros comenzábamos con el entrenamiento.

-        Ella parecía saber lo que hacía – dijo el entrenador cuando me acerqué y no supe que responder – ¿Es la chica? – preguntó y lo miré con los nervios a flor de piel

Cuando me reclutaron, el entrenador se comportó casi como un padre conmigo y durante una de nuestras largas conversaciones, le hablé acerca de la hermosa chica que dejé en aquel pueblo; no le conté muchos detalles ni le hablé sobre la clase de vida que llevaba Katherine, pero si la mencioné, sin decir su nombre y él parecía haber atado los cabos sueltos con mucha facilidad.

-        Sí – respondí con seguridad y él asintió

-        Espero que ahora tomes mejores decisiones que en el pasado

-        Lo haré, entrenador – dije y él dio por terminada nuestra corta charla para dar inicio al entrenamiento

Estuvimos practicando las jugadas durante una eternidad y aunque intenté concentrarme en el entrenamiento, los chicos no dejaban de hablar de Katherine, de cómo se veía y del comercial; mis amigos más cercanos solo me veían e intentaban que los demás dejaran de hablar, pero francamente después de un buen rato, perdí la paciencia y les grité a todos que guardaran silencio; un arrebato que por supuesto el entrenador castigó haciéndonos correr varias vueltas al campo.

Cuando terminamos de entrenar prácticamente corrí a las duchas y me bañé con rapidez; me coloqué el cambio de ropa que había traído y salí disparado a buscar a Katherine antes de que pudiera marcharse, pero con la primera con la que me encontré fue con su amiga.

-        Brenda, ¿verdad? – pregunté y ella asintió mirándome con confusión

-        ¿Qué necesitas? – preguntó cruzando sus brazos

-        Tengo que hablar con Katherine, es importante – pedí y ella me miró por unos segundos antes de asentir y ambos nos dirigimos a la oficina en dónde habían estado preparando a Katherine antes.

-        ¡Kat! – exclamó Brenda y pude ver una mano levantada detrás de un pequeño espacio que habían adecuado para que Katherine se vistiera

-        ¡Ya voy! – exclamó Katherine y mientras que ella terminaba, Brenda se encargó de agradecerles a todos por su trabajo y pedirles que se retiraran ya que tenía que hablar con Katherine a solas; gesto que por supuesto, agradecí con un asentimiento, ya que ella me indicó que no hablara - ¿Qué sucede? – preguntó Katherine saliendo de aquel pequeño vestidor y en cuanto me vio, su ceño volvió a fruncirse

-        Te dije que volveríamos a hablar

-        No – declaró con seriedad, pero no iba a darme por vencido

-        Katherine, necesitamos hablar, lo sabes, por favor – pedí y noté como su amiga la miraba fijamente causando cierta reacción en ella – Solo ven conmigo, solo dame unas horas y te prometo que, si después de eso quieres que me aleje, no volveré a molestarte

-        Asher...

-        Solo unas horas, por favor – volví a rogar y Brenda se acercó a decirle algo en voz baja ocasionando que Katherine suspirara y volviera a mirarme

-        Está bien... - aceptó después de intercambiar unas palabras más con Brenda y sonreí mirando a su amiga que simplemente asintió – Solo unas horas – murmuró para si misma - ¿Nos iremos ahora?

-        Sí, ¿Estás lista? ¿Necesitas que espere?

-        Yo... - comenzó a decir, pero Brenda la interrumpió

-        Yo me encargo de lo que falte, no tienes nada de que preocuparte; todo estará bien – la animó cosa que en serio agradecí

-        Bien... vamos – aceptó Katherine tomando su bolso y dándome una pequeña mirada, se despidió de Brenda para después salir conmigo hacia el estacionamiento

Cuando llegamos hasta mi auto, le abrí la puerta y ella entró sin hacer más preguntas; no perdí más el tiempo y tomé mi lugar para comenzar a conducir.

-        ¿A dónde vamos? – preguntó después de unos minutos

-        Es una sorpresa, pero te aseguro que te gustará

-        Si tu lo dices... - murmuró en voz baja y se giró para mirar por la ventana

No tardamos mucho en llegar a nuestro destino o al menos no lo pareció; honestamente cuando estaba junto a Katherine el tiempo se iba volando; siempre había sido así y eso no había cambiado; estacioné el auto y bajé casi corriendo para abrirle la puerta, cosa que la tomó desprevenida, pero sin darle tiempo para pensar en nada más, le indiqué el camino por el que debíamos ir ya que un pequeño tramo se tenía que hacer a pie.

-        ¿Dónde estamos? – preguntó justo cuando pasábamos la reja que dividía la propiedad

-        Este es mi lugar favorito; lo descubrí cuando me mude a la ciudad; es una propiedad privada, pero conozco al dueño, te agradará – toqué la puerta un par de veces y el señor Mickaelson no tardó en abrir 

-        ¡Asher, que alegría verte! ¿Quién es esta bella señorita que te acompaña? – preguntó mirando a Katherine

-        Señor Mickaelson, ella es Katherine – los presenté y él le tendió la mano que ella aceptó con una sonrisa – Quería mostrarle el campo – dije y él asintió con una sonrisa

-        Por supuesto, pasen, están en su casa – respondió y después de intercambiar unas cuantas palabras más, nos dejó solos para que llegáramos a nuestro destino

-        Asher, ¿Qué hacemos aquí? – preguntó nuevamente mientras caminábamos, pero frenó de golpe al ver lo que estaba frente a ella

-        ¿Te gusta? – pregunté observando ese brillo en sus ojos que tanto había extrañado

-        Es... es... hermoso – murmuró sin despegar los ojos del paisaje que tenía ante ella - ¿Cómo... es que conoces este lugar? – preguntó volviendo su mirada hacía mí

-        Lo encontré por casualidad – admití sentándome en el césped y ella se sentó a mi lado – Estaba caminando y me perdí, así fue que conocí al señor Mickaelson; él me invitó a pasar a su casa y no pude evitar mirar una foto que tenía colgada en la pared; era una foto de él con su esposa en este lugar; le pregunté por el campo y me trajo hasta aquí, desde ese momento, no he dejado de venir

-        Es precioso – admitió mirando hacia el frente

-        Su esposa amaba los girasoles, así que decidió comprar esta propiedad por el gran campo libre que tenía atrás de su casa y contrato a varios trabajadores para que plantaran cientos de girasoles para ella; lo volvió su santuario y con los años siguió plantando girasoles; es el único lugar de San Francisco que tiene algo así

-        ¿Y su esposa? – preguntó volviendo a mirarme

-        Murió hace algunos años – respondí y su sonrisa se desvaneció – Pero él me dijo que cada vez que viene aquí, la siente cerca; es lo mismo que me pasaba a mí – admití y ella me miró con duda en sus ojos – Cada vez que vengo aquí, pienso en ti

-        Asher...

-        Este lugar me recuerda todos esos momentos que tuvimos juntos, aunque la verdad es que cada cosa que hago siempre me recuerda a ti

-        Asher... - repitió como si le doliera escucharme

-        Nunca pude sacarte de mi mente; por las noches recordaba tu risa, tu voz y tus hermosos ojos que me aceleraban el corazón; aparecías cuando estaba despierto y siempre te encontraba en mis sueños – acaricié su mejilla con cuidado y ella suspiró – Jamás he podido olvidarte – admití sonriendo con tristeza – Has sido el único amor que he tenido en esta vida, pero te fallé y no me alcanzará la vida para arrepentirme por lo que hice

-        Asher, no hagamos esto ahora... - murmuró con lentitud, pero no iba a parar, no ahora

-        Te amo, Katherine, te he amado por años y jamás dejaré de amarte – solté de golpe y ella se alejó un poco por la impresión – No volveré a huir, no cometeré ese error otra vez, así que te traje aquí para ser sincero, porque haré todo lo humanamente posible para demostrarte que he cambiado y que nunca más voy a lastimarte

Sus ojos brillaban de una forma que me dejaba sin aliento, las lágrimas se acumulaban en sus ojos, pero había algo detrás de ellas; algo que me daba esperanza y juraba por el cielo que no iba a darme por vencido; sanaría las heridas que causé por mi cobardía y mis malas decisiones; recuperaría a mi hermoso girasol y le demostraría que esta vez las cosas iban a ser diferentes.

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