CAPÍTULO 9

Llamó a la puerta de la habitación esperando a que su hermano respondiera.

-- Sabo soy yo. ¿Estás ahí?

-- Sí, pasa.

Tras entrar cerró la puerta tras de si y caminó hasta sentarse en la cama de su hermano.

-- ¿Qué pasa Luffy? ¿Qué querías?

El joven de cabellos dorados giró la silla de ruedas en la que estaba sentado para ver a su hermano menor.

-- Necesito hablar contigo. Es sobre algo importante.

-- Haber, cuentame. ¿Qué te pasa?

Se dio cuenta de la expresión entre triste y confusa del moreno.

Este sin embargo no sabía por donde empezar a hablar.

-- Sabo... ¿Qué sientes al estar enamorado? Es decir, llevas saliendo con Koala un año entero, supongo que ya lo sabrás de sobra... ¿Po... podrías explicarmelo?

-- Uih. -- Lo miró sorprendido y soltó una pequeña carcajada. -- ¿A que viene esa pregunta? ¿Crees estar enamorado de alguien Luffy?

-- Sí. -- No se iba a andar con rodeos ante el tema.

-- Bueno, el amor no es algo que se pueda explicar enano. Simplemente cuando lo sientas lo sabrás. Y el hecho de que te sientas confuso ante ese sentimiento es un gran índice de que ya lo estás. -- Sonrió ampliamente.

-- ¿De que ya estoy qué?

-- Enamorado. -- Se acercó al menor con la silla hasta quedar frente a él. -- Dime, ¿Quién es la afortunada?

-- Ese es el problema. -- Empezó a jugar con las manos nervioso.

-- No te entiendo. -- Ahora sí que se encontraba desconcertado.

-- Es que... -- Se armó de valor, cogió aire y lo soltó con un pequeño hilo de voz. -- No es una chica.

Entre los nervios y la inseguridad las palabras a parte de salir atropelladas a penas fueron un leve murmuro. Pero su hermano lo escuchó perfectamente. Aunque aun le tomó un tiempo entenderlo.

Cuando finalmente lo comprendió no pudo evitar sonreír al ver la estúpida causa de los nervios de su hermano. Soltó una fuerte carcajada.

Luffy se desconcertó al oírlo. ¿Qué le hacía tanta gracia?

-- ¡Pero mira que eres tonto! -- Siguió riendo.

-- ¡No te rías! ¡Esto no tiene gracia! ¿Acaso no escuchaste lo que dije?

-- Claro que sí. ¡Baka! -- Le dio un pequeño golpe en la cabeza. -- No hay que ponerse así por estupideces como esas.

-- ¿Estupideces? ¡Sabo te acabo de confesar que me gusta un chico! ¡Un chico! ¡Que soy gay!

-- Ya ¿y?

-- ¡¿Cómo que y?! -- Se levantó ya alterado. -- ¡Que no es algo normal!

-- Luffy me da igual por quien te sientas atraído. ¡Por Dios estamos en el siglo 21! ¡Hace tiempo que dejamos atrás las mierdas de discriminación religiosa hacia esas cosas!

Y ahí fue cuando el menor se dio cuenta de que había hecho bien al acudir a su hermano como ayuda en lugar de a cualquier otro, o peor aun, seguir manteniéndolo en silencio.

-- ¿En... entonces no te importa que sea gay?

-- ¡Por supuesto que no! ¡Me importa más que empieces a aprobar mates y física cuando inicies el curso el año que viene! ¡Esto es una tontería!

No lo pudo evitar, comenzó a llorar mientras se volvía a sentar en el borde de la cama. Se llevó las manos a la cara para ocultar sus lágrimas sin mucho éxito.

Sabo no hizo nada más que verlo con una gran sonrisa. Conocía de sobra a su hermano como para saber que sus lágrimas eran de alegría y desahogo propio, y que no le gustaría nada que hiciera denotar que estaba siendo observado. A fin de cuentas el chico también tenía su orgullo a pesar de dejarse llevar fácilmente por sus emociones.

-- Hay Luffy, nunca cambiarás. -- Finalmente no pudo evitar hablar para molestarlo. -- Como dijo Ace, sigues siendo el mismo llorón de siempre.

-- ¡Cállate!

Cogió un cojín, que palpó con la mano, y lo lanzó allá donde provenía la voz dándole de lleno en la cara sin saberlo.

Su hermano solo rió agraciado ante el acto y le devolvió el ataque a sabiendas de que el otro no lo vería venir.

-- Y dime entonces. ¿Quién es el afortunado?

-- Eso quizá te lo confiese otro día.

-- Uih Uih Uih. Pero ahora no me dejes en ascuas.

-- He pensado en confesar mi orientación sexual esta noche en la cena familiar. -- Cambió de tema dejando atónito al rubio.

-- ¿Qué? -- Parpadeó varias veces perplejo. -- Bueno, no es mala idea. Pero tienes que tener en cuenta que no todos van a reaccionar bien. Sobre todo Ace y el abuelo. Esos dos son de mente muy cerrada.

-- Lo se, pero creo que ya va siendo hora de salir del armario.

-- Bueno, bueno, si aun lo acabas de descubrir aun tienes tiemp...

-- No lo acabo de descubrir Sabo. Me enteré de mi homosexualidad cuando tenía 14 años. Y hasta ahora no me había atrevido a confesarselo a nadie.

Ahora sí que se había quedado sin palabras.

-- Espera, espera, espera. ¿Me estás diciendo que llevas tres años ocultando algo tan fuerte por miedo a unas represalias? ¡¿Tú estás tonto?! ¡¿Cómo has aguantado tanto sin explotar de estrés?!

El menor soltó una carcajada ante el comentario de su hermano.

-- No lo se. Pero ya ves, no es tan fácil como parece.

-- He de suponerlo. -- Suspiró. -- Bueno, ya puestos que parece que este es el momento de confesiones... Yo también tengo una noticia que voy a declarar esta noche frente a la familia. Pero creo que estaría bien que tú fueras el primero en saberlo.

-- Dime. ¿No será algo malo no?

-- Bueeeno, depende de como lo mires. Aunque sabiendo lo que te gustan a ti los niños creo que te va a gustar.

Luffy dejó caer la barbilla al suelo al empezar a comprender por donde iban los tiros.

-- No puede ser. ¿Tú...?

-- Koala y yo cometimos una imprudencia un poco grave y... bueno. Hermanito, vas a ser tío.

****

-- Yohohoho Probaremos un licor llamado Sake de Binks. Las olas y la brisa despiertan al mar... -- Cantaban alegres Luffy y su primo pequeño.

El pequeño de 4 años, en las piernas del mayor, daba palmas y se movía entusiasmado.

Mientras sus otros primos, hacían un poco de escándalo a su lado. Sus hermanos se encontraban hablando con Koala animadamente. Y los adultos hablaban entre ellos de temas que a los menores les traía sin cuidado. Todo normal para ellos. Estaba siendo una cena familiar excelente, falta de preocupaciones. Como si no hubiera ocurrido ningún accidente ni tuvieran la pena de la ausencia de su madre, esposa, hermana, tía... etc. Sin embargo, y para su desgracia, eso pronto cambiaría.

Sabo se levantó de la mesa y miró a todos provocando que estos dejaran sus temas para llevar la vista al aludido.

Luffy paró de cantar en seco al percibir el silencio. El chico abrazó al pequeño infante de cabellos carmín por la espalda y lo atrajo hacia sí en un acto de protección involuntario. Intuía lo que se venía y sabía que su primito se alteraría con las reacciones de su abuelo.

-- Tengo algo importante que comentaros. -- Anunció Sabo con voz firme. -- Es algo importante y me gustaría que os lo tomaráis a bien.

-- ¿De qué se trata hijo? -- Su padre lo miró extrañado.

-- Vosotros sabéis que llevo mucho tiempo saliendo con Koala. -- Se giró a verla y le tendió la mano para ayudarla a incorporarse a ella también. -- Y espero estar con ella mucho más tiempo.

-- ¡Nosotros ya esperamos la boda! -- Exclamó Bartolomeo contento mientras le devolvía un puñetazo a su hermano.

-- Chicos por favor ¿Podéis dejar de hacer el tonto por un momento? -- Los regañó su madre.

-- Bien, como iba diciendo, quiero mucho a mi novia y... pues... -- Suspiró y se armó de valor. -- Bueno mirad no me voy a andar con rodeos. Koala y yo vamos a tener un niño. Vamos a ser padres.

La cara de todos fue un poema. Salvo por su hermano menor que no podía estar más sonriente ante la noticia que él ya sabía de ante mano.

-- ¡¿Qué?! ¡Pero si aun sois muy jóvenes!

-- ¡Sabo solo tienes 20 años y tu novia 19!

-- ¡¿Voy a ser tío?! -- La exclamación de Ace fue una de las que más retumbó en la estancia.

-- ¡Ya se que aun somos muy jóvenes, pero no fue algo que previeramos! Lo hemos estado hablando y hemos decidido que a pesar de todo vamos a tener al bebé.

Y de nuevo la estancia volvió a llenarse de gritos y exclamaciones. Algunas aprobatorias y otras completamente en contra de la situación.

Sin embargo lo único que a Sabo le importaba en esos momentos era la opinión de su padre. La decisión estaba tomada y no la cambiaría, pero necesitaba saber si su padre estaba de acuerdo. Y el hombre aun no había hablado siquiera.

-- ¿Y tú papá? ¿Qué opinas?

El hombre alzó la vista y lo vio a los ojos con una expresión severa.

-- Sabo, eres mayor de edad y ya has demostrado en más de una ocasión ser suficientemente responsable para valerte por ti mismo. No se si estás preparado para ser padre, pero no seré yo quien te obstaculice el intento. -- Suspiró. -- Pero ambos habéis de saber que cuidar a un niño no es tan fácil y menos a vuestra edad. Tenéis que sentiros realmente preparados para ello. Os lo dice alguien que vivió la experiencia.

-- Gracias papá. Lo tendremos en cuenta.

Sabo se sentó sintiendo que se había sacado un gran peso de encima y tras dar un largo suspiro cogió a su novia de la nuca y le dio un tierno beso en los labios.

-- ¡¿Enserio lo vas a permitir?! -- La voz de su abuelo retumbó por todo el lugar.

-- Sí. -- El hombre se llevó su taza de café a la boca.

-- ¡No son más que dos críos! ¡Ni él ni ella están preparad...!

-- ¡Tube a Sabo con mi ex-mujer a los 22 años! ¡Se de lo que hablo!

-- ¡Sí! ¿Y para qué? ¡Para acabar con tres hijos de los cuales uno nisiquiera lleva tu sangre!

La estancia se llenó de un silencio sepulcral. Ace, sin previo aviso, se levantó de la mesa y salió del salón sin decir nada.

Al poco sus hermanos reaccionaron. Luffy dejó a su primo en los brazos de su madre y corrió detrás de su hermano mientras el rubio aun se detuvo a echarle una mirada reprobatoria a su abuelo. Se había pasado con el comentario y bastante.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top