Capítulo 8: Investigación
1
Debo admitir que ese día en específico fue bastante estresante. Muchas cosas estaban sucediendo y había algo en especifico que me tenía preocupado. Tenía que tomar acciones rápidamente para lo que fuera a ocurrir.
Las primeras tres clases estaban terminando y Gabriela se acerco a mi nuevamente.
—¿Qué es lo que pasa?, ¿por qué estas así? —Su voz sonaba preocupada.
—¿A qué te refieres?
—Por lo que dijiste esta mañana, vi que has estado distraído y no has parado de ver lanzarle miradas a Susana.
Era verdad, desde que habíamos regresado de la plática con Mario y Alexander, no paraba de verla. Necesitaba hablar con ella para intentar saber que sabía sobre esa intervención, ya que el guardián no sabía con exactitud que pasaba durante la intervención y necesitaba obtener información. La forma en la que ella había reaccionado, me indicaba que sabía algo.
—No es nada, Amor. Solo que quería hablar con ella sobre algunas cosas que me dijo en la mañana
Pude ver en el rostro de Gabriela una expresión de disgusto, estaba sintiendo celos posiblemente. No era secreto para nadie que antes de que me gustara Gabriela, Susana era quien ocupaba mis pensamientos.
—Y sobre el accidente de ayer ¿quieres contarme algo?
De verdad me estaba estresando mucho, no culpo a Gabriela. Al final era mi novia y de verdad se preocupaba por mí, pero en ese momento me parecía una molestia tener que estar inventando excusas cuando mi mente estaba en otra cosa. No tuve más remedio en ese momento, le tomé la mano y su expresión cambio.
—Escúchame, vas a acompañarme con Susana y todo lo que escuches te parecerá completamente normal, no harás preguntas y no dirás nada de lo que escuches a nadie. Para ti lo que se diga en esa platica será completamente normal, me entiendes
—Sí —dijo con la mirada vacía.
La solté y al regresar a la normalidad solo me sonrió y actuó con normalidad. Salimos del salón en busca de Susana que estaba en su lugar habitual.
En la explanada de aquella secundaria había bancas de piedra dejaba de algunos árboles, Susana siempre se sentaba en una de ellas, alejada de todos y se colocaba sus audífonos para que nadie la molestará.
Al acercarme con Gabriela, puso una expresión de disgusto y empezó a negar con la cabeza mientras yo y Gabriela tomábamos asiento a lado de ella.
—¿Quisiera hacerte unas preguntas? —dije al ver que se había quitado sus audífonos.
—¿Con ella presente?
—No hay problema, esta bajo control y es para que no sospechen.
Se inclino para ver a Gabriela quien le dio una sonrisa como si fuera una boba y no le importará en lo más mínimo lo que había dicho.
—¿Y son pareja porque de verdad se lo pediste o porque también la controlaste para eso?
—No caería tan bajo —mentí porque si habría hecho justo eso si me hubiera rechazado.
—Entiendo —dijo con sospecha—, Gabriela, querida, dime ¿estás con él porque te lo pregunto?
—Sí, el me gusta desde hace mucho —dijo nuevamente con una sonrisa en el rostro
—Así que la tienes sellada también —me recrimino
—Dejemos de perder el tiempo, si quieres controlarla solo para preguntar estupideces puedes ahorrarte eso. No la controle para que anduviera conmigo. Es la primera vez que hago esto y solo es para poder hablar contigo —volví a mentir
—Pues yo no tengo nada de que hablar contigo, no es como que solo porque eres un retornado tengamos que ser amigos o trabajar en conjunto.
—Solo quiero aclarar dudas que me surgieron, no te estoy pidiendo nada más
—Agh, esta bien. Sí yo te manipule para que te gustará Gabriela; supongo que ahora que eres un retornado ya no tiene efecto lo que te...
—Espera, ¿qué?
—¿No era lo que querías saber?
—No, ni siquiera se acerca. ¿Cómo que me manipulaste para...?
—Olvídalo, ¿qué quieres saber?, no me gusta que me quiten mi tiempo.
Si soy sincero, ahora en verdad quería saber que había hecho. Antes de lo sucedido en la mañana con Mario y Alexander si tenía esa sensación extraña de que mi gusto hacía ella estaba regresando, pero no le había dado importancia. Aunque me hubiera gustado sabe más en ese momento, tenía una meta clara en ese momento.
—Sobre lo que pidió el cazador, la intervención de los ángeles esa, ¿Qué tan mala es? Pude ver que te asusto un poco
Pude ver que abrió los ojos nuevamente, aunque esta vez no con temor, sino como sorpresa ante mi pregunta.
—¿Para qué quieres saber eso?
—Mera curiosidad por la reacción que tuviste.
—Solo me deje llevar por viejos recuerdos, no era nada.
—¿Aun así quisiera saber?
—Bien —dijo con fastidio—, cuando un cazador solicita intervención de un ángel es para ver los últimos recuerdos de un muerto. Lo hacen ya que necesitan encontrar su alma y con esta acceder a los recuerdos del cadáver.
—¿Su alma?
—Sí, las sombras esas que están en el mundo de las almas. Solo un ángel puede reconocer un alma que ya se ha vuelto una sombra. Pero pues necesitan primero que el consejo apruebe la solicitud y luego haga lo propio el ángel.
—¿Y es tan raro o porqué las reacciones de los cazadores?
—No, no es tan raro que tengan que hacerlo. Solo que deben de dar una buena razón para solicitarla, si es para intentar atrapar a un retornado muy problemático o para justificar ciertas acciones, es cuando se debe de considerar. Pero si es para una situación banal, como lo de anoche, pues pueden tener consecuencias los que la solicitaron.
—Entiendo —dije meditando el problema que tenía.
—Pero no tienes de que preocuparte, total no es como que hayas si tú el que ocasiono lo de anoche —dijo mientras me miraba analizando mi reacción.
—Pues no, no me preocupa eso. Solo siento pena por el Alexander. Él fue quien me ha ayudado y pues su amigo lo puso en esta situación.
—Ajá —dijo incrédula—, pues parece tener motivos para sospechar algo de ti. ¿Algo que quieras añadir?
La miré y pude ver que estaba incrédula ante mi respuesta.
—No, solo era eso. Gracias, Susana.
Me levanté y le extendí mi mano para despedirme. Gabriela se levantó y me sujeto del brazo aún con una sonrisa en el rostro.
—No hay de que —me acepto el apretón de manos—, y no se te olvide liberarla. No sé que le hayas metido en la cabeza para que viniera aquí contigo, pero creo que no quieres otro problema con los cazadores.
Mire a ver a Gabriela quién no se inmutaba ante nada de lo que decíamos. Solo asentí con la cabeza y nos retiramos. De verdad tenía un problema con esa intervención
2
«¿Escuchaste todo?»
«Nunca había estado más atento»
«¿Podemos hacer algo?»
«Sí, pero necesitamos que tu otra marca emerja»
«¿Otra marca?»
«La marca del heraldo. Es la que te ayudará a mejorar muchas de las habilidades que de verdad tienes»
«Entiendo, ¿y qué podemos hacer para que emerja?»
«Se manifiesta de diferentes formas, puede ser ante una emoción muy fuerte o ante una situación que ponga en peligro tu vida»
Así que necesitaba poner mi vida en peligro. No sé que emoción fuerte podía experimentar y la única opción que me quedaba era esa, ¿Qué podía hacer? Me preguntaba mientras iba de regreso al salón con Gabriela que aún seguía bajo los efectos de mi manipulación.
Al llegar al salón e ir a mi asiento junto a Gabriela, la volví a tomar de la mano y al ver nuevamente esa mirada perdida procedí a darle nuevas indicaciones
—Quiero que olvides todo lo que acabas de escuchar, no recordarás nada de lo que acaba de pasar desde la ultima indicación que te di hoy
—Entiendo
La solté y pude ver que tenía una mirada confundida.
—¿Qué pasó?
—Te quedaste dormida amor, me quedé aquí junto contigo.
—¿De verdad? No recuerdo haberme dormido.
—Parecías muy cansada cuando te acercaste a hablar.
—Bueno, perdón por quedarme dormida en medio de nuestra conversación.
—No te preocupes amor, no estábamos hablando nada interesante
Gabriela seguía confundida, pero aceptó esa idea; recargo su cabeza en mi hombro y se volvió a quedar dormida.
Pasaron algunos minutos y varios de mis compañeros empezaron a entrar al salón de clases junto al profesor, aún no terminaba el receso, pero ya se encontraba adentro preparando el material de su siguiente clase.
Estaba tan perdido en mis pensamientos cuando un grito sonó en la explanada a lo que vi como todos se asomaron para saber que pasaba, Gabriela se despertó un poco alertada al ver la actitud de mis compañeros. Me miró y se me aferro a mi brazo esperando a que le dijera que estaba pasando. Vi como muchos de los alumnos estaban con cierto temor en sus rostros y empezaron a hablar y cuchichear entre ellos. Ver como todos empezaban a amontonarse en la ventana, hizo que me diera curiosidad e intentara asomarme también.
Mientras me acercaba el profesor, que también se había asomado, empezó a tratar de controlar a los alumnos, entre ellos vi una verdadera cara de horror.
Susana, que ya había logrado ver que estaba pasando se acerco a mi con cierta preocupación y miedo. Yo seguía con Gabriela y parecía no importarle, como si pensará que aún seguía bajo los efectos de la manipulación solo la escuché decir.
—Un cruzado —dijo susurrando esperando que nadie más la escuchará
—¿Qué? —dije un poco confundido, miré a Gabriela quién miraba confundida y Susana pudo entender que ya no estaba bajo la manipulación, pero aún así no le importó
—Hay un cruzado, aquí, en la escuela
Podía sentir el temor en sus palabras. En ese punto de mi vida nunca había visto a un cruzado. No sabía si su temor era real o si estaba sobre reaccionando otra vez como me lo había hecho saber, pero me surgió una idea. Quizá podría aprovecharme de esta situación.
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