—Usa condón —Hoseok exigió a su amante—, no vas a follarme sin protección.
El joven que estaba encima de él, excitado y preocupado de su propio placer y no precisamente de él de Hoseok soltó un suspiro molesto. Sacó un condón de su cartera y se lo mostro a Hoseok
— ¿Feliz? —preguntó.
Hoseok asintió, un poco nervioso por la grandura del tipo, que se jodiera la persona que había dicho que entre más grande mejor, o al menos esa regla no aplica con los homosexuales, entre más grande, más difícil y doloroso era el coito.
Sin embargo, había empezado a gustarle el dolor, al menos así tenía una excusa para llorar.
Cuando el joven terminó, no se fue como Hoseok esperaba, o al menos así había sido con sus demás amantes; tampoco lo abrazo como lo hacía Taehyung, se sentó en el borde de la cama, sólo con los calzoncillos puestos, dejando expuestas sus piernas largas y velludas, mientras fumaba un cigarrillo como todo un fuck boy.
—Pareces una roca —le dijo el joven—, no participas, sólo te quedas ahí acostado esperando que tu pareja haga todo. No es agradable.
—Si no te gusto, puedes irte, tampoco es como que vaya a repetirse.
—Te he visto —le dijo, ignorando las palabras de Hoseok—, en el bar varias veces —explico—. Y te has ido con un hombre diferente cada noche.
—Es algo que no te importa.
—Tienes razón no me importa en absoluto —calo del cigarrillo una última vez y se levantó para dejarlo en el cenicero, luego caminó hasta Hoseok y le dio un beso en los labios—. Me voy ahora, fue un gusto conocerte.
Y entonces el hombre se había ido, esa vez Hoseok no tuvo la fuerza suficiente para volver a casa.
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