❝ LA CAJA ❞
•───────CAPÍTULO 3───────•
LA CAJA.
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Gowasu, a pesar de ser un anciano un tanto autoritario, tenía un corazón blando, veía a Zamasu como un hijo, sin embargo le dolía saber que tenía tanto resentimiento dentro y que era incapaz de hablar claro de las cosas que sentía.
Zamasu aspiraba a ser un Supremo Kaio, pero esas actitudes distaban mucho de la calma y disciplina que debe tener un Kaio, no tenía ese temperamento imperioso, más bien era muy susceptible y fácil de ceder a sus propios deseos.
Gowasu no quería que Zamasu fuera corrompido por su propio odio, pero conducirlo por el camino correcto y entrenar su mente sería una tarea difícil incluso para alguien en su posición, pero el anciano no quería creer que su aprendiz estaba perdido, todavía no.
....
Black tenía una cabaña en lo que parecía ser un recinto bien cuidado rodeado por una arboleda donde las aves se congregaban en el dosel. La vista desde allí era hermosa, miró el cielo azul, tan azul como el agua, había estrellas. Ese lugar estaba muy lejos de las destrucciones inhabitables que él mismo había sembrado.
Pero a pesar de tener la paz que siempre había deseado, se sentía aburrido, ya había recorrido esos paisajes innumerables veces, y había apreciado su belleza en los reflejos de las aguas en demasiadas ocasiones.
Miró dentro de su cabaña, era acogedora y cálida.
—Por los dioses, esto es aburrido.
Black estaba harto de aburrirse, matar humanos era muy divertido, pero ya no era capaz de encontrar a quién destruir porque se le habían escapado de los ojos y ni siquiera haciendo el mayor esfuerzo podía averiguar dónde estaban.
Caminó por toda la cabaña explorando cada rincón y recoveco, no había nada interesante, pero tenía artilugios y artefactos que desconocía. El que más llamó su atención fue el de la sala principal, que estaba junto a la pared y que reposaba sobre una mesa de patas corta, era como un rectángulo negro, se parecía al artefacto con el que su antiguo maestro solía observar seres de otros planetas, pero sin duda no podría tratarse del mismo objeto.
Black trató de activarlo de alguna manera, hasta que tocó una especie de protuberancia que hizo que se iluminara y mostrara un cartel que se movía de punta a punta y golpeaba contra las esquinas todo el tiempo, como un ciclo que nunca termina.
—Esto es absurdo, solo pudo haber sido creado por humanos.
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