CAPÍTULO 13

ASHER

El entrenador nos había citado temprano, mucho antes de lo que solíamos entrenar y no había querido decirnos la razón, de acuerdo con él, era una sorpresa y no podía sentirme más estresado por ello.

Todos se veían emocionados por la supuesta sorpresa que nos tenía el entrenador, pero francamente yo no tenía ganas ni siquiera de estar aquí; tenía muchas otras cosas en las que centrar mi atención y muchos otros problemas en la mente.

Había pasado las últimas dos semanas volviéndome loco; después de la gala y de reencontrarme con Katherine, volví a buscarla sin mucho éxito; intenté contactarla por todos los medios e incluso viajé a New York con la intención de verla, pero de alguna forma ella siempre escapaba de mí.

Prácticamente estuve acechándola para intentar encontrar un momento para hablar con ella, pero cada vez que me acercaba lo suficiente y ella conseguía verme, salía corriendo y eso me tenía completamente frustrado.

-        Bueno, ahora que están todos – dijo el entrenador y decidí prestarle atención – Tengo varias noticias que darles; en primer lugar, la gala fue éxito y la junta directiva está bastante conforme, además conseguimos aumentar los patrocinios – dijo y todos gritamos con emoción, causando la risa del entrenador que de inmediato nos mandó a callar - En segundo lugar, me informaron que se firmó el contrato con la nueva modelo que será la imagen durante esta temporada y el equipo de relaciones públicas ha decidido que ustedes participaran de las campañas para promover al equipo – dijo ganándose más aplausos – Y por último, tenemos una visita especial el día de hoy; ella quería presentarse formalmente con todos ya que desde el día de mañana comenzarán a trabajar juntos; por favor pasa querida – dijo y todos dirigimos la mirada hacia la entrada

Mientras ella entraba, todo a su alrededor desapareció; se veía radiante, hermosa e inalcanzable, vestía un traje blanco que se ajustaba perfectamente a su cuerpo y caminaba con tanta elegancia que inevitablemente te sentías intimidado; pero lo más impactante siempre serían sus ojos, no eran azules ni verdes, eran de un tono café tan profundo que llevaba años quitándome el sueño; su mirada seguía atrayéndome como un imán y era tan dulce como la recordaba, pero había algo diferente, tal vez era ese nuevo brillo que los cubría, esa capa de experiencia que solo adquieres al pasar por situaciones difíciles; había algo más en su mirada y no podía decir que, pero conseguía dejarme sin aliento.

Katherine era la única que causaba eso en mí, era la única por la cual mi mundo se ponía de cabeza; solo ella era capaz de acelerarme el pulso y acortar mi respiración; no podía dejar de mirarla, no me sentía capaz de apartar la mirada, pero cuando se colocó justo frente a todos, noté como me ignoraba olímpicamente y eso solo provocó dos cosas dentro de mí.

Dolor y rabia

Quería que me mirara, quería que fijara sus bellos ojos en los míos y realmente necesitaba hablar con ella; necesitaba aclarar muchas cosas y hacer muchas preguntas, pero antes de que pudiera dar un paso hacia delante de manera impulsiva, Nathan sujetó mi brazo deteniéndome en mi lugar abruptamente.

-        Este no es el momento – murmuró y bufé

El entrenador se acercó a Katherine y ella le sonrío al mismo tiempo que intercambiaba unas cuantas palabras con él antes de girarse nuevamente hacia nosotros.

-        Buenos días, es un gusto conocerlos a todos; me llamo Katherine Irons por si les quedaba alguna duda – dijo sin borrar esa gran sonrisa de su rostro – Seré la nueva imagen de las marcas que los patrocinan; quería presentarme con ustedes porque comenzarán a verme con frecuencia; espero podamos llevar una relación cordial y podamos trabajar en conjunto – dijo y pude notar como más de uno de mis compañeros la observaban embelesados.

Mentiría si dijera que Katherine no era hermosa, porque francamente, la palabra se quedaba corta para describirla; Katherine siempre había sido hermosa, pero su belleza solo había aumentado con los años; solía parecerme preciosa su inocencia y su dulzura; adoraba el sonrojo de sus mejillas siempre que la miraba y me encantaba la forma en que se ocultaba con nerviosismo, pero la mujer que estaba frente a mí en este momento no tenía vergüenza ni nervios, al contrario, lucía segura de si misma y no temía mostrarse ante los demás; su cuerpo era una obra de arte que no podía dejar de admirar; su cabello era largo y caía liso por su espalda tentándome a tocarlo y sus labios me llamaban recordándome lo dulce que era besarla.

No importaba cuantas mujeres conocí en estos años, no importaba cuantos labios besé o lo mucho que intenté olvidarla; ella no había salido de mi mente; solo era a ella a quien deseaba, solo era su piel la que deseaba recorrer con mis manos; solo eran sus labios los que deseaba sentir sobre los míos; solo era ella la dueña de mi corazón y mis pensamientos.

-        Soy Chase – dijo mi amigo acercándose a Katherine y ella sonrió aceptando la mano que él le ofrecía, pero cuando él en lugar de estrecharla, la llevó a su boca plantando un beso allí, me puse completamente tenso y fruncí el ceño

-        ¿En serio? – cuestionó Katherine sin dejar de sonreír – Interesante táctica para buscar atención, pero no eres mi tipo – varios de mis compañeros rieron ante su respuesta y Chase solo amplió su sonrisa para después apartarse y mirarme casi como gritándome que me acercara a ella, pero, aunque mi primer impulso fue justamente ese, justo ahora todo mi valor había desaparecido

Los chicos fueron presentándose uno por uno ganándose sonrisas por parte de Katherine y algunos consiguieron hacerla reír; el entrenador tuvo que retirarse un momento y ella simplemente siguió conversando con los demás ignorándome por completo, lo que finalmente consiguió que me acercara a ella, pero en cuanto se giró en mi dirección y su mirada recayó en mí, me sentí como hace años; como si aun fuera un tonto adolescente incapaz de formular una frase coherente.

-        ¿Necesitas algo? – cuestionó mirándome con una dureza que al fin me hizo reaccionar

-        Necesitamos hablar

-        Ahora no – respondió y solo fruncí el ceño

-        ¿Y cuándo? – cuestioné mientras los chicos se apartaban un poco – Porque al parecer solo huyes de mí

-        ¿Huir de ti? – cuestionó con rabia – Aclaremos algo, Asher, aquí el único que siempre huye eres tú

-        Bien, pues entonces hablaremos – dije sujetando su muñeca y aunque ella intentó soltarse, la llevé conmigo hasta un lugar dónde estuviéramos solos

-        ¡¿Qué diablos te pasa?! – exclamó furiosa una vez que la solté

-         ¡¿Qué diablos te pasa a ti?! – grité logrando que se sobresaltara - Apareces después de años, aquí, convertida en esto; ¿Qué pasó con la chica que conocí? ¿Qué pasó con todo lo que me dijiste que soñabas? ¿Qué pasó con el hombre con el que se supone que te casarías? ¿Cómo es que estás aquí? ¿Cómo es que cambiaste tu apellido? – comencé a soltar pregunta tras pregunta sin dejarla responder – Te veo después de tantos años y sales corriendo antes de que podamos hablar; intento contactarte de mil formas y me evitas; viajo a New York a buscarte como un auténtico loco y escapas de mí, ¡¿Qué diablos te pasa?! – grité y ella retrocedió – ¿Y luego vienes aquí, te presentas como si yo no existiera y anuncias que trabajaremos juntos? ¿Qué diablos está sucediendo? – pregunté y ella me enfrentó sin bajar la mirada ni una sola vez - ¿Cómo es que estás aquí? – murmuré acercándome y ella volvió a retroceder, pero eso no me importó y solo continué avanzando hasta que su espalda chocó con la pared – Me dijeron que te habías casado... que eras feliz, que tenías una familia... - murmuré y eso consiguió que la duda se plantara en sus ojos

-        ¿Casada? ¿Familia? ¿De qué me estás hablando, Asher? – cuestionó y por su tono noté la duda, además de los nervios

-        Cuando volví al pueblo...

-        ¿Volviste? – dijo de una forma que me descolocó por completo; había algo detrás de su voz, un sentimiento que no podía expresar con palabras, así que me limité a asentir

-        Me dijeron que estabas casada, que tenías tu propia familia; me aseguraron que eras feliz... - dije tan cerca de ella que podía sentir su respiración

-        Nunca me casé – susurró tan despacio que casi creía que su respuesta había salido de mi imaginación – Me fui de mi comunidad casi al mismo tiempo que tú te fuiste... - murmuró y sus ojos volvieron a los míos – Me echaron, Asher; todos me repudiaron...

No, no podía ser, no podía haber sucedido eso; todo lo que hice... todo lo que le dije; creía que dejarla había hecho su vida más sencilla; pensé que era feliz con su familia, con las personas que amaba, pero si ellos la habían apartado... entonces, todo lo que hice fue completamente en vano.

¡Fui un maldito cobarde! ¡¿Cómo pude abandonarla?! ¡¿Por qué diablos no los forcé a dejarme verla?! ¡¿Por qué no la llevé conmigo?! ¡¿Cómo pude haberme equivocado tanto?! ¡¿Cómo pude ser tan idiota para creer que todo estaría bien si solo me alejaba de ella?!

-        No... - murmuré y ella solo apartó la mirada

-        Después de todo lo que pasó, era obvio que ellos no iban a recibirme – dijo y aunque no veía sus ojos sabía que estaba intentando contener las lágrimas

-        Tu hermano me dijo que me alejara, que te casarías, que serías feliz en tu comunidad y supuse que...

-        ¿Feliz? – cuestionó con tanta rabia que retrocedí sin poder evitarlo - ¿Creíste que sería feliz casándome con un hombre con el que solo podría ser callada y servicial? ¿Creíste que sería feliz después de todo lo que compartimos? – dijo y volví a retroceder sintiendo el golpe de cada una de sus palabras – Me enseñaste que el mundo era maravilloso, me hiciste desear ser libre, ¿En serio creíste que sería feliz encerrada después de todo eso? Sabes, por un momento en serio creí que me lo merecía; que no era suficiente para ti y que era mi culpa; pero ahora sé que no hice nada para merecer todo lo que sucedió

-        Katherine, yo...

-        Esto soy ahora y no tienes idea todo lo que me costó llegar a este lugar; no tienes idea todo lo que sacrifiqué para ser quien soy en este momento; te fuiste, Asher, te fuiste, aunque prometiste no hacerlo – dijo y ahora fui yo quien derramaba las lágrimas mientras ella me fulminaba con la mirada – Creía que seríamos felices, te amaba con locura y eso no te importó

-        Katherine... - murmuré y negó

-        Vine a trabajar – dijo cortándome y volviendo a poner sus defensas en alto - Puedes hacerlo fácil o difícil para ambos, es tu decisión

Katherine se abrió camino para alejarse de mí, pero antes de que se marchara solté la verdad que tenía guardada dentro de mí.

-        Una vez me preguntaste a que le temía – dije y ella frenó de golpe – Siempre tuve miedo de perder lo único que me importaba y por mi miedo te perdí; durante estos años siempre temí que, si te veía de nuevo, me daría cuenta cuanto me equivoqué y entonces no sabría que hacer; porque tienes razón, estaba aterrorizado de lo que sentía, temía no ser suficiente para ti y por eso escapé; me convencí de que estarías mejor sin mí, quise creer que tu mundo sería mejor sin mi en él, pero mi mundo siempre estuvo vacío sin ti – dije y caminé hasta quedar a pocos centímetros de ella - Tuviste razón al decirme que se hace sacrificios por amor y sé que no será fácil, pero pelearé por ti, porque lo que siento por ti jamás podrá reemplazarlo nadie más; te amo, Katherine y esta vez no me quedaré solo en palabras.

-        Solo déjame en paz – respondió sin mirarme y entonces se marchó

Todo esto era mi culpa, solo mi culpa y ya no pondría excusas vacías ni me negaría la verdad; porque sinceramente, que hayamos llegado a esta situación era todo mi responsabilidad; yo elegí el camino fácil, yo la abandoné aunque por dentro me mataba hacerlo; yo fui el idiota que confió ciegamente en que ella sería feliz en ese lugar; todo era mi culpa y justo por eso iba a darlo todo por arreglar mis errores y tal vez nunca terminaría de compensarle lo que hice, pero pasaría cada día del resto de mi vida intentándolo.

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