14: Capítulo 13
Capítulo 13
Para Ash, volver a usar la misma mesa del comedor tenía un efecto tranquilizador. Necesitaba un poco de familiaridad y rutina después de esos tres días en Noé. Aunque pareciera una tontería, tener su rinconcito en el comedor la serenaba y le daba un poco de seguridad; como si se tratara de su pequeño fuerte en territorio desconocido. Por desgracia, su fuerte demostró no ser inexpugnable. La mesa del manzano podía albergar hasta seis comensales. Ellas, de momento, eran tres. Matemáticamente, estaban expuestas a intrusos.
—Enhorabuena por la clase —le dijo a Driamma, que ya había vuelto a la mesa y devoraba una lasaña vegetariana.
—Gracias. Es complicado que te respeten como profesora cuando eres alumna también.
Una oleada de carcajadas la hizo mirar hacia el peral. No podía ser casualidad que siempre que Kantka y las demás se reían, las estuvieran mirando a ellas.
—No soporto a esas chicas —exclamó, con irritación.
—No me había dado cuenta de que estaban ahí —contestó Driamma, tras echarles un vistazo—. Estaba demasiado ocupada notando cómo el sol se cuela por las hojas, iluminando el comedor de un tono verde precioso. ¿Lo habías notado?
Ash la observó con el entrecejo fruncido, preguntándose si se estaba burlando de ella, porque quizá la aburría. Pero, en ese momento Driamma sonrió.
—La sala está llena de cosas, Ash. Pero tu sala —dijo y le golpeó la frente con un dedo—, está llena de aquéllas a las que les prestas atención. Decide bien a qué vas a prestarle atención.
Ash sonrió.
—Creo que eres una gran profesora.
Driamma detuvo el tenedor a mitad de camino, pareciendo emocionada con ese último comentario.
—Gracias. No dejo de pensar que estoy en un lugar que no merezco —dijo—. Pero tras la clase de hoy, he sentido por primera vez que quizá me merezca todo esto. Que quizá me merezca algo bueno.
Sooz regresó a la mesa con una simple ensalada y, sin decir nada, se sentó en la silla contigua a la de Ash.
Algo la preocupaba. Estaba más pálida que antes de alejarse de la mesa.
—¿Creéis que Elek está enfadado por las respuestas que le he dado en clase? —interrumpió Driamma, ajena a ello.
—Lo dudo —dijo Sooz—. Sabe que se lo buscó con sus comentarios de machito gracioso. Tiene que respetarte como profesora. Cada vez se parece más a Gábor.
—Has manejado a los alborotadores muy bien. Has conseguido la atención de todos sin tener que pedirla —concedió Ash.
Vaciaron sus platos en silencio. Driamma, perdida en sus pensamientos, y Ash preguntándose qué le estaría rondando a Sooz por la mente.
—¿Has hablado con tu padre sobre Bronte? —Inquirió Driamma, una vez que terminó su comida.
—Antes le llamé. Pero no ha respondido a la llamada —contestó, sin siquiera elevar la vista del plato.
La joven la observó con dureza, quizá interpretando el detalle como falta de interés.
—Perdona si te aburro con mis problemas —espetó Driamma, levantándose de repente y lanzando la servilleta sobre su plato.
—¿Adónde vas? —Le preguntó Ash, sorprendida.
—Al servicio —murmuró, sin volverse a mirarlas.
Una vez se hubo alejado lo suficiente, Ash centró su atención en Sooz, quien había dejado de masticar para observar a Driamma alejarse.
—¿Qué ha pasado? —Le exigió.
—¿Qué?
—¿Qué te ha dicho tu padre, que no has querido contarle a ella?
Sooz suspiró y dejó caer su tenedor en el plato.
—Más que no querer, lo que no he sido capaz de contarle. —Su expresión y su tono eran serios en extremo—. Es verdad que mi padre no me ha devuelto la llamada. Pero Tesk me ha llamado cuando estaba sirviéndome comida. Ha investigado lo de Bronte. Él también tiene acceso a los archivos de los soldados. La expedición de Bronte fue asesinada poco después de las evacuaciones.
—Mierda. —Ash se mordió el labio—. ¿Cómo vamos a decírselo?
—Tesk me ha pedido que no se lo contemos aún —aclaró—. Quiere que esperemos a que esté adaptada a Noé y confíe en nosotras.
Ash asintió, estando de acuerdo con que era lo mejor. Driamma había vivido demasiados cambios, y aún se movía en arenas movedizas. Lo mejor sería esperar un tiempo. Cuando se sintiera más abrigada por ellas, la consolarían y la ayudarían a pasar por el duelo.
Ninguna de las dos volvió a decir nada sobre el tema cuando Driamma regresó a la mesa.
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