25: Capítulo 24

Capítulo 24

Ash exhaló un suspiro de impaciencia mientras su pierna rebotaba nerviosa y rítmicamente sobre su colchón. Volvió a soltar una bocanada de aire, reuniendo fuerzas para enfrentarse al exterior. Hacía una hora que había restablecido su Facebook y no se sorprendió al ver la cantidad de solicitudes de amistad que había recibido: Driamma, Sooz, Elek, Taly, Grellar, incluso Cantka. Sacudió la cabeza al ver el nombre de la chica. Facebook le había dado un nuevo significado a la palabra «amistad».

No obstante, había un nombre que brillaba por su ausencia. Gábor no le había enviado ninguna solicitud. Ash se preguntó si sería porque aún estaba durmiendo, o si estaría enfadado porque albergaba sentimientos por ella y le había impactado descubrir que era el genio informático que tanto admiraba.

Sin embargo, frenó el tren de pensamientos al recordar las dolorosas palabras de Elek: «No hay mayor estupidez que volverte loco analizando los posibles sentimientos ocultos de otra persona, cuando todo lo que cuenta son sus acciones.»

Quien sí le había mandado un mensaje era su hermana Kara, exigiendo saber qué había ocurrido.

Bajo ninguna circunstancia su cuerpo podía esperar a que la larga y detallada conversación con Kara tuviera lugar. Necesitaba agua, glucosa y vitamina B12 de inmediato. Por lo que contestó con un sumario de lo que vendría después, para que su hermana se relajara.



Lo saben

Anoche estuvimos con Raoul Riquini en una fiesta clandestina

Anoche besé a un chico

Anoche salvé dos vidas  :-)

Resaca masiva :-S

Necesito combustible

Hablamos luego

Aquella respuesta, lejos de aplacar a Kara, la avivó aún más y otro mensaje de desesperación le llegó, instándola a llamarla en ese mismo instante. También sus padres le habían escrito pidiéndole lo mismo. Pero el hecho de que la tecnología la hiciera accesible en cualquier instante, no quería decir que tuviera que estar disponible las veinticuatro horas del día. Ciertas líneas no debían cruzarse.

Se vistió y, con celeridad, se dirigió al comedor. Como había sospechado, la comida y el zumo de naranja lograron reanimarla casi por completo. Al final de su desayuno, recibió más solicitudes de amistad y otros tres mensajes en Facebook. Nunca había tenido vida social y Facebook al mismo tiempo, por lo que se sintió un tanto abrumada. Ninguna de las notificaciones era de Gábor.

Uno de ellos era de Sooz, disculpándose por haberla descubierto, y convocándola al jardín. El otro era de su hermana:

Valeee... ¡lo capto! Llámame cuando puedas.

P.D: Estoy orgullosa de ti. Solo mi

hermanita puede codearse con famosos,

emborracharse, y salvar vidas, todo en la misma noche!!


Las solicitudes de amistad eran de otros alumnos de clase: Robyn, Raoul y Hadi. El tercer mensaje era de este último. Ash se apresuró en salir al jardín y localizar a las chicas. Necesitaba su asistencia para descifrar el mensaje de Hadi y deliberar una respuesta aceptable.

No la vieron acercarse hasta que la tuvieron a sus espaldas. Ash había creído que se sentiría avergonzada, pero acababa de darse cuenta de que ahora que no tenía nada que ocultar, se sentía liberada. Las sintió más cerca de sí que nunca antes.

Sooz la miró con mortificación, y se mordió los labios antes de comenzar la disculpa que se notaba que había ensayado durante toda la mañana.

Ash no dijo nada acerca de las disculpas, sino que se acercó a la chica y la interrumpió:

—¿Empezamos de nuevo? —Les propuso a ambas—. Soy Ash Khan, la inventora del Secbra, y soy una neurótica sin autoestima.

Driamma sonrió.

—Yo soy Driamma Sandoval, acabo de perder a mi hermano y me declaro totalmente dependiente de vuestra amistad.

—Soy Sooz Krasznai, estoy enamorada hasta los huesos del mejor amigo de mi hermano y me alegro de que hace cinco meses vinierais a Noé.

—Tenemos que dejar de tener estas conversaciones tan cursis —se burló Driamma—. En serio... ¿Cuál es tu nombre? ¿Ash Barrott?, ¿Ash Khan?, ¿Lashira?... No entiendo nada.

—Mi verdadero nombre es, como bien has visto en Facebook, Lashira Khan, pero todos me llaman Ash. Barrott es el apellido de mi padre, el cual adopté para venir aquí, a pesar de que, por ser chica, me corresponde Khan: el de mi madre. Lo hice para ocultar mi identidad, al igual que lo de unirme a la Liga. Y la razón por la que quería ocultar mi identidad era que, cuando me dijeron la tan alta consideración en la que me tenían los alumnos de la Academia de Noé, no sé, tuve miedo a decepcionarlos, a que las expectativas fueran demasiado altas y, además, lo último que quería era llamar la atención.

—Eres demasiado buena en esto como para no llamar la atención, Ash. Me di cuenta de que había algo sobre ti que no encajaba desde el principio.

Ash sonrió recordando lo que Kara le había dicho cuando llegaron a Noé, sobre que era demasiado brillante como para pasar desapercibida.

—En realidad, Sooz no tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo —protestó Driamma—. Ella creía que eras una espía progresista, y la responsable de la destrucción de Kaudalon. Pero yo, que soy la inteligencia hecha persona, le dije: ¿Ash, una espía progresista? Para nada, simplemente es tímida. También sabía desde el principio que Sooz estaba enamorada de Elek, ¿Os acordáis que lo dije?

Ambas chicas pusieron los ojos en blanco.

Pero la conversación se vio interrumpida por un mensaje urgente que las convocaba al aula de inmediato.

En medio minuto habían alcanzado la explanada.

Tesk las miró con seriedad, pero no parecía consternado, y eso logró tranquilizar un tanto sus destrozados nervios. Se sorprendió de que los ojos del profesor se posaran sobre ella y no sobre su adorada Driamma, como era su costumbre.

El profesor esbozó una ligera sonrisa, casi imperceptible, y alzó una mano para depositarla en su coronilla, como si fuera una niña pequeña. Se inclinó para darle un beso en la frente, justo al lado de su Secbra.

—La creación te bendiga, criatura —le dijo a continuación.

Ash se sonrojó y esbozó una sonrisa embarazosa. También Orla le sonreía con agradecimiento.

—Tesk, ¿qué ocurre? —Preguntó Sooz, a su lado.

—Si algo tuvo de bueno lo que ocurrió anoche, fue comprobar que estás preparada para lo que se avecina —dijo Tesk, aún con los ojos clavados en Ash.

—¿Para lo que se avecina? —Repitió en un hilo de voz.

Lozis los interrumpió al pedirles que tomaran asiento. Todos los profesores de la Academia se encontraban presentes, también Tibor Benedek, el padre de Sooz.

Sooz tiró de ellas hacia los asientos. Elek y Taly se giraron para observarlas, y le dedicaron una sonrisa radiante a Ash mientras la felicitaban por su actuación la noche anterior. Pero Gábor no se giró ni una sola vez. Se quedó inmóvil, hundido en su asiento, hacia un lado, y con los brazos cruzados como si estuviera enfadado con el mundo.

—Me gustaría, por una vez, conseguir vuestra atención total —señaló el director, consiguiendo que todo murmullo quedara ahogado.

—Son las 12 de la mañana del domingo, 21 de diciembre. Dentro de dos horas, un comunicado oficial revelará a toda la ciudad de Noé que Kaudalon, nuestro planeta abastecedor de agua, fue localizado y destruido por las tropas progresistas hace alrededor de tres meses.

Primero, el silencio.

El silencio de la confusión y de la negación. Pero éste solo duró unos segundos. Después del silencio, el caos se abrió paso entre la clase. Se deslizó como la ola de un tsunami. Imparable. Arrasando todo lo que encontraba a su paso. Dejando solo el pánico, el miedo y la ira. Todos y cada uno de los peores rasgos humanos fueron aflorando en los alumnos. Cada uno, atacado por aquel cuya personalidad lo hacía más propenso.  

Todos querían saber cómo, cuándo y por qué había ocurrido tal cosa. Pero, sobre todo, querían saber cuánto tiempo les quedaba.

Pasaron más de diez minutos antes de que lograran calmar el torbellino iniciado por la declaración, y que Lozis pudiera proseguir con el discurso que tenía planeado.

—El gobierno lleva meses trabajando en una solución. Por suerte, fuimos bendecidos con la aparición de un grupo de aliados en la Tierra. Las investigaciones de la NASA en esa dirección han logrado identificar el paradero exacto de este grupo de resistencia. Se encuentran en una pequeña isla de Oceanía. El gobierno progresista no tiene conocimiento de que esta isla exista, pues fue creada por los científicos naturalistas como enclave de investigación y pruebas de regeneración ambiental. En la última comunicación establecida con este grupo de resistencia nos han asegurado que han encontrado una manera de crear un pequeño hueco en el escudo protector progresista que rodea la Tierra, y los avisa de toda entrada y salida. Ese agujero podrá ser abierto aprovechando una desviación energética que tendrá lugar en exactamente nueve días, como motivo de una celebración masiva progresista. Solo en ese momento, cualquier nave que aterrice en suelo terrestre no será registrada por la defensa enemiga. Ese agujero durara solo quince minutos, por lo que...

—¿Qué estás diciendo? —Preguntó Gábor, estupefacto.

—Lo que está diciendo, Gábor —lo interrumpió su padre, con voz clara y vehemente— es que, en ocho días, un grupo de estudiantes de esta Academia entrará en la Tierra con la misión de piratear las defensas enemigas para que todos podamos regresar, puesto que la ciudad de Noé tiene las horas contadas.

En medio del caos, de voces chillando, y de alumnos llorando, Lozis logró elevar su voz y pedirles otro minuto de silencio.

―¿Cómo van a seleccionar qué alumnos irán a la Tierra? ―Inquirió Gábor, aprovechando que el murmullo se había reducido.

―No depende de nosotros, Gábor ―comenzó el director―. Esta es una misión de suma importancia y...

―¿De             quién depende entonces? ―Interrumpió el muchacho, sin modales, y mirando a su padre.

Tibor Benedek le dedicó una mirada de disculpa a su hijo. Parecía decirle, con los ojos, que él no tenía la potestad para decidir sobre eso.

―Vuestra compañera, Lashira Khan, será la encargada de escoger quiénes de vosotros la acompañarán en esta misión.

El ruido de cuellos, tornándose para mirar a Ash, llenó el ambiente. Habían apagado la cascada aquella mañana, dejando el claro sumido en un tenebroso silencio, como si el jardín ya hubiera muerto.

Ash observó los rostros de sus compañeros. No solo habían decidido por ella que viajaría a la Tierra, sino que además la obligaban a apuntar con el dedo quiénes, de aquellos jóvenes, iban a ser los elegidos para morir, junto a ella, en una misión suicida. 


¿QUIERES MÁS? CONTINÚA CON MORFEO (LA SEGUNDA PARTE DE LA TRILOGÍA DESTERRADOS)....

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