Capítulo 13

***

CORRE PELIGRO

***


Minutos antes de una tragedia. 

Sí, exactamente una tragedia. Aizawa se encontraba disfrutando de otra taza de café durante su jornada de trabajo matutino, pero tuvo la llegada de unos de sus estudiantes más destacados en su materia.

—Hola Aizawa-sensei— Contestó en aquel tono aburrido y cansado. 

—Shinsou. ¿En que puedo ayudarte?— Dijo el mayor con el mismo tono, si no fuera por la diferencia de color de cabello, diríamos que son dos gotas de agua.

—Tengo una duda en la parte de completar un análisis acerca de este autor sensei...— Ambos charlaron un poco y finalmente el joven pelimorado aclaró su duda.

Se despidió con mucho respeto y el joven se marchó. Aizawa revisó su reloj que daba ya las 10:30 am, supuso que su hija debía estar en recreo en su guardería. Una pequeña sonrisa se esbozó en el rostro cansado de Aizawa, pero sintió la vibración en su bolsillo, algo raro para él porque no suele recibir muchos mensajes. 

"¿Quién podrá ser?" Pensó mientras desbloqueaba el teléfono y observaba que era un mensaje de texto, algo demasiado sospechoso para la época que está viviendo. Abrió aquel mensaje, pero sus ojos se abrieron con sorpresa. 

"Lo siento, pero él se enteró" 

La mente del pelinegro trabajó con rapidez y la única opción que saltó de manera pronta fue una sola persona. 

"Ella" 

Se levantó como un resorte de su silla, cosa que asustó a algunos de los docentes presentes. Aizawa recogió su maletín y el saco que usualmente usaba para dar clases. 

—Jonoka-san, por favor avise al delegado de la clase 2-A que no tendré clases con ellos—Una de las más jóvenes maestras solo asintió, pero el pelinegro no le dio tiempo para que le preguntase algo, ahora la vida de alguien estaba corriendo peligro. 

Al momento de abrir la puerta, no se esperó que Shinsou, Midoriya, Todoroki y la chica que salvó a su pequeña y que lo había golpeado estaban parados estorbando la salida. 

—¡Oh, Aizawa-sensei!— "Es un mal momento" quiso advertir al muchacho de pecas que deseaba hablar con él, pero no tenía tiempo. 

Midoriya insitió e insistió para que el pelinegro le diera una oportunidad a su "amiga" para que hablara con él, hasta lo había sujetado. Para Aizawa esto le iba a quitar tiempo por lo cual se separó bruscamente del agarre de su ex-alumno.

—Ahora no Midoriya—Y nuevamente emprendió su camino hacia las afueras de la Universidad. 


Aizawa se encontraba preocupado y mensajeó varias veces hacia el número desconocido que le envió aquel mensaje, pero con el pasar de los minutos y su agitada carrera no daba resultado. Parado en la acera decidió llamar al número, solo esperaba que las sospechas que crecían más y más en su interior fueran mentiras. 

Solo simples mentiras. 

O una broma de mal gusto. 

Al tercer intento la llamada comenzó a tener conexión y en su mente se repetia varias veces "rápido, rápido, rápido". El pitido y el sonido de alguien tomando la llamada lo esperanzaron y decidió contestar de manera desesperada. 

—¡Eres tú!— Al otro lado se escuchaba la agitada respiración de alguien y como ligeros quejidos de alguien que debe estar soportando dolor se escuchaba claramente. 

—N-no, no tengo mucho tiempo Aizawa-san. Eri, Eri está en peligro, él se entero de su existencia—La voz de aquella mujer estaba quebrada y amparando el miedo que invadía su ser, se podría decir que sus labios temblaban por la manera que soltaba cada palabra. 

—¿Dime quien te está amenazando?— Comentó de manera seria, decidió confiar en la madre biológica de su hija.

—Overhaul...—Pero antes de que pudiera preguntar algo más que el nombre clave, se escuchó claramente como el teléfono se caía al suelo de manera estruendosa y que al fondo se escuchaba sonidos bruscos. 

Aizawa apretó su mandíbula al sentir toda la impotencia de poder ayudar a la pobre mujer al otro lado, pero era mejor cerrar primero la llamada. Cerró sus ojos por un momento y en su mente se podía formar el peor escenarios de todos. 

Separarse de su hija y que sea llevaba por malas personas. 

—¿Aizawa.. Se encuentra bien?— El suave tono de una voz junto a la palmadita sobre su brazo derecho provocó que el hombre abriera sus ojos y mirada confundido a la figura de una chica de cabello castaño recogido en una coleta alta—¿Está todo bien?— Repitió nuevamente junto a su expresión preocupada. 

Ella le había seguido hasta la salida y aguardó a que su llamada terminara para poder tomar algo de su tiempo. Pero lo que Karin no pensó es que ahora el pelinegro se encontrara estresado y a causa de ello su mal genio lo estaba dominando.

—No es su asunto y no me llames tan a la ligera—Decidió caminar en dirección a la estación de trenes, pues ahora su prioridad era llegar a la guardería de Eri y dejarla en un lugar más seguro, además de tener que contactar con algunos contactos para saber más del tal Overhaul. 

Pero la castaña de brillosos ojos verdes insistía y fue tras el pelinegro. Ella sabía que el adulto necesitaba ayuda y suponía que debía ser sobre su hija. 

—¡Espere Aizawa! ¿Necesita ayuda? ¿Es sobre Eri? ¿Algo le pasó?— La muchacha no sabía lo que era espacio personal y tampoco cuando es el mejor momento para preguntar. 

—He dicho que no es su asunto— Karin rechistó y se regañó a si misma por empezar mal. 

—¡Perdóneme! No fue mi intención ser una grosera e interferir en su vida personal. Solo quería que me diera algo de su tiempo, pero como suena angustiado supongo que debe ser por Eri— Aizawa se detuvo en medio de la acera y sus puños apretaban fuertemente al borde del maletín y a su saco. 

—¿Que quieres?— Dijo cansado antes de explotar por una palabra más que dijera la castaña— Si deseas una disculpa por el golpe que me diste, no lo necesito. Me lo merecía— Sin esperar la respuesta de la contraria, él comenzó a caminar con rapidez. 

—En parte si quería disculparme— Karin le alcanzó el paso trotando y no se notaba tan fatigada por la velocidad— Pero...pero ahora me preocupa Eri y usted señor— Aizawa nunca habría conocido a una persona tan insistente después de Midoriya. 

—No necesito ayuda de desconocidos. Que tenga buen día— Dobló en la esquina para continuar su camino y Karin aún lo seguía como acosadora. 

—No soy una desconocida, me llamo Masato Karin y deseo ayudarlo con lo que pueda— Paró unos pasos más adelante del mayor que también se detuvo para no caer encima de la muchacha insistente. 

Ambas miradas serias chocaban con intensidad bajo ese intenso sol de la mañana, habían pocas personas circulando a esa hora por ahí y la mayoría eran ancianos que no les prestaba atención. Aizawa miró con profundidad esos vistosos ojos verdes que lo miraban con intensidad. Estaba claro el mensaje de la muchacha terca.

"Voy a ayudarlo quiera o no" 

Aizawa suspiró cansado y miró su reloj de mano, la hora marcaba cinco minutos para que fueran las once de la mañana y supuso que ahora su niña debía estar entrando a clases en su parvulario. 

—Sí digo que acepto tu ayuda, estaríamos a mano y me dejarás en paz— Habló el adulto cansado por la joven frente a sus ojos. Para lo cual ella asintió y el hombre volvió a hablar—Entonces necesito llegar rápidamente Sentagaya— La chica solo observaba al mayor y lo que a Aizawa le dio a entender es que solo es una mocosa parlanchina. 

—Ves, si no eres de ayuda. No me estorbes— Estaba listo para continuar caminando hasta la estación, pero un fuerte agarre a su camisa de botones lo retuvo. 

Un auto había parado al llamado de la chica y Aizawa miró sorprendido por la seriedad de la muchacha al volverlo a ver directamente a sus ojos. El ceño fruncido y su boca torcida en una mueca de enojo. 

—Cuando me propongo algo, lo cumplo— Y sin más con la fuerza extrañamente anormal lo empujó dentro del vehículo junto con ella. Aizawa no reaccionó por unos momentos y cuando la chica estaba acomodada en su asiento, dirigió su mirada verdosa hacia el retrovisor del taxista. 

—Lléveme a Sentagaya lo más rápido posible— El taxista se asustó por la aura amenazadora de la muchacha por lo cual se tragó las palabras que tenía para conversar con esa controversial pareja. 

Sí, ahora Karin y Aizawa podrían lucir una pareja de lo más raro de ver. Pero ahora ella ni él están de humor para aguantar comentarios de esa calaña. El taxista para comodidad de sus pasajeros colocó el vidrio separador y dejó que ambos conversaran en paz. 

"Que miedo de mujer" fue lo que pensó el hombre mientras su piel se erizaba como un animal asustado. Pero eso no nos importa. 

Karin sacó su movil para mensajear rápidamente a alguien para que le cubra en la Universidad y diga que tiene reposo médico, algo se le ha de ocurrir después como escusa, ahora su prioridad era ayudar al pelinegro en manera de disculpa y porque realmente estaba preocupada por Eri. 

—Aizawa, sé que esto es demasiado personal y que yo misma no debería meterme en tus asuntos, pero... ¿Es sobre Eri?— La chica a juzgar por su tono de voz parecía verdaderamente preocupada por su hija.

¿Por qué una extraña tendría un vínculo tan fuerte con ella? 

Aizawa dudaba si debía contarle esto a otra persona, ni siquiera Nemuri o Hizashi sabían a profundidad lo que había ocurrido con la madre biológica de Eri. 

El ritmo del taxi era apresurado y pronto saldrían del conocido Shinjuku para pasar por el ajetreado Shibuya y finalmente llegar a su destino. Algo que le costaría caro a la muchacha y Aizawa lo sabía. 

—Lo siento, no puedo confesar esto a otra persona. No quiero meterte en más problemas de los que tienes— Habló severamente el pelinegro y esto provocó un suspiro en la muchacha. 

—No te preocupes, al menos sé que con esto puedo ayudarlo— Dijo con una sonrisa algo lastimada. 

—Te lo agradezco—Dijo el mayor con ojeras y esto provocó una ligera risa en la chica, Aizawa se dio el lujo de girar su cabeza y observar con extrañeza su rostro. 

—Ahora eres tú quien se disculpa. No deberías hacerlo, esta es mi manera de pagar mi error por golpearte, además de juzgarte... no eres tan mal padre— Dijo ella con el animo un poco más alto. 

—Bueno, tú no eres tan salvaje como describió Hizashi— Dijo el pelinegro en su habitual tono. 

—Oh! ¿Tu novio?— Inquirió la muchacha de cabellos castaños. Aizawa la regresó a ver con el ceño fruncido y con una mueca de enojo. 

—No— Sentenció. 

En otro lugar, el sonido de unas cadenas removerse desesperadamente se podía escuchar al igual que gritos de dolor de una mujer. Entre la oscuridad de aquella habitación estaba una mujer de cabellos albinos y ondulados, sujetada por cadenas en sus extremidades y con cortadas semi-profundas que dejaba que la sangre brotara de estas. 

—Por última vez mi querida Konomi— Entre las sombras estaba un hombre sentado en una silla, mirando el espectáculo de dolor de aquella mujer, lo que más destacaba en él era aquellos ojos amarillentos y afilados junto a ese cubre-bocas negro y los guantes en sus manos los cuales los entrelazó frente a donde estaría su boca. 

—Dime en donde está la niña— Señaló la foto que había tomado a la fuerza de la mujer que solo se dedicaba a gritar de dolor con los golpes y a dejar que espesas lágrimas bajaran por su delicado rostro— Será mejor que hables rápido antes que lastime tu lindo rostro con el látigo. Habla— Sentenció con dureza, pero la débil mujer subió su mirada agotada de llorar. 

—No...lo haré... aunque me mates— Su voz estaba ronca por tanto gritar y casi no se escuchaba, pero eso le bastó al de ojos amarillos para chasquear sus dedos y ordenar a su secuaz. 

—Chrono... Haz lo que quieras con ella, solo no dejes que muera— Aquel frío hombre abandonó su silla para luego salir de aquella horrible jaula. 

Lo único que se volvió a escuchar fueron los gritos de dolor de la mujer y el sonido fuerte de las cadenas moverse. Lo que le ocurra a la mujer ya no es de tanta importancia para aquel hombre de ambarinos ojos, este solo levantó la foto de esa dulce niña albina de ojos de color rubí que pudo apreciar por las luces del pasillo. 

—¿En que le puedo ayudar jefe?—Un hombre más pequeño se acercó hasta el cual era llamado jefe. 

—Averigua quien es ella, Mimic— Le extendió la foto a uno de sus fieles sirvientes, teniendo en cuenta que sus manos no se rozaran, aún si tiene guantes puestos. 

—Como ordene—







.

.

.

Me sorprendo que esta historia normal acerca de una pequeña en busca de su madre se vuelva todo bien denso :0

¡Hola mis queridas lectoras! Como pudieron leer en este capítulo, aquel misterioso hombre ha sido Overhaul o conocido como Kai Chisaki (uno de los mejores villanos a mi criterio) y muy pronto sabran que tiene él que ver con la madre de Eri que trabaja en un bar cofcofcofseprostituyecofcofcof

Ahora quisiera saber qué fue lo que más les sorprendido de todo este largo capítulo, además que les tengo una noticia para estas fechas navideñas!!

¡Habrá un especial de Navidad!

Sin nada más que agregar, me despido.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top