Este cap va dedicado a acelivesinmyheart16 por, inconscientemente, acertar en algo que ocurrirá en este cap XDD. Predices el futuro O.O

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-- ¿A dónde vamos Torao?

El chico caminaba alegre con los dedos de la mano entrelazados con los del mayor.

-- A mi casa. Lo que te quiero enseñar está allí. Así de paso conoces a mi familia, que donde va que quieren verte. -- Sonrió mirándo al entusiasmado de su novio.

-- ¡Eso sería genial! Si a ti no te parece mal claro.

-- Soy yo el que te estoy invitando a mi casa. ¿Por qué me iba a parecer mal? -- Le revolvió el pelo para acto seguido colocarle bien el sombrero. -- Llegamos.

Se apresuró a abrir la puerta e instó a su compañero a entrar.

-- Creo que no hay nadie en casa, mis padres están trabajando, mis primas habrán salido a dar una vuelta y mis tíos habrán llevado a las niñas al parque. Hasta las 8:00 por lo menos no habrá un nadie. -- Suspiró aliviado.

-- ¿Y eso es bueno?

-- Oh sí. -- Asintió frenéticamente. -- Cuando están todos en casa son insoportables y muy estresantes.

Luffy soltó una pequeña carcajada mientras se dejaba guiar por el ojeroso.

Fueron hasta el salón y el mayor dirigió sus pasos hasta una esquina de la estancia donde había una pequeña manta, algo vieja, de color azul.

-- Ven Luffy.

El chico, que se había quedado en la puerta, avanzó con cuidado pues no conocía el lugar y no deseaba tropezar con algo.

Alcanzó a su novio y se arrodilló junto a él con expresión interrogante. No entendía nada.

-- Extiende las manos.

Obedeció y al minuto se sorprendió al notar como ponía algo blandito, caliente y suave en su brazos. Además se moví un poco. Sonrió ampliamente al intuir de lo que se trataba.

-- ¡Es un cachorro!

-- No grites que lo vas a asustar.

Luffy acarició el pelaje y las patitas del pequeño animalito.

-- Es muy pequeño, nació hace poco ¿no?

-- Nacieron hace cinco días, aun ni siquiera abrieron los ojos.

-- ¿Por qué hablas en plural? ¿Hay más?

-- Sí, son cuatro en total. Cuatro gatitos. Mi gata tuvo crías y pues como se lo que te gustan los animales tenía que enseñártelo.

-- Me encanta. Es tan lindo. ¿De que color son?

-- Hay tres blancos y uno negro. El que tienes tú ahora mismo es uno de los blancos.

Luffy sonrió más ampliamente al imaginárselos.

-- Bueno dámelo ya, vamos a dejar que siga mamando con su hermanitos.

El mayor cogió al pequeño felino para dejarlo con la madre y el resto de las crías.

-- ¿Cómo los llamareis?

-- No les vamo a poner nombre ya que no nos los quedaremos. Los vamos a regalar. Aunque bueno, supongo que tú ya puedes pensar en un nombre ¿no?

-- ¿Eh? -- El moreno menor lo encaró desconcertado.

Law soltó una carcajada. Realmente su querido novio era un poquito lento con algunas cosas.

-- Que, si tú quieres, te puedes quedar con uno. Ya hablé con tu padre y dijo que no había problema de incluir otra mascota más en tu casa.

-- ¿Enserio? -- Luffy se entusiasmó aun más. -- Pero, ¿Tú no has oído como acabaron los gatos anteriores que pasaron por mis manos?

-- Hombre, digo yo que a tu edad ya no serás tan cazurro como para hacer ''experimentos'' con tus mascotas.

Ambos estallaron en carcajadas.

-- Pues sí, quiero uno.

-- ¿Y cual quieres? ¿Cual te gusta más? -- Comentó burlón.

Luffy le dio una pequeña colleja en la nuca.

-- No seas malo, sabes que no puedo verlos como para elegir uno.

Law soltó una pequeña carcajada y acto seguido cogió a su compañero de la nuca para plantarle uno de sus inesperados besos en los labios.

-- Eres un tonto. -- Murmuró el moreno menor con una sonrisa y unas mejillas sonrojadas.

-- No eres el más indicado para hablar, Mi Pequeño Desastre. -- Besó su nariz haciéndolo sonrojar más y aumentando su sonrisa.

Luffy buscó a tientes su regazo y se sentó sobre sus piernas aprovechando que el ojeroso estaba sentado al estilo indio. El mayor lo rodeó con sus brazos recostando la cabeza en la de su novio.

-- ¿Te he dicho ya lo mucho que te quiero?

-- Sí. -- Soltó una risilla. -- Yo también te quiero Torao.

Apolló su cabeza en el pecho del mayor dejándose llevar por el repentino sueño que lo acababa de embargar.

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Un fuerte chillido los despertó sobresaltando a los muchachos. El mayor llevó la vista a la puerta para ver a una de sus primas sacando fotos con el móvil a la par que gritaba frenética.

-- ¿Viola, pero que mosca te ha picado?

-- ¡Esque, esque, esque...! ¡Estábais tan lindos durmiendo juntos, así abrazaditos...! -- Empezó a dar saltos entusiasmada.

-- ¿Qué pasa? ¿Quién hace tanto ruido?

El chico se incorporó, sin salir del regazo, sobándose la cabeza desconcertado.

-- La idiota de mi prima.

-- ¿Es fujoshi?

Law lo miró desconcertado sin entender la palabra, sin embargo la exclamación de la chica fue quien respondió la pregunta.

-- ¡Sí! ¡Hasta la médula!

-- ¡Oh, Dios! ¡Esto debe ser la maldición de las primas o algo! -- Se desplomó de nuevo contra el pecho de su novio. -- ¡Una maldita maldición!

-- ¿A qué te refieres?

-- Mi prima también es fujoshi. -- Suspiró resignado. -- ¡Es la maldición de las primas!

Extendió los brazos al aire enfatizando sus palabras y los dejó caer sin gracia.

-- ¿Qué diablos significa fujoshi?

Ambos prima y muchacho lo encararon sorprendidos exclamando a la vez.

-- ¿Eres gay y no sabes lo que es una fujoshi?

-- ¡Sé que está relacionado con esas chorradas que ven Viola y Baby5, pero no miro esas tonterías así que no, no sé lo que es! -- Reprochó frustrado. -- ¡Y soy bisexual idiotas!

Luffy estalló en carcajadas mientras se imaginaba como se habría puesto Rebecca si lo hubiera oído, y suponiendo que la prima de su novio también parecía ver esas cosas, estaba claro que no se encontraría precisamente contenta. Rió aun más fuerte quedándose sin aire.

Escuchó el sonido de un fuerte golpe y un grito y supo que su compañero acababa de ser agredido por la muchacha. Comenzó a quedarse sin aire de tanto reír.

-- ¡Hemos vuelto!

La fuerte voz de un hombre cerrando de un portazo y el galope y risas de niños, fue lo que sacó a los tres chicos de su trance.

-- ¡Cora-San, Baby5 mirad! ¡Tenéis que ver estas fotos!

Viola salió corriendo del salón en busca de su hermana y de su tío. Sería gracioso molestar a su primo con el compinche de su tío y la traviesa de su hermana.

-- ¡Oh no! ¡Viola ni se te ocurra enseñarles eso!

Law se levantó sin cuidado alguno, olvidando por completo que tenía a Luffy sentado en su regazo, y echó a correr detrás de su prima en un intento por detenerla.

El ahora único individuo humano que se encontraba en la estancia, se incorporó dolorido sobándose la nariz y la frente. Se había llevado un buen trompazo por el torpe de su novio. ¡Y luego hablaba de él!

Soltó una carcajada mientras extendía una mano a donde recordaba que estaban los pequeños animales y su madre. Acarició la barbilla de la última notando su ronroneo de gusto. Con la otra mano cogió a una de las crías.

Esa técnica de distracción se la había enseñado su padre cuando Rousband, la madre de Chopper, tuvo su primera camada.

Acarició a la pequeña criatura con cuidado sintiendo como se movía inquieto y maullando algo asustado y desorientado.

-- Tú tampoco ves nada. ¿verdad? No te preocupes, en una semana podrás hacerlo. -- Sonrió feliz. -- Quien fuera cachorro como vosotros para no tener otra preocupación que encontrar la leche de mamá.

Dejó a la criatura de vuelta con la camada y se tumbó al lado de la manta. Sintió algo blandito en su cara y supo al instante que la hembra adulta había apoyado la cabeza en su mejilla.

Sonrió más ampliamente dejándose llevar, una vez más, por los brazos de Morfeo.