CAPÍTULO 16
-- ¡¿Que haga qué?! ¡Pero Cora-San!
-- ¿Qué problema hay? Solo tengo ganas de conocer a tu amigo. Además también te invitó a ti, así que lo apropiado es que le devuelvas el favor.
-- En eso tiene razón Law.
Su padre entró en esos momentos a la cocina para tomar un vaso de agua.
-- ¿Y tú te pones de su parte? ¡Papá!
--Traffy deja ya de comportarte como un crío caprichoso, desde hace una temporada estás insoportable. -- Su prima también se había unido a la conversación.
El joven suspiró frustrado, estaba rodeado de unos locos, cotillas y metese en todo.
-- ¡No lo pienso invitar a cenar! ¡Sabiendo como sois seguro que le da un ataque!
Aunque su familia tampoco es la más tranquila del mundo. Pensó para sí.
-- ¡Además! ¿Cómo diablos sabéis que me invitó a comer?
-- Tenemos nuestros métodos primo.
Law dirigió la vista a su prima de cabellos oscuros y disfraz de sirvienta. Desde que se lo habían regalado por navidades aun no se lo había quitado de encima.
-- A que adivino. Has vuelto a sobornar a mi hermana para que te lo cuente.
-- Sep.
Maldita mequetrefe, no volveré a confiarle nada.
-- Bueno, pues esta noche lo invitas a cenar. -- Sentenció el señor Trafalgar.
-- ¡Y una mierda!
-- ¡Law esa boca!
El aludido puso los ojos en blanco y salió de la cocina para encerrarse en su cuarto. Un poco de lectura le relajaría los nervios.
****
-- ¿Te apetece venir a cenar esta noche a mi casa?
Luffy alzó la cabeza sorprendido y sonrió mientras se llevaba el cruasán bañado en chocolate a la boca.
-- ¿No decías que tu familia era tan horrible como la mía? -- Comentó burlón. -- Iré encantado. Si mi padre me deja claro.
-- Lo és, pero me han pedido que te invite, aunque sinceramente no se si será buena idea. -- Suspiró.
-- ¿Entonces no quieres que valla?
-- No es eso, pero es que mi familia es un desastre.
Luffy movió la cabeza a un lado indeciso.
-- ¿Entonces voy o no voy? ¡Decídete! -- Sonrió gracioso.
-- ¡Yo que se! ¿Tú quieres venir?
-- ¡A mi me da igual! -- Sonrió de nuevo.
El mayor suspiró rendido. Bueno ¿Qué mal podría pasar?
-- Bueno vente, cenaremos sobre las 10:30.
-- Vale, le digo a mi padre y hablamos. Cualquier cosa te llamo.
El menor se acabó al fin su chocolate caliente y pagó la cuenta.
-- ¿Vamos hasta el parque infantil? Me apetece sentarme en los columpios.
-- Mira que eres niño.
-- Sip, pero aun así se me quiere. -- Soltó una carcajada que le sacó una sonrisa a su compañero.
****
El muchacho nada más entrar en casa ya notó la presencia de alguien.
-- Al fin llegas Luffy. -- La voz de su padre.
Sonrió ampliamente dispuesto a pedirle lo que deseaba, pero antes siquiera de abrir la boca ya recibió la respuesta.
-- No.
-- ¡Pero si aun no te he dicho na...!
-- Me acaban de llamar del hospital, es urgente. Quédate con tus hermanos y con tu prima. -- Por su tono de voz parecía preocupado.
El hombre le revolvió el pelo y acto seguido salió por la puerta dejando a un Luffy completamente desconcertado.
El chico echó correr pasillo adentro en busca de sus hermanos para reclamarles una explicación.
Entró como una exaltación al cuarto del pecoso sobresaltándolo.
-- ¡Luffy!
-- ¿Qué ha pasado?
Ante el repentino silencio el menor comenzó a ponerse nervioso.
-- ¡Ace! ¿Qué ha pasado? ¿Por qué papá parecía tan alterado? ¿Por qué lo llamaron del hospital? ¡Dímelo!
-- ¡No lo sé! ¡Hace unos minutos lo llamaron del hospital y se puso histérico y luego me dijo que se iba a ver a mamá y que me dejaba al cargo tuyo y de Rebecca! ¡Se tanto como tú!
-- ¿A ver a mamá? -- Luffy se sentó a plomo en la cama. -- ¿Le habrá pasado algo? ¡Quizá se ha despertado!
-- Si fuera así no se habría puesto histérico, sino que tiraría cohetes y nos obligaría a ir con él a verla. -- Suspiró Ace desolado. -- Me temo que lo que ha ocurrido es algo malo.
La puerta se abrió de pronto y con un portazo sobresaltándolos.
-- Rebecca me ha llamado pidiéndome que viniera. ¿Qué ha pasado?
-- Sabo... es mamá.
****
Law se encontraba poniendo la mesa con sus primas. Nunca entendería por qué ellos tenían que ser tan ''especiales'' de hacer una segunda cena familiar cuando ya había pasado la noche buena.
Suspiró frustrado mientras ponía los platos y los cubiertos. Su familia era un caso, eso estaba claro.
Había puesto un plato de más porque ya suponía que sabiendo como era Luffy vendría. Algo muy malo le tendría que pasar a ese chiquillo para que decidiera no presentarse aunque su padre se lo negara.
-- ¡Law te están llamando! ¡Coge el móvil! -- Los gritos de Viola le reventaron los tímpanos.
-- ¡No hace falta que me grites que estoy a tu lado! -- Exclamó frustrado! -- ¿Quién es?
-- No lo se la verdad, lo tienes puesto como ''Pequeño Desastre''. -- Soltó una carcajada.
-- ¡Es Luffy! -- Con rapidez casi inhumana le arrebató el móvil y respondió la llamada.
-- ¿Sí?
-- Law.
Ese no era Luffy, se dio cuenta nada más escuchar la voz del muchacho.
-- ¿Ace-ya, pasó algo?
-- Sí, Luffy no puede ir a cenar hoy, te llamaba para avisarte. Ha habido un problema con nuestra madre y es importante.
-- No hay problema. ¿Pero Luffy está bien?
-- Bueeenooo...
-- Vale, no hace falta que me lo expliques. Chao y gracias por avisar.
Colgó la llamada y se sentó en una silla agotado. Si le había pasado algo a la madre de Luffy el chico no estaría bien. Y el hecho de que hubiera sido Ace quien llamó en lugar de su amigo aumentaba su preocupación. Suspiró frustrado mientras veía el plato ahora sobrante.
-- ¿Que quería tu amigo? Si va a venir no se por qué llam...
-- No va a venir Viola.-- La interrumpió secamente mientras se apresuraba a quitar el plato y cubiertos del muchacho.
-- ¿Y eso? ¿Cambió de idea a última hora o es que es tan crío que el padre no le deja venir...?
-- ¡Baby 5 basta! -- Odiaba que la gente se metiera en las conversaciones ajenas y más si era para rezongar de lo que no sabían. -- ¡Luffy no viene porque a su madre le ha pasado algo grave! ¿Ya estás satisfecha con saberlo?
Salió de la sala dando tumbos, con los utensilios inservibles, ante la perpleja mirada de sus primas.
-- Vale, creo que me he pasado. -- Murmuró arrepentida.
-- Yo también lo creo. -- Confirmó su hermana. -- Vamos con él, está claro que no se encuentra bien.
Se apresuraron a salir de la estancia para ir a buscarlo a su cuarto, pues sabían que no estaría en la cocina, ni mucho menos, con los nervios que llevaba.
****
Ace apagó el móvil de su hermano y se asomó a su habitación para apoyarlo en la mesa de estudio.
Miró la cama donde su hermano ya dormía tranquilo arropado por los brazos de su prima. Había sido una larga hora de llanto para él que lo había dejado exhausto.
-- ¿Ya le has dicho a Law que no irá? -- Preguntó entre susurros la pelirosa.
El pecoso asintió con la cabeza.
-- Duerme tú también Rebecca. Sabo y yo nos quedaremos despiertos por si papá llama para darnos alguna noticia.
-- Vale. Pero cualquier cosa me despertáis y me avisais de lo que suceda.
-- Descuida.
Luffy se removió algo incómodo entre sueños, por lo que el mayor se apresuró a salir de la habitación para no despertarlo.
No le gustaba mentir, pero tenía claro que si lo llamaban no le diría nada a la muchacha. Ella también necesitaba dormir.
Fue a su habitación donde se encontró a su hermano de cabellos dorados leyendo un libro para matar el tiempo.
-- ¿Cómo están los chicos? -- Apartó la vista de su lectura para llevarla al recién llegado.
-- Luffy se ha quedado sopa después de tanto llorar y le he dicho a Rebecca que también descanse.
-- Parece que nos vamos a quedar la noche en vela.
-- Que remedio.
Mientras Sabo volvía a su lectura, el pecoso cogió la Nintendo DSI, que tenía abandonada en un cajón, y se puso a jugar al Mario Bros. Todo por hacer algo que lo entretuviera quitándole el sueño.
Una hora más tarde aproximadamente, su móvil empezó a sonar resonando con una canción de Pignoise a todo volumen.
-- ¡Imbécil! ¿Quieres despertar a los demás? ¡Pon el móvil en vibración!
-- ¡Se me olvidó! ¿Vale?
Se apresuró a coger el aparato para ver quien llamaba.
-- Es papá. -- Aclaró ntes de coger la llamada para conseguir la atención de su hermano también.
-- ¡Papá! ¿Cómo va todo? ¿Qué ha pasado al final con mamá? ¿Está bien?
-- Sí, tranquilo. Al parecer tuvo un paro, una recaída, pero finalmente han conseguido estabilizarla, aunque aun no está segura. Los médicos dicen que aun no se ha acabado el peligro por lo que me quedaré aquí el resto de la noche. -- Ace pudo notar la preocupación en sus palabras a pesar de que el hombre trataba de ocultar su nerviosismo. -- Vuestros tíos irán en un rato. ¿Cómo están tus hermanos y tu prima?
-- Bien, Luffy y Rebecca están dormi...
Un fuerte ruido proveniente de fuera interrumpió su conversación. Sabo se incorporó sobresaltado mientras Ace se asomaba al pasillo.
En cuanto vio lo que pasaba tiró el móvil al suelo y se apresuró a detener al sonámbulo de su hermano que ya iba camino de caerse por las escaleras.
Se puso delante del chico obstruyendo su camino y lo sujetó de los hombros de forma afectiva.
-- ¿Luffy a dónde vas? -- Trató de sonar lo más calmado posible para no perturbar su sueño.
Después de tanto tiempo viviendo escenas así, había aprendido que para devolverlo a la cama despertarlo no servía, sino que tenía que seguirle la corriente a su sueño.
-- Yo... ha te hi... los médicos... hay muchos... ha hi... mamá...
-- No hay médicos Luffy, yo me he encargado de echarlos de casa y mamá está bien. Está durmiendo en cama como deberías estar tú. Vamos a la cama.
Lo empujó con cuidado guiándolo de vuelta a su habitación para acto seguido ayudarlo a acostarse. Su prima también estaba profundamente dormida en la misma alcoba por lo que procuró no hacer ruido para no despertarla.
Se apresuró a volver a su cuarto recordando que hasta hace unos minutos estaba hablando con su padre.
Para cuando llegó Sabo ya había colgado la llamada.
-- ¿Qué te dijo?
-- Nada, lo mismo que a ti. Y le expliqué el por qué de tu repentina interrupción.
Ace solo asintió tirándose en su cama exhausto.
-- ¿Quieres dormir un poco? Puedo quedarme yo despierto, total no tengo sueño y el libro está interesante como para dejarlo así. Probablemente me quedaré despierto hasta que lleguen los tíos.
-- La verdad, te lo agradecería muchísimo. Necesito dormir, ya no puedo ni con mi alma.
-- Exagerado. -- Sonrió Sabo mientras apagaba la luz y encendía una pequeña lámpara para alumbrarlo en su lectura.
-- Buenas noches.
-- Hmmm...
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