Una nueva etapa

Todo lo que veía a su alrededor eran caramelos, dinosaurios y nubes de colores con aspecto de algodones de azúcar. Estaba montado en un estegosaurio, su lagarto gigante favorito, mientras se deleitaba con el olor a chocolate. Como siempre, pasándola de maravilla, hasta que oyó una voz familiar en la lejanía...

-¡Despierta, Shinji! ¡llegarás tarde a la escuela! -lo llamó su madre mientras lo sacudía levemente.

-Ahh... ya... ya voy mamá... -dijo Shinji mientras poco a poco volvía al mundo real y empezaba a incorporarse en su cama en medio de los primeros bostezos y estiramientos del día. Seguidamente, se levantó y se vistió.

Todo apuntaba ser un día normal.

Cuando bajó a tomar desayuno vio la misma escena de todas las mañanas: su madre terminando de preparar el desayuno y su padre sentado leyendo el periódico como si no tuviera más quehaceres.

-Shinji, cariño, tu almuerzo está sobre la mesa-Dijo Yui.

Y ahí estaba, dentro de esa bolsa de papel marrón, tan cotidiana y tan... cliché.

Se sentó a tomar desayuno y habiendo terminado se puso a ordenar sus cosas para la escuela. Metió a su mochila todo lo de siempre: sus lápices de colores, una manzana y un cuaderno. Le gustaba pintar en clases y era bastante bueno haciéndolo, pero últimamente le estaba aburriendo un poco. Igual que muchas otras cosas.

Luego de que se despidiera de su padre, se fue con su madre caminando a la escuela, como siempre hacían. Al llegar a la entrada se encontró con Rei Ayanami, su pequeña amiga, y se despidió entonces de su madre.

-Oye Rei, ¿hiciste la tarea que nos mandaron ayer? -preguntó mientras caminaban hacia el salón de clases.

-Sí... pero no coloreo muy bien... no creo que la maestra me ponga una carita sonriente. En fin... -dijo mientras entraban al salón. Luego se sentaron en sus puestos correspondientes.

-Hey, Shinji, mira lo que tengo... -dijo Kensuke mostrándole su nuevo álbum de dinosaurios.

-Wow... ¿dónde lo conseguiste? He estado buscándolo un tiempo -dijo Shinji, feliz por la adquisición de su amigo, y porque él también podría echarle un vistazo.

-¡Buenos días, alumnos! -irrumpió la maestra de repente, acallando todo diálogo en el salón.

-¡Buenos días, maestra Misato!-respondieron todos al unísono.

-Niños, siéntense en sus sitios. El día de hoy, antes de comenzar nuestras actividades les comunicaré algo especial. Se trata de un nuevo alumno que se integrará en nuestro grupo a partir de hoy y su nombre es Kaworu Nagisa -Dijo y en seguida todos sus alumnos se miraron entre sí-. Adelante, puedes pasar...

De pronto entró un chico de aspecto inusual para los demás. Era pálido, de cabellos plateados y ojos rojizos.

Hubo un silencio total en medio de la clase por unos segundos debido al repentino acontecimiento hasta que el mismo niño decidió presentarse al estar parado frente a todos.

-Buenos días a todos, les doy saludos cordiales. Mi nombre es Nagisa Kaworu, pero pueden llamarme simplemente Kaworu. He venido aquí con el afán y el deseo de aprender tanto de conocimientos generales como de costumbres sociales. Espero nos llevemos bien lo que resta del año... -Los niños sólo miraban atónitos a su nuevo compañero.

-Muy interesante, Kaworu -dijo la maestra Misato y seguidamente examinó los puestos para designarle un lugar donde sentarse-.Puedes pasar a sentarte con... ¡Shinji!-se dirigió al niño-.¿quién se sienta a tu lado?

-Ehh... Asuka, maestra. Solo que al parecer... no vino hoy... -habló un poco nervioso.

-Entonces siéntate con Shinji, Kaworu, ya traeremos un puesto extra para Asuka mañana - sentenció finalmente.

Kaworu asintió y se dirigió a sentarse al lado del mencionado en medio de todas las miradas de los demás chicos y chicas. Y como si fuera poca vergüenza, también se les oía susurrar cosas como "wow, su pelo es de un color extraño...", "¿su pelo? ¿Y qué tal sus ojos?...", "ha de ser europeo, como Asuka...". Kaworu no prestó atención a tales divagaciones, simplemente fue con más rapidez a su correspondiente asiento.

-Hola, soy Shinji y tengo 5 años ¿cuántos años tienes tú?-preguntó inmediatamente después de que Kaworu se sentó a su lado.

Se detuvo un momento a observar a su compañero de puesto. Parecía un chico bastante normal, de pelo corto color castaño oscuro, y de grandes ojos azules. Pero pudo percibir un dejo de inocencia muy especial al mirarlo.

-Hola Shinji, gracias por presentarte... yo tengo 6 años-respondió cordialmente.

Shinji pensó en continuar la breve charla para empezar a conocer al chico nuevo, pero se dio cuenta de que la maestra ya estaba dando inicio a su cháchara matutina.

-Niños, el día de hoy trabajaremos con arcilla como habíamos dicho la semana pasada, pero antes, voy a revisar la tarea que les mandé el día de ayer. Espero que a nadie se le haya olvidado...

Se oyeron varios quejidos en voz baja y sobretodo de Touji, quien casi nunca se acordaba de los deberes. Mientras tanto Shinji sacó su cuaderno al tiempo que su compañero de puesto le miraba expectante.

-¿Qué es lo que había que hacer?-le preguntó Kaworu.

-Pintar unos cuantos dibujos de animales... ¿hacían eso también en tu otra escuela? -preguntó Shinji.

-Mh, no... -le respondió con voz seca. Aún no quería dar a conocer su situación real, puesto que le resultaba algo incómodo y estaba cohibido.

-Ah, es muy divertido. Mira, el cerdito lo pinté de rosado, y con manchas cafés-le mostró su dibujo.

-Pues está muy bonito, Shinji, ¿podría ver los otros?-preguntó a la vez que su expectación crecía nuevamente.

-Claro... -dio vuelta a la página-. mira, este es un pato. Lo tradicional es el amarillo, pero a mi me gustaría más un patito de todos los colores.-le sonrió-.

-Tienes imaginación, claro está- le devolvió la sonrisa, a medida que bajaba un poco su guardia.

-¿Quieres dibujar conmigo? La maestra no te revisará nada pero me gustaría ver como dibujas o como pintas... -le dijo sonriente mientras ponía una hoja en blanco de su cuaderno.

-Ehh... me... encantaría, claro. Pero no te preocupes, yo traje mi cuaderno y lápices -le contestó y empezó a dibujar-. La verdad no se me da muy bien... pero lo intentaré. -luego de unos minutos terminó su trabajo-. Listo, ¿te gusta?

El albino mostraba con confianza algo que parecía ser un paisaje un tanto lúgubre, pero bastante llamativo y estético a la vez.

-Está muy lindo, de verdad, ¿pero no te gustaría ponerle algo de color? -dijo y acercó su silla al del otro chico.

-Pues sinceramente no me van mucho los colores. No tengo muy buen gusto en ese sentido y prefiero no usarlos -señaló con algo de vergüenza. Aún así, sintiéndose cada vez más a gusto con su nuevo (y primer) compañero de puesto, que por lo visto, era agradable.

--

Luego de un largo rato en que la maestra fue revisando los deberes y comentando el trabajo con cada uno, dio la hora del primer recreo. Todos salieron rápido como cada mañana y Kaworu arregló sus cosas mientras se disponía a salir pero de pronto sintió unos toquecitos en su hombro que lo hicieron voltear.

-Kaworu... como eres nuevo aquí... me preguntaba si... ¿quisieras que te mostrara un poco el lugar? -le preguntó Shinji.

Ante tal ofrecimiento no pudo si no aceptar alegremente y con disposición. Su compañero empezó mostrándole todos los sectores del aula en la que se quedaron solos todo el recreo.

-Shinji, ¿y qué es esto? ¿qué se hace aquí? -preguntó Kaworu.

-Aquí se duerme la siesta, todos los días desde las 11:30 de la mañana hasta las 12:00. Aunque ahora es opcional. Si no duermes puedes tomar un libro del estante que te mostré y leer en silencio -le respondió Shinji.

-Oh, ya veo. Hay incluso cobijas y almohadas. Todo parece tan cómodo aquí... tan... simple. Gracias por enseñarme el aula, Shinji -le dijo mientras le sonreía ampliamente y clavaba sus ojos en él .

-De nada, la verdad es que no tenía nada que hacer y me haz caído bien, así que quise ayudarte. En el próximo recreo puedo enseñarte el patio de juegos -le ofreció Shinji.

-¡Claro, sería genial! -Kaworu mostró efusivamente su interés por el tour antes de detenerse a mirar a su compañero, el cual, lo miró amistosamente de vuelta. Estuvieron así en silencio por unos segundos con una sonrisa en sus rostros hasta que de repente el resto de los niños irrumpió en el aula pues ya había terminado el recreo.

-Disculpa... ¿Kaworu, no? -dijo Hikari, la pequeña delegada de la clase mientras se acercaba- oficialmente quiero darte la bienvenida a este grupo en nombre de mis compañeros, y espero te incorpores bien lo antes posible.

-Muchas gracias... pero dime, ¿tú quién eres?... -preguntó el chico, confundido.

-Ah... mis modales... -dijo por lo bajo-. Yo soy Hikari Horaki. Delegada oficial de la clase del Kinder. Aprovechando la ocación te presentaré a algunos compañeros... ese tonto de allá es Touji, y el que está a su lado es Kensuke, él es el que lleva gafas. Esa chica es Mana y--

-¿Quién es esa chica de al fondo? -preguntó casi instintivamente Kaworu.

-Ella es Rei, es amiga mia -dijo Shinji en voz baja.

-Ah, Rei, sí... muchas veces se aísla de los demás, pero no es de preocuparse, parece que le gusta estar sola -dijo Hikari sin demasiada preocupación.

-Eso no lo sabemos... -mencionó Shinji en un susurro inaudible.

Kaworu sólo se quedó pensativo unos momentos antes de que llegara nuevamente la maestra y diera las instrucciones del trabajo antes mencionado. Cada uno se fue a su asiento y fueron sacando los materiales.

-¿Qué podemos construir con esta arcilla, Shinji? -preguntó mientras se acomodaba en el asiento.

-Podemos hacer muchas cosas, tenemos bastante. Lo importante es que estén secas para mañana cuando las pintemos. -Dijo Shinji- yo haré unas esferas del dragón.

-¿Como las del programa? -rió Kaworu.

-Exacto... -le sonrió-. ¿Qué harás tú?

-Ya me inspiraré... después de todo creo que soy mejor en esto que en el dibujo -dijo ampliando una sonrisa.

--

Al rato todos los pequeños se encontraban trabajando arduamente en sus obras, pero aún así no se cansaban de conversar. Shinji estaba muy concentrado moldeando sus esferas hasta que sintió un avión de papel enterrándose en su pelo. Lo tomó en sus manos y al desplegarlo leyó una especie de nota: "JA, no necesitamos aplastar tu trabajo. Ya está horrible de todas formas!¡! >:)". Kaworu, quien estaba anteriormente concentrado en su trabajo, se percató de que Shinji se había detenido.

-¿Ocurre algo?... ¿qué es eso? -preguntó Kaworu al ver la pequeña hoja.

-Nada... -respondió con tono un tanto melancólico y resignado, quedando con el papel débilmente entre sus manos, haciendo fácil para Kaworu el poder tomarlo y verlo mejor.

-¿Por qué... por qué han escrito esto? ¿quién ha sido? -preguntó Kaworu muy confundido y algo preocupado.

-Tal vez fue uno de los chicos de al fondo... a ellos no les caigo nada bien -dijo Shinji, que aún permanecía con la mirada un poco perdida y sin mucho ánimo para continuar.

-Yo... creí que tenías muchos amigos aquí, Shinji. Al estar ya desde hace tiempo... -Kaworu no comprendía lo que pasaba y tampoco sabía que decir. No se imaginaba que la gente en aquel lugar pudiera ser desagradable por nimiedades, y se sentía mal por su compañero, ya que veía que le afectaba.

-Pues ya ves... no tengo muchos amigos, supongo que no es tan fácil hacerlos. A demás aquí casi siempre me han mirado un poco raro... tampoco es nada nuevo -dijo tratando de salir de ese semblante melancólico para incorporarse a su estado anterior.

-¿Y quienes son tus amigos aquí? -preguntó Kaworu mientras ponía amigablemente una mano en su hombro tratando de reconfortarlo.

-¿Mis amigos? A ver... converso y juego a menudo con Touji y Kensuke... -mencionó.

-Ah... los chicos de allá... -recordó Kaworu.

-Sí... y también hablo con Rei a veces, quien como podrás notar está sola gran parte del día. A veces intento hablar con ella, pero es poco comunicativa. Aún así nos vemos a menudo fuera de la escuela, igual que con Asuka. Ella es mi otra amiga. A veces van a mi casa porque nuestros padres son amigos -explicó Shinji.

-Ya veo... es muy bueno que te preocupes por Rei. No sólo porque nadie más parece hacerlo, sino además porque las personas menos comunicativas pueden ser las más interesantes... o profundas... ¿quién sabe? -dijo Kaworu, inspirado por la bondad que veía en Shinji.

-Yo pienso exactamente lo mismo, Kaworu. Me alegra que al menos alguien lo comprenda-dijo Shinji, con una alegría tímida.

-Y dejando todo eso de lado... me gusta mucho como está quedando tu trabajo. De verdad se parecen a las del manga de Dragon Ball -dijo Kaworu mientras soltaba una risa.

-¿Tú has leído el manga? ¡Yo sólo he visto la serie animada! -dijo y luego ambos rieron alegremente. Después, siguieron trabajando en sus respectivas obras.

Un rato más tarde, sonó el timbre del segundo recreo haciendo que todos salieran nuevamente en menos de 20 segundos.

-Shinji, ibas a mostrarme el patio ¿no es así? -dijo Kaworu disimulando sus ansias.

--

Shinji y Kaworu recorrieron gran parte del patio, deteniéndose en cada rincón importante para mostrárselo al chico nuevo y describirlo a detalle, como el sector de juegos, las bancas para sentarse y el gran árbol. Todo parecía ser muy interesante. Aunque tal vez sólo era que Shinji narraba con mucha gracia.

-Yo creí sinceramente que este lugar sería más aburrido... menos acogedor... pero no. Tal vez me lo imaginaba casi igual a como lo veo pero bajo tus palabras cambia mucho mi percepción del entorno -rio Kaworu-. Muchas gracias de verdad. No creí que en mi primer día hubiera alguien que me diera un recorrido completo por toda la escuela.

-No te preocupes, ha sido muy divertido el día de hoy... a demás, yo sólo... imagino lo difícil que es ser nuevo... por cierto, ¿por qué te cambiaste de escuela casi a mitad de año? -le preguntó curioso.

-Mh... Shinji, eres un chico muy amable y te confiaré algo...-suspiró-. Jamás había estado en otra escuela. -Al ver que el otro abrió los ojos enormemente prosiguió de inmediato-. Mis padres me inscribieron aquí porque ya era hora de que me integrara a un establecimiento educativo, pero lo cierto es que debería estar en primaria.

-¿Y por qué nunca antes habías estado en otra escuela? -preguntó Shinji.

-Mh... es bastante complicado de explicar pero digamos que siempre me ha costado un poco adaptarme a los demás. Mis padres pensaron que era mejor que me educara solo en casa, pero aparentemente se dieron cuenta de que necesito desarrollarme en otras áreas. En fin, tenía mis dudas sobre este ambiente pero parece ser agradable y cómodo -le explicó Kaworu.

-Pues me impresionas... ¿así que este es tu primer día de clases en toda tu vida...? -preguntó quedándose con la boca abierta.

-Sí, y tengo 6 años ¿qué te parece? -ambos rieron, esta vez a destajo.

Al oir el timbre, forzosamente tuvieron que detener su diversión para entrar al salón una vez más. En la última hora les tocó terminar sus esculturas de arcilla, lo cual hicieron en medio de más conversaciones que afloraban espontáneamente entre ellos. Mientras Shinji pensaba en lo raro pero bien que se sentía abrirse sin mayor problema ante una persona que acababa de conocer, Kaworu sentía una calidez extraña, que venía de una persona extraña, con una esencia de lo más pura. Lo cierto es que ambos sentían el enorme brillo de una luz que acaba de cruzarse en sus caminos. Así, a la salida, cada uno siendo recogido por su madre, se despidieron deseando verse de nuevo al otro día. Y así se terminó ese primer día, que marcaba el fin de una etapa y el inicio de otra.

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