Habían pasado siglos y mi memoria sólo podía recordar oscuridad.

Finalmente el ataúd se abrió, dejando entrar una hiriente claridad, un abrumador aire fresco. Aturdido en todos mis sentidos, fui despertado de un sagrado sueño que duraba centurias. Salí de allí envuelto en un vendaval, truenos y rayos rasgando el cielo y el aire en una noche tormentosa, turbulenta, de media luna velada por nubes; e ignorando el más profundo terror y pánico sembrado en los ladrones disturbadores de mi tumba, me perdí en las profundidades de la noche hacia el bosque junto al cementerio.

Había salido de mi letargo y el mundo se abría de nuevo ante mí.

Qué debía hacer sino buscar humanos, y más aún, buscar el sustento del que por tanto tiempo me había visto privado. Cuál no sería mi horror al encontrar lo diferente que era el mundo ahora.

Caminaba por las calles, envuelto en mi halo de oscuridad épica, revoloteando tras mí la negra capa que tan bien me había servido en mis años; era de noche y aún así, había gente por las calles. No solo era que no salían despavoridos ante mi terrible presencia e imagen, sino que algunos de ellos se acercaban a mí, hablando en una incoherente jerga sin sentido.

—¡Eh, tío, pedazo disfraz!

—Ni el Béla Lugosi, macho.

¿Por qué andaba gente por las calles a esas horas? Acaso ya no se le prestaba el debido respeto a la noche y la oscuridad, a los demonios y espíritus, a los terribles vampiros que podrían acabar con sus vidas. ¿Acaso no sabían lo que era yo?

—Eh, oye, ¿te importa que nos tomemos una foto? Así, venga va.

El mismo grupo de jóvenes insensatos se arremolinó junto a mí, alzando un extraño aparato; sus rostros se transformaron, en horribles muecas sin sentido, gesticulando silenciosamente con las manos, todos mirando a aquella pequeña y rectangular placa, con la que me apuntaban.

Harto de aquella pantomima y amenaza hacia mi persona, era hora de mostrar quién era. Alzando mis brazos con la capa y abriendo mis fauces me lancé sobre ellos; pareció divertirles la actuación. Hasta que uno de ellos gritó, acorralado contra la pared, con mis dientes en su garganta. Qué bien se sentía la sangre fresca.

—¡Es un vampiro de verdad! ¡SOCORRO!

El pánico y el terror se apoderó de ellos, que huyeron confusamente por el callejón. El sabor de la sangre me había devuelto a la vida, metafóricamente. Volvía a sentirme poderoso y en mis plenas capacidades; una criatura de la noche en su reino de sombras, y un nuevo mundo, bastante confuso y cambiado, que descubrir.

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barnabas collins entrando al chat.

podría titularse "spooky scary old vampire vs. the tiktok generation"
okay vale, me he dado cuenta de que no puedo escribir nada serio, más si es simplemente un relato improvisado. por eso no puedo escribir cosas de terror. es demasiado tentador convertirlo todo en humor. con su toque oscurillo, claro.

update: escribí 600 palabras de mi main project el otro día! :3. ayer no me dio tiempo a terminar y publicar este relato, así que aquí está hoy, y el de hoy no se sabe. 
creo que he sido muy ambiciosa con mis capacidades lol, tengo que escribir más del "main project", y si tengo poco tiempo para escribir no puedo hacer las dos cosas. so, veremos.

thanks for reading and all, see you <3

¿qué haríais si os encontráis un vampiro por la calle?

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