Capítulo 10: Dispuesto a morir por amor.
Jimin haría cualquier cosa por Yoongi.
Por eso su plan debía completarse hasta lograr lo que siempre soño. Estaba dispuesto a hacer lo que sea por matar a Namjoon y a Seokjin, eso lo tenía muy claro.
Después de meses viviendo con Yoongi descubrió que su obsesión por él no solo era momentánea o porque lo hubiese salvado; Jimin cada día se daba cuenta que había algo raro en su pecho que lo hacía sentir más de lo que debería.
Ver el rostro de Yoongi descansar sobre su pecho cada que iban a la tierra por la noche, causaba un sentimiento de satisfacción y paz, pasaba lo mismo cuando lo miraba a través de la ventana mientras cuidaba de las flores del jardín, le gustaba verlo y saludarlo con una sonrisa esperando ver su reacción.
También descubrió lo bueno que era el sexo mirando fijamente el rostro de Yoongi deleitándose por sus expresiones.
Cada día sus pensamientos se confundían, ¿Realmente estaba haciendo lo correcto? Dejar que Namjoon muriera para que Yoongi se quedara con todo o quizá debía convencerlo de seguir con esa rutina donde por horas iban a la tierra.
No debía ser egoísta, el plan debía continuar hasta que al final obtuvieran su más preciada venganza. No importaba lo que pasará él siempre estaría con Yoongi aunque después no tendrían mucho tiempo para hacer otras cosas pero estaría con él y eso es lo único que importaba.
Jimin colocó un cinturón en su cadera con varios cuchillos que tapó con su camiseta blanca. Se peino el cabello hacia atrás esperando lucir más apuesto y sin duda el resultado que le daba el espejo lo dejaba tan satisfecho.
Sería el gran día en qué Namjoon pagaría y todo saldría a la perfección. Había sido escogido para eso además de que ese demonio merecía sufrir por meterse en lo que no debía.
— ¿Estás listo? — preguntó Yoongi adentrándose a su habitación, Jimin salió de sus pensamientos sonriendo hacia él pálido. Con solo verlo a los ojos su ánimo podía cambiar completamente.
El aliento de Jimin se cortó al ver el elegante traje negro que vestía Yoongi junto con ese chaleco cubriendo su camiseta negra, ajustándose en su abdomen. A veces olvidaba lo atractivo que era y lo mucho que llamaba su atención.
— Sí. Solamente estoy colocando algunos cuchillos. — contestó a la vez que continuaba con su labor ajustando algunas correas a su pecho. — ¿Me veo lindo?
La pregunta fue lanzada con cierta coquetería, parándose frente al pálido espero la normal risa sarcástica con la que siempre respondía cada que intentaba coquetearle. Pero eso no llego.
Yoongi se acercó dos pasos a él quitando toda distancia tomo la cintura de Jimin acercándolo a su cuerpo.
— Siempre te ves hermoso. — las palabras en un bajo murmuró lo hicieron volver a sonreír, pasando sus brazos alrededor del cuello contrario se sintió satisfecho por haber escuchado eso.
— Eso fue muy dulce. Tú también te ves guapo, me gusta como te ves en traje. Eres caliente Yoongi.
No pudo aguantar más, Jimin acercó su boca tomando los labios del pálido. Cerrando sus ojos se encargó de disfrutar las lentas y cortas succiones que hacían temblar sus piernas. Le gustaba tanto cuando era besado de esa manera.
Su cintura fue apretada con fuerza mientras las manos lo acariciaban bajando hasta su cadera.
Yoongi soltó sus labios:
— No dejes que nadie te atrapé, cuídate mucho y si alguien llega a lastimarte solo debes correr a mi. Te protegeré siempre. — sentenció con palabras serias a lo que Jimin solo sonrió negando con la cabeza.
No le gustaba pensar que algo sucedería mal.
— No seas paranoico. Nada malo pasará. — habló intentando relajar el ambiente, negándose a pensar en que algo podria fallar.
— Eso lo sé. Pero aún así quiero darte una advertencia de que no mueras.
Tras un último beso, la mano de Jimin fue tomada siendo arrastrado hasta los brazos de Yoongi quien se encargó de refugiarlo en su pecho, correspondió el abrazo sintiendo una extraña sensación en su pecho.
— Prometo que nada pasará.
Disfrutando esa cercanía, lo abrazo con fuerza escondiendo su rostro contra su cuello rogando que en realidad nada pasará.
El plan estaba yendo a la perfección; Jimin fue recibido en la casa de Namjoon donde fingió haber sido engañado por satanás y estar a punto de morir, él creyó sus palabras invitandolo a pasar además de alegando que con el estaría a salvo.
Solo tenía que hacer un pequeño sacrificio; entregar su cuerpo a Namjoon, dejar que el lo usará.
Jimin sintió tanto asco con solo escucharlo, fingiendo inocencia además de timidez fue como mintió. Siendo llevado a una habitación vacía, cierto miedo se apoderó de su cuerpo aunque sabia con completa confianza que nada pasaría.
— Vamos, solo desnúdate para mí. — la voz a su espalda lo hizo forzar una sonrisa, dando media vuelta llevo una mano hasta su cinturón esperando el momento exacto.
— ¿No es más divertido tener juego previo? No es fácil seducirme — contesto Jimin acercándose un par de pasos a Namjoon fingiendo coquetería, sonriendo cuando se vio correspondido y una mano se poso en su cintura.
— ¿Estás seguro que no eres un angel caído? Tú cuerpo y personalidad no son de este mundo.
— No lo sé. ¿Tan bien me veo? — acercando su mano libre hasta el hombro de Namjoon se aseguro de tomar distraídamente su camiseta. — Aunque sabes algo. Tú no perteneces ni a este ni a ningún otro mundo.
El rostro de Jimin siguió con una sonrisa que hizo confundir a Namjoon quien borro toda expresión de su rostro.
— Nunca me entregaría a un estúpido demonio débil como tú, debiste cuidar mejor en quien confías, ¿No lo crees?
Con coraje enterró la daga en el pecho de Namjoon sintiéndose satisfecho al ver su rostro lleno de dolor junto al grito adolorido al alejarse de él. Jimin solo pudo sonreír, tuvo buena puntería, lo sabía con solo ver al demonio sujetar su pecho que comenzaba a brotar ese extraño líquido negro.
— Lo sabía, estás de lado de ese inútil. Cuando él muera, me encargaré de matarte a tí. — fueron las últimas palabras de Namjoon antes de desaparecer de la habitación dejando a Jimin nervioso por lo que sucedería.
El resto era turno de Yoongi así que debía apresurarse y salir de ese lugar para buscarlo.
Retener a Namjoon fue fácil para Yoongi, estaba herido intentando huir al igual que sus poderes se disminuyeron haciéndolo más débil. Eso le ayudo a poder sujetarlo y volver a enterrar una daga en su brazo.
— ¡¿Crees que esto te hará más poderoso?! Sí padre lo hubiera querido, tú hubieras sido el primer hijo que tuviera todo, pero él vio que eras diferente. Nadie aquí podrá necesitar a un demonio que tiene sentimientos humanos. — explicó con molestia Namjoon sujetando en su mano la herida en su pecho.
— No me importa nada de eso. Solo quiero que mueras. — sentenció Yoongi solo viendo el rostro de dolor y las rodillas del demonio caer al suelo.
— Quizá ahora lo lograste, pero olvidaste proteger a alguien. No creas que te llevarás todo, mereces sufrir Yoongi — las palabras causaron un escalofrío en su cuerpo haciendo erizar su piel e involuntariamente volteo su mirada hacia los lados en busca de Jimin.
Algo se removió en su pecho haciéndole sentir abrumado, ansioso y muy desesperado. No podía perderlo de esa manera por un descuido suyo.
Un agudo grito se escuchó entre el bosque haciendo temblar sus piernas. Golpeando con fuerza a Namjoon en el rostro, metió el cuchillo en su cuello bajando hasta su pecho logrando que quedara inconsciente fue como pudo sacar su alma destruyendo su cuerpo humano y amarrando su alma al infierno absoluto.
Corrió en dirección al grito que había escuchado, sus pasos siendo torpes y sintiendo una abrumadora sensación apresando su pecho. No podía ser posible, no podían tocar a Jimin, no ahora que parecía ser su todo.
Yoongi había esperado tanto por él que encontrarse se sintió como un refrescante atardecer en otoño en la tierra, espero por ese rayo de luz que ahora alumbraba su existencia al punto de hacerlo disfrutar todo.
Descubrió que podía amar y ser amado, no importando cómo era o lo que paso antes con Jimin podía sentir aún sí no tenía sentimientos como cualquier humano; amaba la risa de Jimin al igual que su voz, le gustaba ver sus ojos desaparecer cuando sonreía o cómo escuchaba atento al hablarle, pero sobretodo, le encantaba la manera en que Jimin le hacía ver las cosas e incluso con él vivir en la tierra era una opción que deseaba.
Pero cuando llegó y vio el cuerpo del pelirrosa con ojos llorosos y el cabello desordenado, lo supo.
Jimin se había convertido en una parte importante en su existencia.
Seokjin logró atar a Jimin a un árbol, sus rodillas y manos estaban dañadas con rasguños que expulsaban ese líquido negruzco común en los demonios. Jimin nunca podría con alguien tan fuerte como Seokjin quien sus poderes eran superiores a los de un demonio en proceso de transformación. Se odio tanto por eso que solo podía gritar, porque sabía que la daga enterrada en su pecho acabaría con su alma.
Ninguno contempló que Seokjin pudiera estar ahí y ese fue su error.
— No, no, no. Lo siento Jimin — los ojos de Yoongi se fijaron en los suaves ojos color miel. Jimin no era capaz de soportar el hecho de que su alma moriría sin haber pasado más tiempo con su demonio así que lloró sintiéndose impotente. — No debí dejarte. No quiero dejarte ir así.
Las manos de Yoongi pasaron a sujetar el menton de Jimin, él ruego lastimero hizo erizar su piel.
— Está bien, no hiciste nada mal. Agradezco que me hayas hecho mitad demonio, gracias por bajarme. A pesar de todo fui muy feliz a tú lado todo este tiempo, realmente me divertí en cada momento, ahora quizá tú puedas ser feliz. Tienes lo que siempre quisiste, cumpliste tú propósito y mayor sueño. — musitó entre lágrimas convenciendose de que quizá eso no afectaría al pelinegro, viendo los ojos de Yoongi intento tranquilizarse pero fue imposible.
Algo calaba en el pecho de Jimin con ansiedad por estar en esa situación. Le dolía tanto dejarlo, anhelaba vivir. Seguir descubriendo su mundo y sentirse al límite.
Yoongi desató las cuerdas sujetando entre sus brazos el cuerpo tembloroso de Jimin con sangre brotando de su pecho. Lo cargo entre sus brazos esperando que dejara de llorar, pasmado por la imagen de sintió impotente.
¿De qué servía ser más poderoso y de un rango superior a cualquier demonio si no tendría a Jimin?
Por primera vez desde que Jimin conoció a Yoongi, lo vió llorar, acunar con desespero sus mejillas mientras negaba con la cabeza dejando al descubierto sus hinchados ojos y húmedas mejillas. Sé supone un demonio nunca debía mostrar ninguna emoción humana, eso los hacía ver débiles e inferiores, los hacía perder por total su dignidad, pero a él no le importó.
Yoongi estaba mostrándole un lado desconocido que él pelirrosa quería proteger de todos. No le gustaba ser el causante de esos sentimientos.
— Lo logré pero no te tendré a tí. — la voz de Yoongi sonó quebrada y tan ronca haciendo que temblará aún más, algo parecía rasgarse en su pecho. — Al comienzo solo fuiste un objeto en mi plan, te use y lo acepto pero ahora sé que no podría existir sin tí. Jimin eres mi ángel en medio de todo esto, eres el único que quiso darme felicidad y desmostro genuina preocupación y amor aunque soy un mounstro.
Las lágrimas se detuvieron en los ojos de Jimin, su cuerpo dolía por completo pero se centro en Yoongi. Debía hacer que su último encuentro no fuera tan triste, era la última vez que lo vería, por lo menos tenía que tranquilizarse.
— Entonces haz que reencarne de nuevo, tráeme a tí. Pero está vez haz que sea diferente, aunque quizá la próxima vez deberías morir tú si tanto me quieres. — habló por lo bajo Jimin intentando reír e ignorar el dolor en su pecho — O quizá la próxima vez deberíamos morir los dos, así podremos reencarnar y está vez amarnos de una manera más sana, ¿No lo crees?
— No digas eso, quizá aún pueda marcarte de nuevo y hacer que tú alma vuelva.
— No lo creo, no te esfuerces en algo que no va a funcionar. —mencionó Jimin con lentitud su fuerza parecía disminuir
— Búscame de nuevo, crea un plan para que podamos terminar juntos. Sabes que nada me haría más feliz que estar toda mi existencia a tú lado. Encuentrame, dejame cerca de tí, y cuando recuerde mi pasado te diré que debemos morir los dos.
Jimin acunó entre sus manos el rostro de Yoongi quitando con sus pulgares las lágrimas de las mejillas en un intento de que dejara de llorar.
— ¿Estás muriendote y piensas en volver a morir? Estás loco. Sabes cuánto sufriremos. ¿Y si no logro acerté recordar, deberé morir solo yo? — la pregunta de Yoongi fue acompañada de un puchero que nunca creyó ver en el pálido rostro causando que su pecho se apretara. De nuevo, no quería dejarlo.
— Si no recuerdo nada. Entonces llegará el momento en el que puedamos estar juntos. Quiero reencarnar y estar junto a tí. Haré hasta lo imposible para renacer. — dejando un casto beso en los labios delgados, acaricio su mejilla por última vez. — No importa si sueno como humano, te amo. No importa si todo comenzó de forma extra, te amo. No me importa tu pasado, Yoongi te amo.
Despedirse era doloroso, realmente quería existir más. La vista de Jimin se torno borrosa, sus manos perdieron toda fuerza y su cuerpo parecía liviano; como un sueño borroso del cual debía despertar.
— No, por favor. Quiero existir para tí, no te despidas. — la voz desesperada de Yoongi fue suficiente para que Jimin volviera a llevar su mano hasta su rostro.
— Volveré lo juro. No llores, solamente nos separaremos por un poco tiempo. Debo irme ahora, tienes que soltarme Yoongi.
La extraña opresión en el pecho de Jimin parecía desaparecer con cada segundo, su mente nublandose sin entender lo que sucedía hizo sus ojos cerrarse. Estaba cansado, solo quería dejar de sentir ese dolor punzante.
— Está bien, solo será por esta vez. Prometo encontrarte. — tocando las mejillas de Jimin fue cuando se dió cuenta de la poca consciencia que aún tenía. — Te amo, Jimin. Recuérdalo bien.
Fue lo último que escuchó y tras un suspiro dejo de luchar por su existencia dedicándose a aceptar el destino.
Jimin murió en sus brazos; solo así comprendió que todo lo que antes había querido ahora no le interesaba, Yoongi no quería ser más poderoso, eso no era realmente su deseo.
Solo quería una existencia con Jimin.
Yoongi lloró aceptando que quizá pasarían años para volverlo a ver. Pero sobre todo se juro encontrarlo jurando que la próxima vez sería distinto y si era posible renunciaría a todo solo por él.
Porqué Jimin se volvió el todo de Yoongi al punto de morir por verlo feliz. Ahora solo quedaba aceptar su destino.
The end
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top