21
Había sido un día tranquilo para Sonic. Demasiado. Y eso le incomodaba y asustaba pues significaba que el azabache tramaba algo.
Mientras una parte de sus pensamientos se imaginaba lo que él haría la otra se concentraba en no cortarse con el afilado cuchillo, podría herirlo con el cuchillo pero no podía puesto que el azabache tenía unos sentidos muy bien desarrollados, le era difícil tomarlo por sorpresa. Pequeñas lágrimas empezaron a caer por sus mejillas, jamás saldría de aquí.
Secó sus lágrimas con las manos y continuó cortando papas, una vez todas peladas las arrojó en una olla con agua, tardarían un rato en ablandarse. Dejo todo en su sitio y se sentó en uno de los grandes muebles que había en la sala, su casa era bastante grande; un sótano, cuatro habitaciones en planta alta, cada uno con un baño incluido, cocina y con un comedor incluido junto con una gran mesa para seis personas. Demasiado grande para su gusto si se lo preguntaban.
Suspiro desganado, miraba por la ventana que daba a la acera, siempre estaba vacía, no pasaría una persona a la cual pedirle ayuda por el hecho de que era una propiedad privada. La única persona que había visto cruzar por la calle era un erizo de color verde, ni siquiera miraba en su dirección. Era frustrante todo esto, se sentía como aquella princesa que fue encerrada en una torre aislada de los demás.
- ¿Sonic? - Giró su cabeza cuando escucho la voz de su captor, estaba de pia al final de las escaleras con un bolso al costado de su cuerpo, parecía pesado. - Escucha. Debo salir esta noche para resolver un asunto, alguien en quien confío se quedará contigo hasta que vuelva. - Lo miro con atención, nunca lo había dejado con alguien más, nunca se apartaba de su lado en pocas palabras. Se acercó hasta quedar enfrente de él, lo tomó con delicadeza por el mentón y deposito un beso cato sobre sus labios algo resecos, por supuesto le correspondió con obligación. No le gustaba nada la sonrisa que había en su rostro, era la misma sonrisa que tenía cuando asesinó a sangre fría a aquella mujer en su casa, volvió a hablar:
- Volveré en la madrugada, no me esperes despierto. - Se alejó y comenzó a caminar hacia la puerta de salida, donde rápidamente introdujo un código especial en el tablero de seguridad que había junto a la puerta, no le dio oportunidad al cobalto para ver qué números presionaba como era predecible, en el momento en el que abrió la puerta una brisa helada invadió el lugar, haciendo que los ojos Sonic se cristalizaran.
Cuando la puerta se volvió a cerrar se desplomo de espaldas al sofá, conteniendo su llanto y transformándolo en leves espasmos, pero no tuvo mucho tiempo antes de que la puerta se abriera una vez más mostrando la imagen de aquel erizo de color verde que una vez había visto cruzando por enfrente de la casa. Llevaba una camisa negra y debajo de una chaqueta negra.Le sonrió con amabilidad y hablo:
— Hey, tu debes ser Sonic. — Saludo, mostrando una sonrisa. — Mi nombre es Scourge y por esta noche seré tu "cuidador" — Hizo comillas con sus dedos mostrando una expresión minúscula de fastidio, puesto que su amigo Shadow le había avisado tarde, como siempre, interrumpiendo su diversión con una linda rubia. Bufo molesto para sus pensamientos.
Miro con más detalle al cobalto, llevaba unas bermudas y un suéter color crema, su rostro tenia pequeñas ojeras y en su cuello habían pequeños moretones con la marca de unos dientes alrededor de estos. «Eres un salvaje Shadow» Pensó, arrugando su nariz y aparto la vista de su cuello, se concentro en no hacer que este tiempo no se volviera incomodo para los dos.
— ¿Ya cenaste? — El cobalto abrió sus ojos de golpe. Lo había olvidado por completo, corrió hasta la cocina y apago la hornilla retirando la olla de esta, cuando la abrió suspiro aliviado, pues había pensado que se había quemado lo que se convertiría en puré. — Supongo que eso era un no.
— Perdón, estaba distraído, ¿Quiere agua o algo? — Sonrió un poco mientras seguía moviéndose en la cocina, realmente esperaba que quien fuera a venir tuviera una imagen de matón y siempre lo estuviera siguiendo literalmente como su sombra, pero, no fue así, al menos tendría con quien hablar sobre algo.
— Preferiría que me tutearas¹, me haces sentir como un viejo el cual no soy. — Comento, sentándose en uno de los bancos que estaban en frente del mesón que daba a la cocina, apoyo la cabeza sobre su palma. Pronto recibió al frente un vaso lleno de agua. — ¿Y que haces para no aburrirte en este lugar tan grande?
— Usualmente solo leo los diccionarios que hay en los estantes del pasillo. — Respondió sin mirarle, pues tenia la cara roja por haber pensado la respuesta a más profundidad, solo leía cuando Shadow no estaba encima de él teniendo sexo o con sus raros tratos como los del collar del otro día. Por supuesto que no le diría eso.
— ¿Diccionarios? ¿Acaso ese gruñón no te enseño el cuarto de juegos? — Pregunto incrédulo. Recibió una negación y una mirada de extraño por parte del cobalto, nunca le había mencionado tal cuarto. — Te llevare, apaga la estufa, no quiero ahogarme en humo.
Hizo lo que dijo y comenzó a seguirlo escaleras arriba, entraron al pasillos en el cual estaban las habitaciones y se detuvieron en una puerta especifica, era de madera también oscura, el ojos carmín le había ficho que era el cuarto donde solía guardar los cambios de las sabanas, no un cuarto de juegos. Lo miro dudoso.
— Shadow es un poco celoso con esta habitación, no la habré al menos de que quiera ganar una apuesta o arreglar una disputa con las cartas. — Hablo el verdoso mientras buscaba algo entre la estantería al final del pasillo, sonrió victorioso cuando lo encontró. Volvió al lado de Sonic con una llave entre sus manos, quito el seguro luego de dos vueltas y empujo sin mucho esfuerzo la puerta, dando paso a una habitación tan grande como las demás.
A diferencia de las demás, esta tenía un sobre piso el cual se tenia acceso por medio de unos escalones también de madera, en el sobre piso habían tres repisas más grandes que la del pasillo llenas a rebosar de libros. En la parte inferior al sobre piso había una mesa de billar, solo una vez había jugado tal juego y término perdiendo, el tono de las paredes era un morado opaco claro junto con varios cuadros con países pintados.
Pronto el ojos azules camino hasta quedar en frente de una mesa con cuatro sillas de madera, se sorprendió un poco al notar que la madera de estas era clara y no oscura como todo lo demás en el lugar. Imito su acción cuando este se sentó y abrió una gaveta por debajo de la mesa, se escuchaba como movía cosas, pronto sonrió.
— Supongo que eres malo en el juego de cartas; poker y eso, ¿No? — Asintió ante su pregunta. — ¿Has jugado Uno¹ alguna vez? — Saco un maso de barajas. No espero a que respondiera cuando volvió a continuar: — Es muy fácil, a cada jugador se le dan siete cartas salteadas y el que se libre de todas sus cartas antes que el otro gana. Hay cartas especiales que te ayuda a retrasar a tu rival, ya sea cambiando el turno, haciendo que pierda el turno o haciendo que tome más cartas del maso.
No dejo de sonreír mientras barajaba las cartas, era hábil en lo que hacia, pronto le extendió siete cartas sobre la mesa hacia él. Las tomo con cuidado entre sus manos: — ¿Cual es tu carta más alta?
— Seis.
— Tengo un ocho, empiezo. — Coloco una carta con el número ocho sobre la mesa, era de color azul. — Si tienes una carta con el mismo numero pero de diferente color puedes usarla para cambiar el color a tu favor, siempre hay que ser astuto en este juego.
Y así pasaron dos horas, en las cuales el cobalto había perdido más de tres veces contra el ojos azules, él por su parte solo le aconsejaba sobre algunos jugadas que podía hacer o simplemente se reía. Para cuando pasaron por completo aquellas dos horas bajaron a la cocina ya que sus estómagos rugían, tuvo que calentar nuevamente el puré que había dejado en la olla, pero no le molestaba. Cuando Scourge termino agradeció la comida y noto que Sonic se tambaleaba en su silla por el sueño, sentía que en cualquier momento caería de cara sobre el puré.
Lo guió hasta su habitación, que también era del azabache y lo recostó sobre la cama matrimonial, balbuceo algo y finalmente cayo dormido. Cuando el verdoso estuvo fuera de la habitación, en el pasillo, miro el reloj que estaba colgado sobre la pared, cayendo en cuenta de que eran casi la una de la madrugada. Miro su teléfono con el ceño fruncido, sorprendido ante el hecho de que su amigo no le hubiera escrito u llamado, pero sabia como era él, habían veces en las que avisaba y otras en las que no. Suspiro tronando su cuello y bajo hasta la sala, apagando todas las luces y finalmente lanzándose sobre el sofá enorme que había en el recibidor.
Pronto cayo dormido por las caricias de los cojines hechos de terciopelo.
-
-
-
Para cuando fueron pasadas las tres de la madrugada un escalofrío recorrió su cuerpo, despertándolo y haciendo que se incorporara en el sofá lentamente, desenfundó el arma que estaba bajo se chaqueta cuando se dio cuenta de que la puerta de entrada estaba abierta levemente. Comenzó a pesar: Si hubiera sido Shadow ya le abría echado agua helada encima, por otro lado, no podría haber sido el cobalto, ya que como Shadow le había explicado, este dormía todas las horas corridas hasta la mañana.
Se acerco a la puerta, cerrándola de la manera más silenciosa que podía. Cuando tomo el pomo algo humedeció su mano, podría haber visto que era si las luces estuvieran encendidas pero no lo haría, por precaución, acercó su mano hasta su rostro oliendo la. Tantos años de hacer trabajos sucios le habían otorgado la manera de direfencias cosas por su olor, y eso, era sangre.
— ¿Qué demonios pasa aquí? — Giro sobre su cuerpo y camino de manera algo apresurada hasta el piso superior, notaba las manchas oscuras corridas por toda la pared derecha del pasillo. Terminaban sobre la puerta de la habitación en donde estaba el cobalto.
Abrió con arma en mano la puerta y busco la figura del cobalto bajo las sabanas, se sintió aliviado cuando comprobó que estaba ahí. Se giro de golpe cuando escucho un quejido, casi aprieta el gatillo en el proceso. Dio con los ojos carmín de su amigo, se encontraba sentado sobre la ventana abierta de par en par.
— Carajo Shadow, casi te disparo. — Se quejo, en voz baja mientras caminaba hasta el mencionado.
— Heh, si perdón por eso. — Su voz se notaba más apagada que de costumbre. — Es solo que como estabas dormido... No quise despertarte.
Lo miro confundido. En su vida había escuchado una acción considerada hacia su persona por parte del azabache. Lo miro de arriba hacia abajo buscando algo que estuviera diferente en él, pronto las imágenes de la sangre el pomo y la padre rondaron por su mente, lo miro una vez más, solo que esta vez sus ojos se detuvieron en su abdomen. Sus manos estaban cruzadas una sobre la otra, se notaba que estaba haciendo presión, aparto de un jalón sus manos, ni siquiera opuso resistencia o se quejo por su acción, cuando miro más de cerca en la oscuridad noto como una mancha oscura se formaba en su ropa. Abrió sus ojos con preocupación.
— Hombre estas herido. — Lo tomo del brazo, no sentía el calor en su piel. — Debo llevarte con el medico ahora, levantate.
En cuanto lo jalo para que se pusiera de pie el azabache se dispuso a quejarse, pero antes de que lograra su comedido se desplomo sobre el suelo en un ruido seco. Inmediatamente el ojos azules se acerco hasta él, solo que esta vez vio como un delgado hilo de sangre se deslizaba sobre el suelo de madera.
Sus ojos se fijaron con más preocupación sobre el erizo inconsciente sobre el suelo antes de llame con su teléfono a alguien más, ni de broma podría cargarlo hasta el auto. Luego de dos tonos atendieron al otro lado de la linea.
— Manic, ven a casa de Shadow, esta herido.
-
-
-
1) Tutear: Llamar a un desconocido o a alguien mayor por "Tu" en vez de "Usted/Señor(a)".
Que conste que me agrada Scourge. 🌚
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top