27
— No haré eso. Definitivamente no Shadow. — Dijo Scourge, negándose a lo que le pedía el azabache.
— Ya no es necesario que te quedes aquí Scourge, ya no te necesito, puedes irte.
Si bien habían pasado muchos años juntos, le pagaba y por ende era un empleado suyo, ya no lo necesitaba por lo que lo había dejado marcharse, lo mismo pasaba con Manic. Este ultimo aun seguía buscando algunas cosas en el sótano. Scourge se negaba a dejarlo solo en este momento, ¿ porque cuando la policía venia en camino le pedía que lo dejara solo? Se había vuelto loco. Respiro a fondo, observando como él caminaba hasta quedar en frente de la ventana con sus brazos entrelazados detrás de su espalda.
— ¿Por qué quieres que me vaya? — Pregunto. — ¿Por que ahora?
— Estoy agotado. — Respondió sin dejar de mirar el paisaje helado de afuera. — Física y mentalmente, he vivido demasiadas emociones; éxtasis, adrenalina, dolor y miedo. He decidido que ya ha sido suficiente de la vida del sicario prófugo. — Hizo una pausa tomando algo de aire. — Dejare que me apresen.
Estaba, realmente agotado, desde temprana edad había estado huyendo y asesinando por dinero de forma pulcra, cuando había tenido suficiente dinero contrato a su propio guarda espaldas, Scourge, también era un asesino y luego de un tiempo se había convertido en un hermano muy cercano.
Luego llego Erick, lo conoció como un comprador de sus servicios más su relación fue a mayores, él era simplemente encantador; a pesar de que sabia en qué tipo de ambiente se estaba desarrollando toda su relación nunca dejo de ser divertido y atento con respecto a su salud emocional y física. Lo había aceptado completamente.
Más todo se fue por la borda cuando recibió una bala en su nuca durante un enfrentamiento con otro grupo de sicarios que venían a asesinarlos, había sido un golpe tan fuerte que se había olvidado completamente de lo que pasaba a su alrededor, recibió dos apuñaladas en su espalda más sobrevivió gracias a la ayuda de Scourge, quien ante la falta de experiencia había decidido contratar a un medico personal, en ese momento fue cuando Manic llego de Alemania, era joven y algo torpe al principio pero luego tomo confianza. Hasta ese momento su vida se había tornado muy amarga y seria, cada vez hacia más trabajos de mayor demanda, se habían marchado de varios países hasta que se detuvieron en Rusia.
Donde conoció a Sonic. Ya había cumplido con varios trabajos cuando lo conoció, fue algo inesperado la manera en la que lo conoció, puesto que ese día debía estar frente a una universidad por un objetivo aparte. Debido a las bajas temperaturas y el hecho de que no se había abrigado correctamente sus labios se había tornado algo azulados, en ese momento Sonic paso en frente suyo dándose cuenta de lo que sucedía. Ya había perdió la cuenta de las veces se negó en aceptar la bufanda que le ofrecía sin parar, más todo ese tiempo que se la paso negando fue suficiente para simpatizar con él.
Los días próximos solo lo observaba salir de la universidad desde una distancia prudente, más se sorprendió un poco cuando noto que el ojos verdes no fue más a clases, incluso le pregunto a una eriza de color rosa que estaba a veces con él lo que había pasado, pero ella solo le respondió que se había mudado a otra parte de la ciudad, eso le dolió un poco. Mas no se detuvo ahí.
Movió algunos contactos y logro localizar su nueva residencia, continuo observándolo desde lejos, durante dos años, en algunas ocasiones entraba a su habitación por su ventana solo para verlo dormir. No sabia como había llegado a aquella situación, solo sabia una cosa, que lo cuidaría y amaría.
Todo lo que ocurrió después de eso era lo que estaba pasando en este instante mismo.
Volvió al presente, giro sobre sus talones dando cara a su amigo Scourge, quien tenia los ojos enrojecidos por las lágrimas que salían de a poco y caían por su mentón. Solo se acerco lo suficiente y coloco su mano de manera suave sobre su cabeza, revolviendo un poco sus púas, su llanto se intensifico hasta tal punto en el que Manic llego por la puerta, con los ojos igual de enrojecidos. Rodó sus ojos mientras también hacia una seña para que el ojos marrón también se acercara a ellos, inmediatamente lo hizo.
— ¿Escuchaste todo? — Le pregunto a Manic, quien solo asintió, eso le ahorraba un par de palabras. Cuando paso suficiente tiempo se aparto de ambos. — Ya deben irse. Deben estar lejos del perímetro lo más antes posible. Gracias por todo lo que hicieron por mi todos estos años.
No respondieron, puesto que sabían que si lo intentaban empezarían a llorar nuevamente, solo se limitaron a asentir y salir por la puerta de la habitación, dejándolo solo. Observó con un rostro serio como ambos se marchaban en el vehículo que los había traído hasta aquí. Se alejaron de manera rápida, perdiéndose entre el camino de pinos y nieve.
No lo apresarían de forma pacifica, de eso estaba consiente, más cuando era un prófugo a nivel mundial, por supuesto que le darían pena de muerte por todo los asesinatos a sangre fía que había cometido. Pronto vio por la ventana como el cobalto se aproximaba, por supuesto que tendría que volver, no sobrevivía solo en el clima helado y menos cuando ya era de noche. La puerta de la entrada se escucho abrirse desde abajo y luego todo volvió a estar en silencio.
Comenzó a preguntarse si debía ir abajo con el cobalto antes de que todo terminara; Sonic había dejado muy en claro como había terminado todo entre los dos, si es que alguna vez hubo algo claro. Sonrió antes de tomar una bufanda del percherón e ir escaleras abajo. Para cuando llego el cobalto estaba sentado en el sofá grande, frotando sus manos un poco, temblaba débilmente y su labio inferior de había azulado un poco, por supuesto; no había llevado la ropa adecuada para estar afuera.
Se acerco a el por la esposa y de manera rápida envolvió la bufanda en su cuello. El cobalto abrió sus ojos con sorpresa ante la acción de Shadow, puesto que suponía que también se había marchado, mas no fue así. Para este tiempo su rostro serio se había alejado, dejando una expresión neutral además de sorpresa. Giro un copo su cabeza para mirar al azabache, quien tenia una pequeña sonrisa despreocupada en su rostro.
— ¿Como puedes estar tan tranquilo? Te van a apresar — Dijo Sonic, sin borrar su expresión neutral y un poco de sorpresa.
— No tengo por qué hacerlo, he aceptado mi destino y no huiré esta vez. — Rodeo el espaldar del sofá, sentándose a una distancia prudente del cobalto, quien hizo una mueca con sus labios. — Soy completamente consiente de las vida que he arrebatado, y no lo niego.
— Pero, ¿Por que ahora? Llevas años asesinado, ¿Por que entregarte ahora?
— No creo que haya tiempo para responderte Sonic. — Respondió sin más, levantándose del sofá con una pequeña sonrisa, comenzó a caminar hacia la puerta del recibidor a un ritmo lento y pausado. Por alguna razón que no Sonic entendía lo acompaño hasta la puerta. Ni siquiera sabía como se sentía estando a su lado ahora, solo sentía un vacío que era indescriptible. Como si toda la ira que sentía se hubiera esfumado y ahora no sabría que sentirse.
— ¿A donde vas? — Pregunto, mirando su mano sobre el pomo y luego su rostro.
— Ellos están esperando afuera. — Contestó Shadow, en un tono calmado. — La policía esta allá afuera, tienen sus armas cargadas y están esperando que yo salga, todo se acabo Sonic. Eres libre. — Su sonrisa se agrandó mientras sus ojos cristalizados se achicaron un poco.
Sin esperar respuesta del cobalto, abrió la puerta todo lo que pudo, inhalando aire y llevando de manera lenta las manos atrás de su cabeza, comenzó a caminar. En cuanto lo hizo varios cuerpos uniformados se alzaron entre la nieve y los arboles, eran varios. Muchos. Entre los rostro cubiertos pudo reconocer al equidna, el detective.
— Shadow McDermott. — Hablo el equidna, caminado a paso lento hacia el azabache, quien seguía con sus brazos cruzados en su nuca. Su rostro estaba ligeramente enrojecido por el frío al que había estado expuesto, el traje no protegía tanto como debía, aunque eso no le impedía disfrutar de la imagen del azabache enfrente de sus ojos. Rindiéndose. — ¿Donde esta el chico?
— En alguna parte de la casa.
Realmente no sabia que todavía seguía ahí, al otro lado de la puerta, lo más probable es que se hubiera ido a una habitación. O eso suponía.
— ¿Hay alguien más adentro aparte de él?
¿Por qué hacia tantas preguntas? ¿No quería atraparlo y ya, entonces por qué no lo hace y termina todo?
— No. — Respondió, entre dientes. Comenzando a irritarse, toda la tranquilidad se había ido por el caño. Tuvo que resistirse para no mover sus manos y apretar el cuello del equidna. Noto sus ojos quisquillosos sobre él.
— Bien, ¡Sonic, ya puedes salir! — Su grito lo descolocó, la casa no era tan grande como para que tuviera que gritar a tal tono. Pasaron como dos minutos, pero el cobalto nunca salio por la puerta. Eso sorprendió al azabache, puesto que esperaba que saliera en cuanto lo llamaran. Pero no paso. Escucho un suspiro de cansancio por parte del equidna. — No estoy para bromas McDermott. Juro que-
Fue interrumpido cuando la imagen del cobalto apareciendo por la entrada se hizo presente, inmediatamente el equidna miro su rostro, serio y con ojeras, sin contar la cortadura que tenia en su rostro, aun tenia algo de sangre seca. Hizo una seña con su mano a uno de los oficiales a sus espaldas, de inmediato uno se acerco con una sabana térmica, la cual tomo y la coloco con cuidado sobre sus hombros. Por su parte el azabache observa en silencio con sus ojos oscurecidos, sintiendo como sus muñecas eran rodeadas por la esposas que el mismo oficial que había traído la sabana le había puesto.
— Camine. — Comenzó a ser escoltado por varios oficiales con las armas empuñadas.
— Señor Sonic. — Llamo el equidna, ganando su atención de inmediato. Parecía perdido, como si nada de esto estuviera ocurriendo. — Lo llevaremos primero a un hospital para que revisen sus heridas, luego sera llevado a juicio para que testifique contra Shadow McDermott, ¿Entendió lo que acabo de decir?
Mantuvo su mirada perdida y su expresión sería en un solo punto mientras susurraba a modo de afirmación. Sin mediar más palabras el equidna lo guió hasta un vehículo que había llegado hace poco, pasaron junto al camión brindado donde estaba el azabache, siendo ahora esposado con grilletes en las manos e incluso dos más en sus tobillos, como un verdadero animal. No dijo nada, ni él tampoco, solo siguió de largo.
En cuanto el vehículo arranco dejo espaciar un pesado suspiro, creando una ligera niebla en su rostro debido a la temperatura. Todo había acabado. Volvería a su vida como un ciudadano normal, claro, debería ir a un psicólogo para hablar y ser tratado sobre todo lo que había visto y pasado, pero volvería.
— De ahora en adelante podrá volver a nacer Señor. — Comento un oficial que lo acompañaba en el asiento trasero, parecía bastante joven para un trabajo como este. — Empezara desde cero.
Dibujo una sonrisa en su rostro cortado.
— Por supuesto que si.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top