CAPÍTULO 22
-- ¿Que nombre le pongo?
El chico sujetaba al pequeño felino con cuidado, el cual trataba de escapar de su agarre clavándole las uñas.
Ya había pasado un mes desde el día en el que le habían enseñado los gatitos. Mes en el que no paró de ir a la casa de su novio para ''ver'' crecer a esos animalitos.
-- No sé, es blanco. ¿Y si lo llamas White?
-- ¿White? -- Soltó una carcajada. -- ¡Ese nombre es ridículo! ¡No, tiene que ser algo original!
Law se paró a pensar un poco más, junto con su novio, hasta que se le encendió la bombilla.
-- ¿Que te parece Bepo?
-- ¿Bepo? ¿Cómo el oso blanco de los dibujos para niños? -- Sonrió entusiasmado al recordar los divertidos momentos que tuvo de niño con esos dibujos. -- ¡Me encanta! ¡Adoraba esa serie!
-- Yo también. ¿Entonces Bepo te gusta?
-- ¡Sí! -- Alzó al animal como en la película de «El rey León». -- ¡Yo te proclamo como Bepo!
Law soltó una carcajada ante la actitud infantil del menor. Luffy dejó al gatito en el suelo, ya que este le estaba dejando el brazo bonito de tanto rasguñar con las uñas.
-- ¿Luffy te apetece quedarte a comer?
El aludido se giró al sonido de la voz, proveniente de la puerta, y negó con la cabeza.
-- No, lo siento señor Rosinante, pero hoy voy a ir a ver a mi madre y tengo que llegar temprano. Es más. -- Se levantó del suelo sacudiéndose el trasero. -- Ya me tengo que ir.
-- Vale, ven cuando quieras, ya sabes que eres de la familia. Y deja de llamarme señor, para ti soy tío o Corazón simplemente.
Luffy soltó una pequeña carcajada mientras escuchaba los pasos del hombre al irse. Sintió un golpe en el trasero y se giró de nuevo para encarar a su novio.
-- ¿Me has tocado el culo?
-- ¿Acaso te molesta? -- Soltó una carcajada. -- Pues procura no sacudirlo en mi cara cabeza de serrín.
Le revolvió el pelo para acto seguido agacharse y coger al gato de antes.
-- Toma, corre ya que se te va a hacer tarde.
El menor obedeció echando a correr fuera de la casa, algo molesto por el comportamiento algo pícaro de su novio. No era la primera vez que hacía algo así y no le gustaba. Aun no se sentía preparado para hacer ese tipo de cosas.
Llegó a su casa y lo primero que recibió nada más entrar fue un gran grito de sus hermanos que le reventó los tímpanos.
-- ¡Oh, pero que cosita más linda!
Los muchachos prácticamente arrancaron al animal de sus manos y comenzaron a atosigarlo. No, si al final el gato iba a acabar igual que el resto y no sería por su culpa.
-- Pobrecillo.
-- ¿Cómo se llama?
-- Se llama Bepo. ¿Os gusta?
Menuda pregunta más estúpida.
-- ¡¿Cómo no me va a gustar esta cosita tan linda?!-- Exclamó Sabo entusiasmado.
Se empezaron a oír los maullidos desesperados del felino y a Ace se le bajó una gota de sudor por la nuca.
-- Oe Sabo, como sigas apretando lo vas a matar de asfixia.
Prácticamente estaba espachurrándolo en su abrazo de oso.
-- Pobre gato. Si ya sabía yo que ese no salía vivo de aquí. -- Dragon hizo presencia en la sala.
-- Papá no adelantes acontecimientos.
-- No hace falta adelantar, si solo mira como lo tienes al pobre, que ya está morado.
Luffy soltó una carcajada ante el comentario. Le daba pena el animal, pero es que a la vez la situación, al menos en su imaginación, le resultaba muy graciosa.
-- Bueno, dejad ya al gato y preparaos que en 20 minutos vamos para el hospital.
-- ¿Pero no vamos a comer? -- El rubio lo vio desconcertado dejando al fin al felino en el suelo.
El animal salió escopeteado en busca de un lugar seguro donde esconderse.
-- ¡Corre por tu vida Bepo! -- Exclamó Ace estallando en carcajadas.
-- Comeremos por el camino. Podemos parar en el Baratie. ¿Qué os parece?
-- ¡Sí! -- Los tres se entusiasmaron y se apresuraron a cambiarse de ropa y prepararse para salir.
****
-- Entonces... ¿Todo bien?
-- ¡Sí! ¡Fuimos a comer al Baratie y yo me comí 10 filetes enormes! ¡Luego fuimos al hospital y hablé con mamá! -- Dejó un poco su entusiasmo al llegar a esa parte. -- Olle Torao, ¿de verdad tú crees que ella me escucha?
-- Claro que sí Luffy, está en coma, nada más. Tiene todos los sentidos perfectamente bien y está lo suficientemente consciente como para comprender lo que sucede a su alrededor.
-- ¿Seguro?
-- Luffy sabes que nunca te mentiría y menos con algo así.
-- Ya lo hiciste el otro día cuando ella volvió a recaer y tú preferiste callártelo al igual que mi padre, en lugar de advertirme del problema.
-- No quería preocuparte, ya lo sabes. Pero lo de que tu madre está consciente es cierto, no es ninguna mentira.
-- Bueno... ¿Y tú que tal la tarde?
-- Bastante bien la verdad. Ya han venido a por otro de los gatitos.
-- ¿Enserio?
-- Sip, el negro concretamente. Y como está Bepo.
-- ¡Muy bien! Mis hermanos casi lo matan al llegar, sobre todo Sabo, pero ahora está aquí conmigo acurrucado en mi barriga.
-- Joder, pues procura que no te lo maten tan pronto. Bueno me tengo que ir peque. Nos vemos mañana. Un beso y que tengas dulces sueños.
-- Hasta mañana Torao. Un besito a ti también.
Colgó la llamada y suspiró sonriente acariciando el costado de Bepo quien ya se encontraba dormido, como debería estarlo él.
Sin embargo había una angustia que crecía en su interior y lo llevaba alterando desde que había salido del hospital. Un mal presentimiento.
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¡Tan Tan Tan! ¡La historia se acaba, queda nada! (Concretamente dos capítulos y el epílogo). XD
Solo por saber, por curiosidad más que nada. ¿Como creéis que acabará la historia?
Byeee.
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