(Ashley)

-... Quiero que tú me conozcas y que comencemos de cero. -afirmó él.

La afasia absorbió mis prudentes palabras, enfrió mi cuerpo tanto como el suyo.

Continuó el recorrido hacia el interior de la mansión.

El salón me pareció frío y extraño, -debido a su inexpresiva actitud- me colocó suavemente en el sofá, sus miembros parecían entumecidos, su mirada perdida y su respiración superficial.

Por un segundo, creí que no me había escuchado, pero luego dejó escapar el aire, que no sabía, estaba conteniendo.

Esos ojazos negros se clavaron en mí... No supe identificar su expresión.

***
Desperté en aquella habitación que desprendía.

Más de quince minutos después y aún no ha cruzado frase conmigo, por lo menos he recuperado la movilidad; él yace de pie ante mí.

Me preocupa sustancialmente esta elipsis entre los dos.

- Diga algo... ¿Prefiere meditarlo a solas?

Parpadeó y sonrió.

Adoptó una postura altanera que le hace ver más atractivo, serio y sexy.

Un vistazo a su rostro y... caí rendida ante él. Centelleaban sus ojos, sus labios rojos como el carmín me incitaban a lanzarme a sus cálidos brazos...

Moría por escuchar su fonética... acató mi deseo sin anunciarlo siquiera.

-Muy buenos días señorita -me guiña un ojo- soy Anthony William Hernández -alarga su mano derecha y atrapando una de las mías, hace una reverencia, besa mis nudillos con sumo cuidado y sin despegar sus fanales de los míos- el dueño y fundador de la empresa (...) conocido como el CEO -se irguió sin soltarme- propietario de este pequeño pedazo de mundo -lame sus labios sensualmente- es un gran placer... conocerla, espero esté cómoda... -sonríe con lascivia.

¡Wau! Que cambio... tan... ¿radical? Dónde está el caballero blanco.

Suspiro inaudiblemente. Vamos allá.

-Buenos días -sonrío cordial- señor... Hernández. -me puse en pie y estreché su mano -Ashley Montenegro, estudiante de último año de preparatoria... empleada a medio tiempo en varios sitios -tomé asiento en el sofá nuevamente, pero me senté de forma provocadora, aún sin vestir ropa acorde para seducir a nadie- su "pequeño pedazo de mundo" -entrecomillé en el aire con los dedos- es acogedor y reservado... estoy muy -mordí mi labio inferior- cómoda.

Fue soltar la última palabra y saltó sobre mí, devorando mi boca, recorriéndome con sus gigantescas y candentes manos que vulcanizaban mi piel y despertaban mis ansias.

Con él todo pasa a un segundo plano.

Solo recuerdo mis piernas moverse y su respiración en mi mejilla. Sus atentas manos eliminando la ropa que nos separaba, su piel viva contra la mía.

Respirar no importa cuando me toca así que olvido el ardor en mi garganta; no quiero separarme un milímetro, mis piernas se enredan en sus caderas como si pertenecieran ahí, sus manos se afianzan en mi trasero pegándome a su alarmante erección, se siente inmensamente fabuloso.

Nos trasladamos de la pared a la cama de esta a un sillón y de ahí a la ducha aun habiendo jugado tanto, no creo que haya terminado la diversión, sin lugar a dudas, ahora apenas comienza...

Siento todo y de todo con Anthony... es celestial... estar al teléfono con él es estremecedor, tenerle a unos metros fascinante y estar entre sus brazos es otra dimensión, otro nivel... es más que atracción... más que sexo... y me asusta que ello pueda destruirme si su objetivo es... jugar conmigo.

Espero les guste esta nueva entrega.

Se despide de ustedes 💋

Su autora 💀Death💀