CAPÍTULO 14
KATHERINE
Llevaba cinco días en San Francisco y estaba volviéndome loca; la mudanza había sido un caos, cambiar nuestras vidas había sido todo un reto y aunque Rebecca estaba realmente emocionada, yo comenzaba a creer que este había sido un gran error, aunque al parecer era la única que pensaba así y eso tenía que admitir que comenzaba a desesperarme.
Después de presentarme con los chicos y de tener esa conversación con Asher las cosas estaban algo tensas y aunque todavía no había filmado nada con ellos, la verdad es que verlos todos los días estaba comenzando a abrumarme; era obvio que varios de ellos conocían mi situación con Asher y eso podía notarlo por la forma en que me miraba, además, Asher no era nada sutil en sus intentos de acercarse y eso me ponía nerviosa.
Durante estos días había intentado mantenerme profesional; intenté ser amable con todos los chicos y el personal del equipo, además cumplía con mis obligaciones al pie de la letra, pero, aun así, no me sentía del todo cómoda; por el contrario, tanto Brenda como Rebecca estaban felices, a ambas parecía gustarles San Francisco e incluso Natalie parecía feliz de estar aquí.
Parte de mí quería encontrar fallos en nuestra estadía en San Francisco; quería encontrar puntos en contra y cosas que me desagradaran, pero tenía que admitir que no era un mal lugar para vivir; sin duda era mucho más tranquilo que New York y yo tenía mucho más tiempo libre que de costumbre, además me gustaban las áreas abiertas y eso era algo que podía encontrar fácilmente aquí; Rebecca parecía contenta y eso me hacía feliz, pero al mismo tiempo me pasaba el día nerviosa por la remota posibilidad de que alguien fuera a darse cuenta de lo mucho que mi hija se parecía a su padre.
En el fondo estaba consciente de que la razón principal para mudarnos había sido decirle la verdad a Asher antes de hacerla pública, pero francamente entre decirlo y hacerlo existía una gran diferencia.
No tenía idea de cómo iniciar esa conversación, ni siquiera sabía como rayos entablar una conversación con Asher sin terminar gritando y con cada día que pasaba iba poniéndome cada vez más nerviosa.
Había pasado los últimos días evitándolo, pero sinceramente no podía sacarme nuestra última conversación de la cabeza; ¿Por qué creía que estaba casada? ¿Qué le había dicho mi hermano? Mentiría si dijera que no tenía dudas, porque claro que las tenía e iban acumulándose una detrás de otra volviéndome loca.
- ¿Cuál es el itinerario de hoy? – le pregunté a Brenda mientras desayunábamos
- Tienes sesión de fotos en un par de horas, después un almuerzo con la junta directiva de los San Francisco Raiders y justo después tendrás una entrevista
- ¿Entrevista? – pregunté y ella asintió
- Es tu primera vez involucrándote en el mundo del fútbol americano, todos están muy intrigados por esta nueva decisión
- Así que es probable que busquen un buen chisme, ¿no? – dije y ella asintió con una sonrisa pícara
- Podríamos usarlo a tu favor; no necesitamos un escándalo, solo podríamos generar un poco de intriga y caos – propuso haciéndome reír
- ¿Intriga y caos? – cuestioné elevando la ceja y ella sonrío
- Estás en la mira justo ahora, Kat; es el momento para ser audaces
- Lo pensaré – acepté ganándome otra gran sonrisa y terminé mi desayuno para después ir a la habitación de Rebecca y despertarla antes de marcharme a trabajar
Me detuve en la puerta de su habitación y me quedé observándola dormir; mi hija era un pequeño ángel y adoraba mirarla; su cabello castaño caía desordenado en las almohadas y tenía una expresión tan dulce en el rostro que me daban ganas de comérmela a besos; me acerqué a despertarla sentándome a su lado y poco a poco fue abriendo sus pequeños ojos causando que mi corazón se estrujara.
Mi pequeña me miraba somnolienta, con ese destello en sus ojos que siempre me dejaba encantada; ella tenía sus ojos, esas esferas azules tan tenues como el color del cielo después de una noche de lluvia; tenía sus ojos y siempre me perdía al verlos.
- Mami... - murmuró batiendo sus pestañas
- Hola, princesa – dije y ella se acurrucó contra mí sacándome una sonrisa – Es hora de levantarse, Becca
- Un poquito más – dijo y reí
- Si no te levantas ahora, no tendrás tiempo para ir a jugar al parque más tarde – comenté con suavidad y sus ojos se abrieron de golpe
Mi hija se levantó sin poner más excusas haciéndome reír y justo en ese momento Natalie apareció para ayudarla a bañarse y vestirla para comenzar el día; me despedí de ambas y luego regresé a la sala en donde Brenda me esperaba para dirigirnos al primer compromiso del día.
- ¿Cómo será la sesión de fotos? – pregunté una vez que estuvimos en el auto
- Bueno... - Brenda tenía la duda reflejada en su rostro y eso alteró mis nervios
- Habla de una vez – pedí y ella suspiró
- Será con algunos miembros del equipo – admitió y bufé – Sé que no te gusta, pero así lo pidió la marca – Primero serán varias fotos en las que estarás sola y luego unas cuantas con los del equipo y fin – dijo y suspiré con resignación
- Si no hay otra opción... está bien – acepté y ella sonrío
- ¿Quieres un consejo? – preguntó y asentí
- Demuéstrales a todos porque eres la modelo más importante de este país; muestrales la estrella que eres
- Te quiero mucho, Brenda – dije y ella sonrío
- Ya lo sé, yo también me amo – respondió haciéndome reír
No tardamos mucho en llegar al lugar dónde se llevaría a cabo la sesión de fotos y en cuanto llegamos me llevaron de inmediato a maquillaje y peluquería para que me arreglaran mientras que Brenda se encargaba de afinar los últimos detalles de logística.
Si había una parte que me encantaba de este trabajo, era esta; cuando era más joven siempre soñaba con verme bonita, usar maquillaje y arreglar mi cabello como lo hacían las chicas forasteras que veía cada vez que salía de mi comunidad y cada vez que esas ideas venían a mi mente, me sentía culpable, porque la iglesia decía que todo eso era un pecado, que el querer mirarme en un espejo o desear verme hermosa era algo malo y por ende la malvada era yo.
Cuando comencé en este trabajo aun tenía ciertas dudas, pero aprendí que desear arreglarme o verme bonita no era un pecado; aprendí que el maquillaje solo resaltaba nuestra belleza y que no había nada de malo en ello; en este trabajo adquirí seguridad y confianza, aprendí a conocerme en lo más profundo y poco a poco comencé a disfrutarlo.
Me gustaba sentir como cepillaban mi cabello y me relajaba por completo cada vez que me peinaban; me gustaba conversar con los maquillistas y admiraba mucho su trabajo; me gustaba la persona que era frente a las luces y aunque hasta hace algunos años jamás me habría atrevido a hacerlo, estaba feliz de este resultado.
Una vez que terminaron de maquillarme, me llevaron a vestuario en dónde varios miembros del personal me ayudaron a vestirme; mi cabello caía suelto y ondeando sobre mis hombros lo que me hacía lucir relajada y el primer conjunto de ropa fue bastante simple por lo que no tardé mucho en salir al set en dónde todos estaban listos para comenzar con la sesión de fotos.
Pasé las siguientes dos horas entrando y saliendo de maquillaje, peinado y vestuario; me cambié varias veces pasando de conjuntos deportivos simples a otros un poco más elaborados e incluso sensuales; el fotógrafo era excelente y me hacía sentir cómoda, al igual que todos en el set; tenía que admitir que me estaba divirtiendo y lo estaba disfrutando, pero entonces ellos llegaron y sin poder evitarlo, mis ojos se cruzaron con los de Asher.
Por un segundo estuve a punto de congelarme y durante un instante me sentí cohibida; ¿Cómo podía provocarme tantos nervios solo con una mirada? ¿Por qué no era capaz de controlarme?
- ¡Excelente, Katherine! – exclamó el fotógrafo devolviéndome a la realidad – Juega un poco con las poses – pidió y decidí que seguiría el consejo de Brenda; iba a dejar a todos sin palabras
Tomé el borde de la camiseta de futbol que estaba usando, la elevé un poco dejando a la vista algo de piel y abrí los labios ligeramente mientras miraba fijamente a la cámara; seguí moviéndome usando el espacio, mi cuerpo y mi rostro; podía sentir todas las miradas fijas en mí, podía sentir como el deseo palpitaba en el lugar, pero aun así continué posando mientras que pequeñas sonrisas se asomaban en mis labios; no había ni rastro de timidez, no había vergüenza ni arrepentimiento; esta era yo y estaba mostrándoles a todos que brillaba con la intensidad de un verdadero diamante.
Sin poder evitarlo mis ojos volaron a los de Asher y sonreí como hace mucho que no lo hacía; sus pupilas estaban dilatadas, su cuerpo se veía tenso y en verdad estaba disfrutando ser la causante de todas sus reacciones; coloqué las manos en mi cintura elevando ligeramente la camiseta y aunque el short que traía puesto cubría lo suficiente, la verdad es que no hacía más que resaltar el largo de mis piernas que Asher no pudo evitar mirar.
Creí que me pondría nerviosa en su presencia, pensé que no podría lograrlo, pero honestamente tenía una sensación en el pecho que no podía identificar con facilidad, pero que se sentía bastante gratificante.
- ¡Perfecto! – gritó el fotógrafo bajando la cámara y sonreí
Todos aplaudieron y eso aumentó mi sonrisa; me sentía cómoda en este lugar, me sentía cómoda frente a las cámaras y las luces; nunca creí que encajaría en este mundo, pero aquí estaba y si de algo estaba segura era que había encontrado mi lugar.
- Cambió de vestuario – pidió el fotógrafo y fui arrastrada nuevamente hacia los camerinos
Suponía que también debían estar arreglando a los chicos, así que simplemente dejé a todos trabajar a su ritmo y cuando estuve lista, mi reflejo me sorprendió; realmente me veía impactante, mis labios tenían un tono rojizo que los hacía ver bastante húmedos, mis ojos se veían profundos y mi cabello se veía con mayor volumen, casi como si estuviera despeinado, pero al mismo tiempo me daba un aura tan sensual que me quedé sin palabras; sin perder el tiempo me vistieron con un short negro corto y una playera de los San Francisco Raiders que me quedaba a la perfección, pero aunque mi vestuario era simple, la imagen que me devolvió el espejo me hizo sonreír, porque tenía que admitir que no solo me gustaba como me veía, si no que me encantaba y no estaba del todo segura si esa sensación era buena.
Una vez que salí de los camerinos volví al set en dónde los chicos ya me esperaban y no pude evitar repasar a Asher con la mirada; todos se veían bastante apuestos, pero él tenía algo que inevitablemente me atraía y cuando nuestras miradas chocaron pude notar como se tensaba y comenzaba a respirar con dificultad, reacción que por supuesto me hizo sonreír.
El fotógrafo comenzó a darnos indicaciones sobre cómo colocarnos, cómo debíamos interactuar y aunque los chicos se veían nerviosos, no estaban haciendo un mal trabajo; estuvimos parados durante un largo tiempo, probando combinaciones diferentes con dos o tres de los chicos e incluso nos tomaron fotos a todos juntos que se me hacían bastante naturales y bonitas, pero cuando ya estábamos por terminar, el fotógrafo nos pidió a Asher y a mí que posáramos solos, lo que al fin consiguió tensarnos a los dos.
Respiré un par de veces para tranquilizarme y sonreí intentando aligerar el ambiente; tenía que mantenerme profesional, no podía permitir que mis nervios me jugaran en contra, así que, haciendo uso de toda mi fuerza de voluntad, me coloqué a su lado apoyándome ligeramente contra su cuerpo y le sonreí a la cámara, pero Asher se mantuvo quieto.
- Asher, suéltate un poco – pidió el fotógrafo, pero al parecer él era incapaz de reaccionar
La parte racional de mi cerebro quería dejarlo a su suerte, pero sin pensarlo detenidamente me giré hacia él rozando su mano con la mía y cuando sus ojos me miraron sonreí ligeramente intentando calmar sus nervios.
- Concéntrate en mí – pedí en un susurro – En mi piel, en mis ojos... - murmuré con suavidad – Solo concéntrate en mí y sígueme
Apoyé mi mano sobre su hombro mientras mi cuerpo seguía frente al suyo y giré mi cabeza hacia un lado mirando directamente a la cámara y Asher me imitó al mismo tiempo que colocaba su mano en mi cintura; después de unos cuantos flashes cambiamos de posición y simplemente volví a apoyarme de lado contra su cuerpo mientras que él giraba su cabeza para mirarme lo que al fotógrafo le pareció perfecto.
Seguimos posando con la mirada de todos fija en nosotros e incluso sus amigos se veían impresionados; Asher y yo no tardamos mucho en relajarnos e incluso nuestros movimientos comenzaron a sincronizarse; por más que quisiera negarlo, encajábamos en este momento y eso se sentía demasiado bien tanto que era aterrador.
- ¡Un poco más! – gritó el fotógrafo y antes de que pudiera moverme, Asher tomó mi cintura dejándome caer ligeramente hacia atrás mientras él se inclinaba hacia mí y el flash captó justo ese momento
Si él quería jugar así, bien; ambos podíamos jugar y estaba segura que yo podría hacerlo mucho mejor que él.
Me acerqué al pecho de Asher apoyándome por completo contra él y llevé mi mano derecha a su cuello mientras me giraba hacia la cámara; sonreí de forma provocativa y cuando volví mi cabeza a su posición inicial me crucé de golpe con los ojos de Asher que me observaban con demasiada profundidad.
- ¡Chicos, entren todos! – exclamó el fotógrafo y en ese preciso instante salté hacia atrás apartándome de Asher mientras mi corazón luchaba por recuperar el control
Los chicos se acercaron de inmediato y siguiendo las indicaciones del fotógrafo comenzamos a posar en grupo quedando yo en medio, pero ya no me sentía incómoda entre ellos, al contrario, comenzaba a sentir que todo era mucho más sencillo.
Cuando la sesión de fotos terminó, me dirigí rápidamente a los camerinos para cambiarme y después de agradecerle a todos por su estupendo trabajo, salí para buscar a Brenda, pero antes de poder hacerlo me topé directamente con los chicos que venían molestándose unos a otros.
- Katherine, ¿Nos acompañas a comer? – preguntó Nathan y antes de que pudiera negarme, Travis me saltó encima elevándome en el aire y sacándome un pequeño grito por el susto
- No creo que... - comencé a murmurar, pero los chicos negaron abruptamente
- ¡Vamos, Kat! – exclamó Xavien – Deberíamos conocernos si trabajaremos juntos – sugirió elevando las cejas una y otra vez haciéndome reír
- ¡Kat! – escuché de pronto y me giré para recibir a Brenda que venía cargando múltiples cosas – Hola, chicos – dijo saludando a los demás y ellos le correspondieron de inmediato – Lo siento por la demora, pero insistieron en que debías llevarte estas cosas; quieren que las uses en la calle y promociones la marca, además estuvimos acordando cuando se llevaría a cabo la grabación del comercial, ya sabes, todo un caos – dijo y asentí antes de dedicarle una sonrisa
- Brenda, justo estábamos diciéndole a Kat que deberíamos ir todos a comer – intervino Zack y mi amiga me observó elevando la ceja y aunque no dijo ninguna palabra, podía ver la duda reflejada en su rostro
- Bien, vamos a comer – cedí al fin y los chicos gritaron emocionados mientras nos llevaban arrastradas hacia la salida del edificio.
El restaurante al que los chicos querían ir no quedaba muy lejos del lugar, así que no tardamos mucho en llegar; dejamos las cosas en el auto y de inmediato nos pasaron a nuestra mesa, en un salón privado en dónde no tendríamos que lidiar con las miradas curiosas o con los periodistas que probablemente no tardarían en rodear el restaurante.
Me senté lo más lejos posible de Asher quedando entre Brenda y Chase; los chicos no tardaron en comenzar con su bullicio habitual y tenía que admitir que me parecían algo adorables; su actitud infantil, sus juegos, bromas y discusiones me causaban gracia, además lo volvían todo menos incómodo y eso era algo que agradecer.
La comida no tardó en llegar y decidí que dejaría de sobre pensar las cosas por un segundo e intentaría conocer a los chicos sin prejuicios ni miedos; podía sentir la mirada de Asher fija en mí, pero justo ahora no iba a centrarme en él; no podía seguir viviendo mi vida en estado de alerta, tenía que empezar a avanzar o finalmente me estancaría.
- Hoy estuviste asombrosa – comentó Nathan quien estaba justo al lado de Asher
- Gracias, ustedes también lo hicieron muy bien – respondí ganándome sonrisas por parte de los chicos
- Es que cómo no hacerlo, ¿Me has visto? ¡Soy asombroso! – exclamó Travis haciéndome reír mientras los chicos lo abucheaban
Durante estos días había aprendido un poco sobre los chicos y tenía que admitir que no me disgustaba pasar tiempo con ellos; Travis era juguetón, dramático y le encantaba molestar a los demás; Xavien era brillante, amable y extrovertido, aunque de una u otra forma siempre terminaba discutiendo con Zack sobre temas sin sentido; luego estaba Nathan que parecía ser el más unido a Asher y aunque no lo había tratado mucho, parecía ser alguien de confianza que siempre estaba para los demás si lo necesitaban y por último, estaba Chase, el más maduro de todos y con el que más me había relacionado; Chase era divertido, pero al mismo tiempo era mucho más centrado y tranquilo; él siempre estaba al pendiente de los demás y usualmente era quien detenía las discusiones, además siempre se encargaba de mantener a los chicos a raya y eso me evitaba muchos momentos incómodos.
- ¿Chicas, cómo se conocieron? – preguntó Zack antes de llevarse la comida a la boca
- Trabajando en una cafetería – respondió Brenda y todos nos miraron con curiosidad
- No lo hubiera imaginado – soltó Xavien y simplemente asentí con desinterés
No tenía ganas de hablar del tema y mucho menos estaba lista para hacerlo, lo que todos parecieron notar porque de inmediato cambiaron de tema y las cosas poco a poco comenzaron a normalizarse.
Mentiría si dijera que no pasé una buena tarde, porque francamente sí me divertí conversando con los chicos; estar con ellos era divertido y era gracioso lo mucho que conseguían fastidiarse mutuamente, además, me sentía cómoda en su compañía y esa era una sensación nueva que empezaba a agradarme.
Cuando terminamos de comer, nos despedimos de los chicos e intenté apartar la mirada de Asher lo más rápido posible, pero parecía inevitable; aun sentía un lazo uniéndome a él y aunque deseaba odiar esa sensación, cada vez que lo veía mi corazón me traicionaba.
Cuando al fin estuvimos lejos de todos y nos pusimos en camino hacia el lugar en dónde se llevaría a cabo la entrevista, pude respiré con tranquilidad; Asher me ponía nerviosa y por más que me esforzaba por aparentar lo contrario, no estaba segura de cuanto tiempo podría seguir negando la verdad.
- Estás son las preguntas que te harán en la entrevista – dijo Brenda entregándome unas cuantas hojas mientras que terminaban de arreglarme antes de salir al aire – Revisé las preguntas con ellos, no tocarán ningún tema con el que no estés cómoda, así que solo debes salir y hacer tu magia
- Intentaré ponerle algo de chispa – dije con una gran sonrisa que hizo reír a Brenda
Una vez que terminaron de arreglarme y leí todas las preguntas de la entrevista, me avisaron que faltaban pocos minutos para salir al aire, así que me dirigí al set en dónde ya todos estaban listos y esperándome.
- ¡Katherine Irons! – exclamó la reportera que me entrevistaría el día de hoy - ¡Es un gusto al fin conocerte! ¡He escuchado hablar tanto de ti! – la reportera era enérgica y bastante intensa, lo que seguramente haría las cosas interesantes
- ¡Estaremos al aire en cinco minutos! – escuché que gritaron y ambas nos acomodamos en nuestros lugares mientras terminaban de retocar nuestro maquillaje - ¡Listos! ¡Cinco, cuatro, tres, dos y al aire! – gritaron nuevamente y decidí sonreír ante las cámaras
- ¡Buenas tardes, San Francisco! – exclamó la reportera y mi sonrisa se ensanchó - El día de hoy tenemos una invitada súper especial en el programa; ni nada más ni nada menos que la increíble y hermosa Katherine Irons; ¿Cómo te encuentras hoy, Katherine? – dijo dirigiendo su mirada a mí - ¿Qué te parece San Francisco?
- Estoy muy bien, gracias por preguntar y con respecto a la ciudad, me encanta; tengo que admitir que es un gran cambio, pero hasta ahora estoy muy feliz.
- ¡Me alegro de escuchar eso! – exclamó con demasiada alegría y simplemente sonreí – Pero cuéntanos, Katherine, ¿Cómo surgió la idea de venir a la ciudad? Sabemos que ahora formas parte del equipo de los San Francisco Raiders lo que francamente nos tomó por sorpresa a todos; hasta ahora nunca te habías involucrado con nada relacionado al fútbol; ¿Por qué el cambio?
- Tengo que admitir que fue una decisión que pensé por largo tiempo; era un cambio muy grande y cómo dices, jamás participé en nada relacionado a este medio, pero todo ocurre por una razón y si esta oportunidad llegó en este momento, ¿Por qué no tomarla?
- ¿Y qué tal es hasta ahora? ¿Qué nos puedes contar de tu relación con el equipo?
- Hasta ahora las cosas van sorprendentemente bien; tengo que aceptar que al inicio los chicos me parecían intimidantes, pero cuando los conoces te das cuenta que son todo lo contrario; son un equipo unido, son respetuosos y amables conmigo, además siempre consiguen hacerme reír – dije y francamente, esa era la verdad
- ¿Alguno de ellos te ha llamado la atención? – preguntó la reportera con un gesto demasiado sugerente para mi gusto
- Tal vez... - respondí sin dejar de sonreír – Pero todavía no ha pasado mucho tiempo como para estar segura
- ¡Oh por Dios! – exclamó la reportera haciéndome reír – Te aseguro que, si le das la oportunidad, cualquiera de ellos te haría feliz – dijo y me pareció sincera – Serían muy tontos si dejaran ir a una belleza como tú – declaró con tanta seguridad que volví a reír
- Démosle tiempo al tiempo, todavía me queda una larga temporada en San Francisco, quien sabe que pueda suceder
Era probable que los chismes no tardaran en aparecer y seguramente todos buscarían relacionarme con algún jugador ante el mínimo contacto, pero bueno, así era la fama y en ocasiones debíamos aprovechar los reflectores para aumentar nuestra luz.
La entrevista continuó por un largo rato, pero las preguntas se centraron en mi trabajo, en el equipo y en los planes que tenía en la ciudad; además la reportera se mostró muy amable y muy interesada en las pasarelas en las que participaría durante los siguientes meses y para cuando terminamos, tenía que admitir que había sido una entrevista interesante.
La reportera respetó el acuerdo sobre las preguntas, se mostró respetuosa conmigo e hizo todo mucho más cómodo para ambas lo cual le agradecí al final y después de tomarme algunas fotos con ella y con varios miembros del personal, salí con Brenda para dirigirnos de regreso a casa.
Había sido un día productivo y muy largo, pero había sido agradable, solo esperaba que las cosas siguieran por buen camino, porque necesitaba encontrar el momento correcto para soltar la verdad y empezaba a acabarse el tiempo.
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