CAPÍTULO 8
Law no era estúpido. Sabía perfectamente los factores de lo que estaba sientiendo y también sus consecuencias. No era la primera vez que se enamoraba de alguien ni sería la última.
Tampoco era algo anormal el que se hubiera sentido atraído por un chico. No, porque él desde siempre se enamoraba con el corazón no con el estereotipo, por lo que le daba igual si su atrayente era hombre o mujer.
Eso no era lo que lo atormentaba. Entendía sus nuevos sentimientos y los aceptaba perfectamente. Lo que lo mantenía inquieto era el hecho de De Quien se había enamorado.
A lo largo de su vida había cometido errores, algunos solucionables y otros irreversibles. También había aprendido de ellos, por supuesto. Pero no se creía preparado para una relación con alguien como ese niño.
Un chico que, a pesar de ser fuerte por sonreír ante todas las adversidades que pasaba, también era débil por tener que soportarlas todas juntas. Alguien tan frágil como él sería fácil de lastimar y hundir con un simple y estúpido error cometido. Sería algo imperdonable.
Law simplemente se sentía atemorizado por la idea de dañar a su amigo y enamorado en el caso de que accediera a su petición y fueran adelante.
Si hubiera sido otra persona estaba seguro de que ya se lo habría dicho, pero siendo él todo cambiaba.
Sabía que Luffy también estaba enamorado de él, se le notaba a Kilómetros aunque tratara de disimularlo. Sin embargo, no por eso tendría por qué aceptar su confesión, y aun si lo hiciera volvía al inicio del problema. Que el chico era demasiado fácil de herir y destrozar.
Se restregó la cara con las manos. En toda su vida pocas habían sido las veces en las que se había sentido tan indeciso por una cuestión.
No se lamentaba de haberse enamorado de su amigo, pero sí lo hacía de que la grave situación lo hiciera todo tan difícil.
No podría decírselo. Prefería verlo feliz como amigo que mal por un error cometido al ser pareja. Aunque dolía estar a su lado y no poder confesarse al menos sus sentimientos.
¿Por qué todo tenía que ser tan complicado?
****
-- Se acerca Navidad.
Vio como su amigo sonreía ampliamente.
-- ¡Sí! ¡Estoy deseando que llegue! ¡Estaré con mis tíos, con mis primos, con el abuelo... con toda mi familia! -- Exclamó entusiasmado.
-- ¿Y pedirás algo en especial a Papá Noel?
-- En mi casa no celebramos el Papá Noel, solo los Reyes Magos. Oh Bueno, lo celebrábamos. Ahora ya nos damos los regalos en persona porque da igual. -- Sonrió sin parar de saltar alegre.
-- En la mia no podemos hacer eso, Lami no me perdonaría si le contara a edad tan temprana que Papá Noel y los Reyes Magos no existen.
-- Pues a mi mis hermanos me lo chafaron a los 7 años. Así que ya ves. -- Soltó una carcajada. -- Los odié por ello, eso es cierto.
-- Que malos. -- Law también soltó una pequeña risotada. -- Pero aun no me has dicho que te gustaría recibir, en tu caso, por Reyes.
Luffy se paró unos instantes a pensar.
-- Jumm... No, la verdad es que no se me ocurre nada. Desde hace tiempo me he acostumbrado a que lo demás me regalen lo que les plazca. Considero que solo los pequeños tienen derecho a pedir algo caro ya que no tienen consciencia de lo que puede costar conseguir un regalo y no hablo solo del precio en ese sentido.
-- Valla. -- Law se giró a verlo sorprendido. -- Cuando quieres puedes resultar ser muy inteligente.
-- Aunque supongo que si me dieran a elegir acabaría pidiendo otro perro. O quizá un murciélago. Nunca tuve uno. -- Sonrió.
-- Y lo arruinaste. -- Suspiró el otro y soltó otra risotada. -- ¿Quien quiere un murciélago como mascota?
-- Yo.
-- Aparte de ti, Caso Perdido.
Luffy soltó una carcajada.
-- Haber decídete, o me llamas Mugiwara, o me llamas Glotón, o me llamas eso que acabas de decir. Pero elige uno porque sino voy a acabar con mil motes.
Su compañero también soltó una carcajada ante el comentario.
-- Eres un desastre. -- Le revolvió el pelo provocando que su sombrero callera al suelo.
Cuando se agachó para recogérselo el viento lo arrastró llevándolo lejos de su alcance.
-- ¡Mierda!
-- ¿Qué pasa? ¿Y mi sombrero? -- Luffy empezó a ponerse nervioso.
-- No te preocupes, lo encontraré. No debió volar muy lejos. -- Trató de tranquilizarlo su amigo. -- Ya es tarde, deberías volver a casa. ¿Puedes volver solo?
-- No estamos lejos, a una calle solamente. Creo que puedo.
-- Bien, en cuanto encuentre el sombrero iré a devolvértelo.
-- Torao...
-- ¿Sí?
Pero en lugar de una respuesta lo que recibió fue un fugaz beso en la mejilla. Miró a su amigo que se encontraba sonrojado por lo que acababa de hacer y sin darle tiempo a hablar siquiera echó a caminar apresuradamente, prácticamente corriendo, para alejarse de él completamente avergonzado.
-- Luffy... -- Sonrió tocándose la mejilla con la mano allí donde el menor había posado sus labios. -- Que delatador eres.
Vio como su amigo desaparecía en la esquina de la calle y sonrió más ampliamente.
-- No creo que pueda aguantar mucho si empiezas a dejarte llevar de esa forma, aunque tampoco me importa.-- Le hablaba a la nada prácticamente.
Se giró para empezar a recorrer todo el lugar en busca del sombrero de paja que su amigo había perdido por su culpa.
Mientras el reciente acto de su amigo y la vista de su carita completamente roja, recorrían su mente sin descanso provocándole más de una sonrisa y hasta carcajadas de entusiasmo. Ese chiquillo lo estaba volviendo loco, de eso estaba seguro.
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