Capítulo 14

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EL MUNDO ES PEQUEÑO

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Dentro de su clase, los niños estaban felizmente compartieron su refrigerio dentro del salón. En la mesa de nuestra albina favorita, se encontraba varios niños quienes conversaban acerca de su comida.

—¡Mamá me puso una porción de manzanita!— Dijo una niña de coletas y rosadas mejillas.

—Mi mamá me colocó más tempuras— Dijo un niño de cabello azulado profundo mientras se acomodaba sus lentes—¿Y a ti que te mandaron, Eri-chan?

—Papá me colocó más salchichas de pulpito— Dijo orgullosa la peliblanca. 

—¿Tu papá hace tu comida?— Dijo la niña de coletas con una expresión rara— ¿Y tu mamá?

—Ah... yo— 

La peliblanca tenía una expresión algo incómoda, ya que no sabía que exactamente responder. Si bien es cierto, su papá le contó que tiene mamá pero... ella no la puede ver... 

Era difícil contestar...

—¡Eri-chan!— La voz de su maestro llamó la atención a la mesita en donde estaba la peliblanca—Tienes una visita— Dijo el radiante joven maestro. 

—¡Sí Mirio-sensei!— La pequeña se sintió aliviada y no dudó en salir corriendo hasta llegar con el mayor y acompañarlo. 

Al llegar a la oficina de maestros, la peliblanca pudo reconocer la espalda de su padre y no dudo en ir corriendo hacia él. 

—¡Papi!— Aizawa se giró para luego sonreír aliviado. 

—Hola pequeña—Dijo una vez que la tuvo entre sus brazos y la levantó del suelo.

—¿Papi qué haces aquí?— Dijo curiosa la de ojos rubíes, pero un carraspeo de garganta hizo que ambos prestaran atención al verdadero encargado del parvulario. 

—Emm- em, esto, Aizawa-san... si- si podría firmar este permiso de salida...— El pelinegro bajó a su hija a la vez que su maestro le pedía que vaya al salón por sus cosas. 

La niña asintió con emoción y fue corriendo hacia el mismo. 

Una vez que los adultos estaban solos, Aizawa cambió su gesto paternal y cariñoso a su habitual rostro amargado y nada expresivo. 

—Amaijiki-sensei—

—N-no, no me llame sensei. Aizawa-sensei— Dijo avergonzado el de cabellos azules profundo— No puedo dejar que usted me llame maestro— La carcajada de Mirio se escuchó en toda la habitación—¡Mirio!

—Lo siento, lo siento—Se escusó el rubio de ojos azules—Es que es muy divertido verte actuar muy formal, Tamaki—Mirio terminó por caminar hasta el nervioso peliazul y agacharse un poco para darle un beso en su mejilla. 

Esto hizo que se volviera muchísimo más rojo y nervioso. 

—¿Podrían dejar de actuar melosamente?— Dijo el mayor mientras soltaba un suspiro— Tengo algo bastante serio que decirle a ambos— Los rostro de los maestros de parvulario cambiaron—En verdad necesitaba un favor de ustedes... y es pedirles que no dejen que Eri se acerque a otro adulto que no sea Yamada, Hayama o mi persona.

—¿Puedo preguntar el motivo?— Dijo el tutor de Eri.

—Les diré los detalles más adelante— La expresión de Aizawa no dejaba duda en los jóvenes maestros, quienes aceptaron la condición por ahora. 

La pequeña abrió la puerta y su brillante expresión le regresó al pelinegro una calma momentánea. 

—Gracias Amajiki-sensei— El peliazul volvió a actuar como siempre. 

Aizawa se agachó para cargar en brazos a la peliblanca y marcharse, ya que de paso no podía demorarse tanto. 

Ya alguien muy testaruda le esperaba fuera de la escuelita. 

Mirio acompañó a la familia Aizawa hasta la salida, pero el rubio vio a una muchacha que de algún lado le parecía conocida. 

—Ya era hora, Aizawa-san— Antes que el rubio dijera algo, la pequeña que se removía entre los brazos del pelinegro le ganó.

—¡Karin-neechan!— La albina estiró los brazos a la castaña de coleta alta, el adulto suspiró pesadamente mientras le pasaba la niña a la acosadora y necia Masato. 

—Eres tú, Karin-chan— Dijo el rubio mientras se asomaba detrás del pelinegro— No me lo creo— Dijo con su brillante sonrisa.

Frente los ojos de Mirio, estaba la imagen idealizada para su solitario y amargado ex-maestro. Karin cargando a Eri mientras el adulto tomaba las cosas de la pequeña para ponerlas dentro del taxi. 

Se veían como una pareja.

—¿Mirio-senpai?— El ojiazul regresó a la realidad y la castaña le sonrió de vuelta—¡Ha pasado mucho tiempo!

—Esperen, ustedes se conocen— Dijo el pelinegro metiéndose en la conversación.

—¡Claro que sí!— Contestó llena de energía.

—Ella fue mi kohai en preparatoria— 

—Y no solo eso... ¿Qué será de la vida de Tamaki-senpai y Nejire-senpai?— Dijo la castaña pero el rubio alzó su pulgar y señaló dentro del parvulario.

—Tamaki y Nejire están adentro. Nosotros tres creamos este parvulario—Dijo feliz el rubio mientras que la chica le devolvía la sonría.

—¿Karin-neechan ya conocía a Mirio-sensei?—Preguntó curiosa la ojirubí en brazos de la castaña.

—Síp— Pero un carraspeo del pelinegro interrumpió el momento.

—En otro momento se ponen al día— Dijo con molestia mientras sujetaba las demás cosas.

—¡Es cierto!— Dijo la castaña mientras se apartaba un poco de la valla de la escuelita— Conversaremos en otro rato Mirio-senpai— Y sin más la castaña se apresuró para alcanzar a Aizawa junto con Eri en brazos. 

El rubio se quedó mirando la escena un poco más hasta que ellos tres se perdieron en el horizonte. 

—¿Todo bien Mirio?— Preguntó el amor de su vida. El rubio se giró hacia su tierno novio quien lo miraba algo preocupado.

—¡Todo bien!— Dijo con su usual energía—Me reencontré con Karin, nuestra kohai. ¿La recuerdas Tamaki?—El peliazul asintió.

Cómo no la iba a recordar, fue gracias a ella y Nejire que fue capaz de confesar sus sentimientos hacia Mirio luego de graduarse. 

—¿Y por qué estas todavía aquí?— El rubio pasó su brazo por encima de los hombros de su pareja y ambos comenzaron a caminar hacia dentro.

—Bueno, ella vino con Aizawa-sensei y no creerás la buena química que tienen ambos— 

—¿Quiénes?— Como era típico, Nejire salió de la nada provocando que Tamaki se asustara—¿De quiénes hablan Mirio, Tamaki?— Sus ojos brillantes como el cielo buscaban respuestas.

—De Karin-chan y Aizawa-sensei—

—Ah! Y yo pensé que Aizawa-sensei era novio de Yamada-sensei— Comentó luego de un rato, la joven de cabellos celestes. Así los tres terminaron por conversar lo que duraba de recreo.



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Hola

*Le pegan por no actualizar desde Diciembre del año pasado*

Perdón, perdón.

Otra cosa, yo apoyo mi shipp Miritama porque ambos son bellísimos y no pueden negármelo. Así que deben aguantar la interacción de estos dos UwU

Gracias por leer todo esto. 

Sin nada más que agregar, 

me despido.

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