Capítulo Único
No deseo ser tu amigo, deseo ser tu amante.
Así que, escucha por favor lo que debo decirte.
Hay algo que quema mi pecho, me aprieta y me asfixia, hay algo que desde hace tiempo, mi corazón quiere decirte.
Desde que estabamos en el refugio, aquellos dos malditos y maravillosos años; te observaba en silencio, observaba detenidamente tú sonrisa, tú mirada y también cada una de tús lágrimas.
Pero también, te aferrabas a mi pecho cada noche, gritando su nombre, gritando que Norman nunca hubiese muerto, yo gritaba contigo, por que también me sentía dolido.
A veces me preguntaba, si yo hubiese acabado con mi vida, ¿también llorarías por mí? ¿ sufrirías por mí?
Sé que la pregunta es estúpida, quizá por mi cinismo y celos que ha nacido en mi interior.
Sin embargo, siempre estuve apoyándote, en cada una de tus locuras, tus planes suicidas y estupideces. En tus victorias y en tus derrotas, en las buenas y en las malas.
Y aunque tu corazón no me pertenezca, yo siempre seré enteramente tuyo.
Iba a confesarte mi amor tan pronto como pudiese, pero el día en que lo había decidido, una noticia cambió por completo el rumbo de nuestras vidas.
Norman estaba vivo, sentía que la calma regresaba a mi vida pero también una gran tormenta. ¡Maldita sea la hora en la que te ví por primera vez como mujer!
¡Maldita sea la hora en la que soñaba tenerme en mi piel! y maldecía las veces en donde traicioné a mi mejor amigo, amando intensamente a la mujer que el ama.
Como escoria me sentía, cada que sus manos pálidas posaban tu piel rosada, cada que te besaba y mimaba, cada que te decía te quiero, te amo, eres mía, Emma.
El rencor quería apoderarse de mí, pero sé perfectamente que no puedo odiarlo, no puedo hacerlo y nunca lo haré.
Es por eso que esta noche, he decidido confesarme a la luz de la luna, donde nadie me escuche, donde nadie me juzgue y donde tú nunca te enteres del inmenso amor que siento por tí.
¡Seamos amantes! era lo que algún día quería proponerte, pero ahora es imposible, mañana te casarás, mañana serás completamente suya, incompletamente mía.
Así es y siempre será...
¡Seamos amantes! Era una metáfora de mis bajos instintos y sueños.
¡Seamos amantes! Era lo que mi corazón deseaba confesarte, el día que te ví con tu vestido de bodas.
¡Seamos amantes! Es lo que nunca podré decirte en la realidad.
¡Sé mía! Es algo que el destino nunca me permitió.
Y finalmente;
Te amo Emma, es algo que solamente la luna llena lo sabe...
.
.
.
.
.
Por lo menos en esta noche, déjame soñar que...
¡Somos amantes!
Déjame soñar que eres mía...
Déjame soñar que me amas y por último, permíteme imaginarme un futuro del cúal estemos orgullosos....
Adiós, Emma...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top