04
"Recuerdo cruel"
La rubia miro desde su balcón como el joven se iba. Un levé sonrojo se asomó a sus mejillas.
- Es lindo.
🐞
Luka intentaba quitar la imagen de la linda rubia de su mente. Se detuvo en una esquina al darse cuenta de que su celular estaba sonando.
- ¿Hola?
- ¡Luka! Ya tengo los nuevos trajes para el grupo.
- Eso es genial Mari, voy para allá.
- Está bien, te esperó.
La sonrisa del pelinegro se hizo presente ante la llamada de la muchacha.
Llegó rápido a la casa de su primer y único amor.
- ¡Aquí estás! - Dijo una bonita chica de cabello azulado - Llegaste muy rápido Luka.
- Estaba por la zona - Respondió mientras se acercaba para darle un tierno abrazo a la chica.
- ¿Enserio? Nisiquiera me diste tiempo a prepararme, pensé que quizás estabas en el bar.
- Ah si, estaba allí pero tuve que llegar a una chica a su casa.
La peli azul frunció el ceño un poco.
- ¿Una conquista? Que extraño viniendo de ti.
- No es eso, la hermana de Zoe estaba allí y no tenía forma de volver así que la llevé hasta su hotel. - Dijo con una sonrisa en su rostro.
Marinette quedó unos instantes en shock.
- ¿Qué hermana?
- Chloé - Respondió aún con una sonrisa boba en el rostro, cosa que la joven notó al instante y se indignó.
- ¿Chloé Bourgeois volvió?
Y Luka finalmente entendió la reacción de ella y se maldijo por hablar de más.
- Si...Lo siento, no me di cuenta de como te podía llegar a afectar.
- No te preocupes Luka...pero ¿Por qué llevaste a esa bruja?
- Pues no lo sé, no quise que volviera sola. Podría ser peligroso - se ruborizó al volver a recordar a la bella Chloe.
- Luka, no te conviene estar cerca de ella. Es muy cruel, es una persona horrible.
- Lo sé. No planeó volver a acercarme a ella.
- Eso esperó. No confío en ella para nada.
Luka asintió con la cabeza e intento cambiar el tema.
- Y ¿Puedo ver el vestuario?
- ¡Claro que sí!
La muchacha de forma animada fue a su habitación a buscar los trajes que había confeccionado.
El pelinegro suspiró aliviado, aquella situación había sido demasiado incómoda para él. No conocía a Chloé más de lo que le habían contado sus amigos, sin embargo ahora que la había visto tuvo la sensación de que no era una mala persona.
- Me estoy dejando cegar por su belleza, malditasea. - Dijo en voz alta.
- ¿La belleza de quién? - Respondió Marinette incrédula mientras volvía con los trajes en brazos.
- ¡Ah! Volviste demasiado pronto.
- Tenía la ropa aquí en la sala. Pero ¿De que hablabas?
- Oh nada, no es importante ahora, veamos los trajes.
Marinette arqueó la ceja con desconfianza, sin embargo no quiso preguntarle nada más.
🌌
Los ojos de la rubia se abrieron con dificultad al percatarse de la tenue luz que se filtraba por la ventana e iba directo a sus ojos.
No había podido dormir mucho esa noche, aquel inesperado reencuentro con sus ex compañeros la había perturbado lo suficiente como para interrumpir sus preciadas horas de sueño.
Cuando logró despertarse por completó simplemente se sentó al borde de su cama, reeplanteando su propia existencia, pensando si valía la pena ser productiva ese día. Sacudió ese pensamiento de su cabeza y finalmente se levantó.
Su rutina de mañana era aburrida, siempre lo había sido. Ella se levantaba, hacía yoga por unos minutos, luego se duchaba y se hacía su rutina de Skincake. Cuando finalizaba desayunaba y luego se vestía para él restó del día.
- Esto era más interesante cuando realmente debía salir a estudiar. - Dijo para si misma.
La muchacha había estudiado Edición literaria para editar una famosa revista de moda y siendo ella Chloé Bourgueois, una influencer algo conocida en las redes sociales no había sido difícil conseguir un trabajo apenas se graduó, el problema es que su trabajo de en sueños se encontraba en su ciudad natal, su hermoso París.
- ¡NO NO NO!, Por favor Crista dime qué es una broma. - Arremetió una furiosa Chloé contra su amiga.
- No lo es. No entiendo que tiene de malo Chloé, siempre quisiste trabajar en esta revista y tienes la facilidad de vivir en París, entonces ¿Por qué te molesta?
La rubia suspiró.
- Mi sueño es trabajar en esta revista si, pero aquí, contigo, con nuestros amigos. París ya no es mi hogar, no tengo nada allí.
La joven morena se acercó a su amiga y apoyó su mano en su hombro.
- Chloé, está oportunidad es única para tí. No puedes rechazarla, yo y los chicos siempre seremos tus amigos y seguiremos en contacto, todos somos niños ricos, podemos vernos cuando queramos -Sonrió presumida - Además, no será difícil para tí hacer amigos nuevos. ¡Eres Chloé Bourgueois!
La rubia sonrió con amabilidad ante las palabras de su mejor amiga, le hubiera encantado creerle pero ella sabía la verdad.
En París nadie la quería.
Chloé había escapado de su país para comenzar de nuevo y había funcionado, no había planeado volver a París jamás, pero aquella oportunidad no podía dejarla pasar. Debía aceptar trabajar allí.
- Realmente me vas a hacer mucha falta.
- Y tu a mí rubia - Dijo sonriente mientras la abrazaba.
Mañana Chloé comenzaría a trabajar y los nervios la consumían. ¿Realmente había tomado una buena decisión?. Estando en aquella cuidad, en aquella habitación, ella sentía que nada había cambiado, sentía que volvía a tener 15 años de nuevo y disfrutaba de acosar a los demás por sus propios traumas que no había solucionado.
Comenzaba a arrepentirse de mudarse, de dejar su fabulosa vida y a sus amigos para quedarse en un lugar donde todos la despreciaban.
En ese momento la imagen del de mechas azules inundó su mente. Recordaba como él le había cantado aquella canción, cómo le había sonreído y la había tratado amablemente, aún después de saber que ella era Chiloé Bourgeois, la chica que atormentó a su hermana.
Porque claramente él sabía quién era ella, en realidad,
¿Había alguien realmente en París que no conociera a la cruel hija del alcalde?
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