Capítulo 8

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UNA HÉROE

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El pelinegro continuaba sin tener rastro de su hija, y lo peor era que no había gente en el lugar como para preguntar. Su respiración era irregular por tanto correr y sin dar a su pequeña hija, quien sabe donde podría estar. 

—Lo arruiné— Se dijo con culpa. Aizawa estaba resguardado bajo la copa de un árbol, su ropa negra estaba totalmente empapada y lo único que podía hacer era sacar su móvil para llamar a su amigo de confianza. 

Mientras esperaba a que el otro lado tomara la llamada, observó el graznido de unos cuervos que volaban bajo la lluvia. 

Esto no le daba una buena espina.

—¿Shota?— La voz del otro lado salía preocupada, era raro que el pelinegro le llamara durante un fin de semana. 

—Perdí a mi hija—Fue lo único que salió por su boca. 

La bocina del camión que iba en dirección a la pequeña niña hacia eco en el ambiente, una que otra persona gritó al ver como alguien se lanzó para empujar al pequeño cuerpo parado en la calle. 

Las hojas estaban completamente mojadas sobre el pavimento de la calle, el camión se escapó de la escena dejando a una chica de cabellera castaña tirada en un costado mientras abrazaba con fuerza el cuerpo indefenso de una peliblanca. 

La gente que logró ver el accidente comenzó a llamar a las ambulancias con desespero al ver un rastro de sangre bajar por la cabeza de aquella mujer mojada. La peliblanca al rato del impacto abrió sus ojos rojos y las cosas se veían un poco borrosas, su cuerpo estaba mojado y aprisionado, por lo cual comenzó a desesperarse para liberarse. 

Pero la pequeña detuvo sus movimientos bruscos al notar que en su mano tenía una mancha de sangre. Eri observó que estaba en tirada en la calle y el cuerpo de una mujer la abrazaba con fuerza como si su vida dependiera de ello. 

—La niña ha despertado—Habló un ciudadano que pasó por ahí y observaba todo lo que ocurría.

—¡Llamen a la ambulancia!— Decía una señora.

—¡Dice que está en camino!—El montón de personas no podían mover el cuerpo de la mujer y la niña por miedo de lastimar o agrandar la herida. 

Eri comenzó a temblar con miedo y sus lágrimas comenzaban a bajar por sus mejillas. Su corazón latía con fuerza con el hecho de pensar que casi muere atropellada por un camión, pero que esa extraña la había salvado. 

—Tran...quila— Eri subió su mirada llorosa a la mujer que lentamente abría sus ojos y movía su boca despacio— Todo... estará bien... porque estoy aquí—La pequeña abrió sus ojos con ese brillo de esperanza y se aferró a la ropa de la mujer mientras que ella hacía lo posible para confortarla  un abrazo, aunque esto provocara un dolor insoportable. 

Ella lo haría porque ahora esa criatura lo necesitaba. 

Lentamente la mujer comenzó a levantarse del suelo, y la gente miraba sorprendida de la resistencia de la castaña. Su brazo derecho a pesar que lucía mal, logró levantar a la pequeña que había parado de llorar y no soltaba el agarre. 

—¡No se mueva! ¡Puede caerse y golpearse!—Hablaban las personas desesperadas al no saber que haría la joven señorita. 

Entre el público presente, una cabellera peliverde asomaba curiosamente su mirada al problema, pero sus pupilas se achicaron al ver quien era. 

—¡KARIN!— El peliverde se movió entre la gente y dejó caer el paraguas azul que cargaba, este corrió para sostener a la chica quien cargaba a una pequeña peliblanca—¿¡Qué ocurrió?!—Preguntó desesperado a la multitud.

—Un camión casi atropella a esa niña y la mujer la salvó— Izuku aferraba el cuerpo frío de la castaña por los hombros y se aseguraba de tomar a la niña aferrada a sus brazos.

Pero como si fuera de un milagro, una mano jaló la camisa del pecoso y tiro de ella un poco fuerte, Izuku y la gente miraba atentos a la chica quien lucía como cualquier persona, a diferencia que tenía el ceño fruncido y una gran mancha de sangre bajar por un costado de su frente. 

—¡No grites Izuku!— La chica con su brazo menos lastimado golpeó al pecoso y continuó regañando—¡Es que acaso no vez que la pequeña está asustada!— 

Tanto como el peliverde como la gente reunida en la acera tenían una cara de poker face, no tenía ni idea que la mujer fuera así de fuerte. 

—Maldita sea, estoy empapada y me duele la cabeza—La mujer con ese aura de enojo caminó hasta agacharse y tomar el paraguas de Izuku y girarse para verlo— ¿Te vas a quedar ahí parado?—Habló con cierta molestia y el chico caminó rígido hasta ella. 

"La novia de ese chico es fuerte" fue el pensamiento colectivo del montón de personas que vieron toda esa escena y mientras que la chica se entendía que el pecoso cargara a la niña por ella.

"Ella no es mi novia" Fue la respuesta de Izuku mientras escuchaba todo el enfado que tenía acumulado la castaña de fuerte temperamento. 

—¡Ese maldito camión me las pagará!— El chico solo asentía a lo que decía la más baja para calmarla. 

"Definitivamente es su novia" Volvieron a pensar la multitud que lentamente se disipaba

"¡Que no!" Izuku lloraba internamente por el hecho de no cambiar su figura pública, aunque más en el fondo se sentía bien decir eso. 

—¡Me estás escuchando!— Exclamó nuestra protagonista quien levantaba ambos brazos, pero uno le dio una fuerte punzada al igual que en su cabeza— Mierda— se quejó en susurros mientras que con su brazo bueno sujetaba el lastimado. 

—Creo que Kacchan es mala influencia—Habló el peliverde. Este cargaba a la niña con su brazo izquierdo mientras que con el derecho sostenía el paraguas— Debes tener más cuidado, Karin—Esta vez era el turno de regañar a la castaña.

—No pude evitarlo, esa niña iba a ser atropellada y yo debía salvarla—Hablaba en modo de defensa, pero el pecoso solo soltó un suspiro— ¿Estás enojado?—Preguntó ya estando más calmada.

—No—Dijo cortante el pecoso quien giró en la esquina junto con la chica. 

—Si lo estás, no me mientas— Dijo con un poco de gracia— Vamos Izu, no te enojes— Comenzó a picar el fuerte brazo que sostenía el paraguas con su mano izquierda, pero repentinamente el pecoso se detuvo.

—No trates todo esto a la ligera— El pecoso procuró no levantar tanto la voz por la peliblanca en sus brazos— Si no fuera por esa extraña resistencia que tienes, hubieras muerto—Definitivamente estaba enfadado, pensó Karin. 

Pero en realidad estaba dolido. Si algo le llegaba a pasar, él no sabría como reaccionar, el simple hecho de perderla. . . Era su peor pesadilla.

—Izuku, estaré bien—Dijo ella con una sonrisa, a pesar de estar sucia, golpeada y con una enorme mancha de sangre a mitad de su frente. Aquella sonrisa era la más hermosa de todas, era cálida. 

Ambos continuaron su lenta caminata, (esto era por culpa de la castaña que también se lastimó el pie izquierdo) bajo aquella lluvia de verano. 




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¡Hola!

ESTOY SUPER EMOCIONADA POR ESTE CAPÍTULO (IZUKU ES UN AMOR!!!) Ya me calmo. En verdad estoy con una sonrisa boba luego de terminar este cap, aunque pensé que todo el drama y la tensión fue cortada absurdamente, creo que es el toque que más me encantó. 

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Este es un pequeño extra para presentar la imagen de la prota.

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@creditos al autor de la imagen


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