(Ashley)

Los recuerdos de la noche y la madrugada del inusual Domingo aún están en mi mente... tatuados en mi piel que asegura quiere volver a revivirlos.

Increíble yo niego y reniego mientras mi piel sede y mi mente se deja engañar...

Han pasado tres días de que nos vimos por última vez... pero no ha dejado de llamarme y de ser como antes...

Salí con Coral y los chicos... fui al colegio... hablé con las niñas, mi hermano y mis padres... me concentré en las últimas novedades de las presentaciones para el fin de curso que es en una semana.

Ahora estoy en plena diversión en un buen gimnasio con Cam, Luy, Yosh, Max y Sebas.

-Ok. ¿Con cuántos más? -Luy.

-Cinco.

-Pero... -Yosh.

-Nada de pero...

-¡Oye! -Yosh.

-Sebas concuerda -digo a Yosh- ves él está asintiendo.

-Ok, entonces -Yosh.

-¿Max, qué dices? -Luy.

-¡Lo que ella quiera! -se encoge de hombros.

-Bien - finalicé.

Luché contra cinco sujetos bastante fuertes y vencí.

-¿Dónde celebramos? -pregunto.
Silencio. Miro a Luy. -Con Coral en el bar de siempre.

Luy me hizo señas "detrás de ti". Giré sobre mis talones y ¡oh my god! ¿Qué? Lina se daba el lote con un tipo de los que perdió y miré a un Yosh cabizbajo.

-¿De qué me perdí? -entre pasmada y algo indignada.

-Quedaron de verse aquí. -dijo Luy distraído.

Ahora entiendo menos.

-¿Qué?

-Tenían una cita -Max con los dientes apretados.

-Sebas, Cameron, Yosh -les miré- ¿algo que agregar?

Negaron al tiempo.

-¿Alguien se opone?

-Te apoyo -respiró pesadamente- te entiendo y te apoyo -Max apretando los puños.

El resto no dijo ni pío.

Como una pareja de mafiosos o asesinos nos lanzamos sobre ellos. Max golpeaba al chico mientras yo atacaba a la zorra.

-Suerte que no te llegué a conocer, maldita perra.

-¡Qué pena! Porque yo a ti sí que te conozco. ¡Estúpida!

Comenzó la ola de golpes de una a otra.

-¿Por qué? -un golpe.

-¿Qué? -pregunta.

-Lo haces sufrir -lancé un puño a su abdomen- maldita -fallé.

-Errores que una comete.

Me enfureció aún más su tono de ironía.

-Nadie se burla ni juega con los sentimientos de mi hermano.

-La golpee tan fuerte que se dobló tocándose el abdomen.

Minutos después

La zorra y el capullo pagaron con sangre, el silencio y la tristeza de Yosh.

Volvimos al grupo tomamos nuestras pertenencias y nos fuimos a un spa.

Llamé a Coral y la invité al bar, no tardó en llegar. La conté lo ocurrido y se puso tan furiosa como Max y yo.

Bebimos, bailamos, gritamos, reímos por tonterías y lloramos por la realidad.

Dos horas después

La zorra entró en el local de la mano del capullo.

-Lo diré con sarcasmo y me vengaré de la mejor manera.

-¿Qué cosa? -Coral.

-Arroz y ollupac a las tres en punto -todos miran con recelo.

-Entendido. Avanza -aceptaron a la vez.

Mi plan es simple. Despeje y diversión.

Me dirijo a la barra.

-¡Oh! Compañero. -saludo al bar tender.

-¿Sí, preciosa? -odio ese término.

-Puedes preparar un coctel fulminante para una pareja que tiene una deuda? -me miró raro pero asintió.

-Te pago por la mejor bebida.

-Entendido. -comenzó la preparación.

-Una pregunta -asintió concentrado- ¿hay camareros aquí cierto? -asintió otra vez.

-Preparó la bebida en unos diez minutos, la sirvió en dos copas, le pagué y me sonrió con picardía.

-¿Qué tanto le deben?

-Más que sus... pobres vidas -enfaticé las últimas palabras.

-Ok. -Señaló las copas- Un trago pude ser divino, un vaso atormenta y te enmudece por unos tres días. -Sonrió con complicidad- te borra la memoria de una semana atrás. -con sus dedos hizo un gesto que indica perfecto- probadísimo.

Por la información tan detallada de los efectos del contenido milagroso cuyo nombre era Siete días atrás le pagué el triple.

-Después vengo por la receta -le giño un ojo- solo por si acaso.

Sonrió divertido.

Al primer camarero que vi le di la orden y dirección de las víctimas.

Todo salió según lo planeado, los tontos se la tomaron sin preguntar y salieron como locos del lugar.

Los chicos y yo reímos como locos por la hazaña.

-No acepten bebidas gratis -dije jadeando.

-Entendido -aprobaron ellos.

Si querer marqué el número del conductor y...

-¿Sol? ¿Eres tú?

-Yo... -reí- ¡tormentaaaaa! -canturreo.

-¿Dónde estás?

-Con los... mis amigos... y Coral.... -reí- vengándome de una zorra y un capullo.

-¿Qué? ¿Estás bien? ¿Dónde estás? -gritó furioso.

-¡Ups! -colgué.

Me llama él entonces.

-¿Sí? ¿Con quién?

-¿Sol, dime dónde estás? -más calmado.

-En un bar.

-¿Cuál?

Le doy la dirección y se aparece en el lugar a la media hora.

-Vamos chicos. -anunció él.

Lo seguimos fuera, se detiene ante una limosina negra de cristales tintados. Entramos, bueno ellos entraron a la parte trasera y me arrastró con él a la parte delantera.

Chofer y copiloto.

Los llevó casa por casa.

Me llevó a su mansión, otra vez.

La nana abrió la puerta preocupada.

-¿Está bien?

-Sí. Solo está borracha... -musitó conmigo en brazos rumbo a la habitación.

-Le prepararé una sopa y un café cargado -gritó entrando a la cocina- dale un ducha de agua fría.

-Ok.

Me duchó y se duchó también porque quedó empapado. Por suerte no vomité. Me alimentó y vistió. Cuando me recostó para que durmiera lo sujeté fuerte para que no se fuera.

-Duerme -intenta zafarse pero lo aprieto más contra mí.

-No me iré a ningún lado. Estaré en el sofá.

-No. -lo atraje con la fuerza que me quedaba haciéndolo caer sobre mí ahogándome.

Al oírme tosiendo se separa un poco y sus ojos conectan con los míos. Recuperé el aliento y lo perdí por su beso tan inesperado y atrevido. Sentí fuego en su contacto y... deseo, mucho deseo... no de dormir precisamente.

Correspondí a sus besos y mis manos cobraron vida recorriendo su cuerpo con el mismo ímpetu que las suyas lo hacían con el mío.

Le temperatura subió haciendo un estorbo lo que nos separaba. Sus manos tomaron el dobladillo de la camisa que usaba, suya por cierto, y comenzaron a subir lentamente casi una tortura rozando la yema de sus dedos en mi piel. Negar el efecto de ello era en vano, me estremecí.

Se lamió los labios y se mordió el inferior, eso me encendió.

Me deshice de su camiseta acariciando sus marcados músculos y besando su cuello. Susurré frases calientes a su oído de lo quería que hiciéramos y me hiciera. Fue magnífico ver como sus pupilas se dilataron por mi atrevimiento además de que mis manos traviesas se posaron encima de su paquete, aún sobre el bóxer y el pantalón holgado sentí su dureza.

-Si sigues jugando así ya no podré detenerme -susurró jadeando en mi oído.

-Quién dijo que quería detenerte -finalicé mi exposición mordiendo con suavidad su labio inferior y tirando un poco de él.

Eso eliminó las trabas que retenían sus impulsos salvajes. Capturó mis labios en un nuevo beso incinerador. Luego todo se aceleró sus manos estaban en todas partes y las mías se aferraban a su cabello y espalda.
Jugó con mis pechos y yo con sus...

La ropa restante sufrió daños, pues la rasgamos y tiramos fuera de la cama.

Cuando el juego previo fue suficiente dio paso al juego perverso...

Alcanza un preservativo de una de las gavetas de la mesa de noche, se lo coloca ágilmente sin perder el contacto visual conmigo.

-Aún estás a tiempo para detenerme. -dijo con un mueca de dolor.

En respuesta me coloqué a horcajadas sobre su cintura y tomando entre mis dedos su miembro comencé a introducirlo en mí haciéndolo jadear y a mí gemir.

-Extrañé estar en casa -Tormenta con anhelo.

-Extrañé a mi huésped favorito -bajé mi rostro hasta quedar a centímetros de su deliciosa boca- y el único que me hace arder en llamas incontenibles -tiro de su labio inferior- con solo saber de su presencia a mi alrededor.

Me acercó más a su boca y me besó con pasión embistiéndome con fuerza.

-¡Ah! -gemí en sus labios- te... -amo. No terminé la frase cuando me percaté de lo que iba a decir. No puede ser que... piense incluso en decirlo en voz alta.

Entre mis subidas y bajadas, y sus embestidas a mi encuentro conseguimos uno de los orgasmos más intensos que habíamos tenido hasta ahora.

Salió de mí con cuidado, se deshizo del preservativo y regresó a mi lado.

Me dormí sobre su pecho y sentí sus brazos envolver mi cuerpo sudoroso.

Cuando mi respiración se acompasó con la suya escuché a lo lejos...

-Mi Sol, mi vida, mi mundo, mi amor... espero algún día poder decirte eso despierta. -besó mi frente y luego mis labios castamente- TE AMO.

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Nota de la autora

Musa de mi vida este capítulo es para ti. Por tu forma de apoyarme y por estar ahí para mí.
Especial solo que no tiene nada que ver con lo que me inspiras pero sí quería dedicarte un capítulo.
Mi caballero de brillante armadura esta entrega es tu recompensa por el apoyo.

Se despide...

Su autora

💀💀💀Death💀💀💀

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